China, cuenta atrás para la Ribeira Sacra bien mundial
Entre las candidaturas de todo el mundo que evaluará en su próxima sesión el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco está incluida la del paisaje cultural de Ribeira Sacra. Será este verano en China y de esa resolución depende que esta zona de Galicia ingrese o no en el club de los elegidos con la etiqueta de bien mundial.
Lograr esa categoría, que pondría a la Ribeira Sacra en el mapa mundial de los patrimonios de la humanidad, puede representar un flotador para una veintena de concellos de Lugo y Ourense en torno a los ríos Miño y Sil que envejecen a pasos de gigante y que se están quedando sin gente. Ellos son los que mantienen vivo ese paisaje cultural, en el que el relevo generacional no está garantizado.
Este territorio gallego, conformado a lo largo de su historia por el monacato y el vino, supo el pasado 27 de marzo, de manera oficial, que sería la candidata española a patrimonio mundial de la Unesco en este 2021. La propia Unesco se lo confirmó a la Xunta. Ahora será el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, el órgano que decidirá, en su 44 convención, qué monumentos y territorios entran este año en el selecto club internacional del patrimonio mundial, cuya lista incluye en la actualidad 1.121 sitios situados en 167 países del orbe terrestre.
La reunión de ese comité de la Unesco, en principio, está prevista que se celebre el próximo verano en China. En este país asiático estaba programada la reunión de 2020, entre los meses de junio y julio, en la ciudad costera de Fuzhou, capital de la provincia de Fujian, pero tuvo que ser pospuesta por la alerta sanitaria a causa de la pandemia. Es posible, aunque no está confirmado, que se repita esa propuesta.
La posibilidad de que la Ribeira Sacra sea reconocida como patrimonio de la humanidad, según reconocieron desde la Xunta, “abre importantes perspectivas de crecimiento y desarrollo sostenible para este singular territorio de Galicia”.
VALOR DEL PAISAJE. La candidatura del paisaje cultural de la Ribeira Sacra a bien mundial se fundamenta en un trabajo técnico impulsado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Consellería de Cultura, que destaca el gran valor de este territorio como “testimonio excepcional da cristianización del Occidente de Europa”, y como ejemplo “único do monacato de Occidente y de la sacralización del territorio, gracias a unos conjuntos arquitectónicos de extraordinaria singularidad que ilustran 1500 anos de historia”. El informe subraya además que al margen de su importante patrimonio cultural y arquitectónico, la Ribeira Sacra destaca como “paisaje viva y exponente de la relación entre hombre y naturaleza” que tiene como uno de sus máximos valores los cultivos de viñas en bancales en las laderas del cañón del Sil y el Miño.
EL MONACATO. Y es que La Ribeira Sacra fue testigo de excepción de la primera comunidad monacal documentada del occidente cristiano, surgida en el 573 a partir de diversos asentamientos eremíticos y que llega a su culmen en el monasterio ourensano de San Pedro de Rocas, el único de origen suevo que se conserva en el mundo. A lo largo de los siglos, las sucesivas comunidades religiosas han ido modelando un conjunto de arquitectura sacra compuesto por centenares de iglesias y monasterios, a lo que se suma la presencia y el trabajo de la tierra de las diferentes poblaciones de la zona, que confluyen en las riberas de los cauces del Miño, Sil y Cabe.
El ámbito territorial de este espacio único comprende 36.000 hectáreas de superficie, que engloban a veintiún municipios repartidos entre las provincia de Lugo y Ourense. Superadas todas dificultades que supuso la compleja elaboración del expediente que defenderá los valores de este mágico lugar ante la Unesco, ahora solo queda aguardar a que el órgano decisor los estime y reconozca positivamente y que, al fin, Ribeira Sacra alcance un sueño perseguido durante largos años. La suerte está echada.