Discos de fama mundial con un gallego implicado

"De los discos en los que he trabajado, de los que más orgulloso me siento son: This House Is Not For Sale, de Bon Jovi, que ha sido número uno en los Billboard americanos en 2018, y Love & Hate, de Michael Kiwanuka".

Esa cita de Emiliano Caballero, refleja el nivel profesional que ha alcanzado este ingeniero de sonido gallego nacido en Montevideo (Uruguay) en 1987 pero crecido en Lugo "desde los tres años".

Antes pasó por Bélgica y grabó la música de películas, "como Blancanieves, de Pablo Berger, o High Rise, de Clint Mansell", tras plasmar el sonido de formaciones de música clásica u orquestas sinfónicas. Y probando que la música aún es el más universal de los lenguajes, saltó el charco.

Afincado en EEUU "desde 2016" y con experiencia en los Electric Lady Studios de Nueva York (allí grabó Jimi Hendrix), ahora vuela por su cuenta como productor independiente mientras impulsa otras aventuras, "como mi proyecto en solitario, Zelmar y su primer single, Let You Go", aclara.

Y a su vez tiene vínculos con el estudio que registró las canciones de los Beatles: "Desde 2016 colaboro con la escuela Abbey Road Institute", añade antes de explicar algo que debemos aprender.

"La principal diferencia de trato de los músicos y técnicos entre EEUU y España, es que en Estados Unidos la audiencia y la gente que trabaja en el mundo de la música tiene absoluto respeto por nuestro oficio y reconocen su importancia", matiza.

En su web profesional (www.emilianocaballero.com) menciona esa participación en los citados trabajos de Bon Jovi, icono del rock mainstream, y Kiwanuka, destacada voz del pop de veta soul. Así define su implicación en ellos.

"Mi experiencia es que cuanto más grande es el artista más humilde es. Durante la mezcla del disco de Bon Jovi, de repente, me preguntó que si me gustaba el tema..., que.. qué opinaba de la canción. Y eso es tener una profesionalidad increíble. Además, recuerdo que el primer día de estudio, le ofrecí algo para beber y me pidió un capuccino. A las dos semanas, mi capuccino se hizo famoso entre la banda y ya no querían otra cosa. Conocer y trabajar con uno de mis ídolos musicales, y que aparte fuese una persona genial, no tiene precio... incluso me regaló una de sus púas."

Respecto al trato con músicos de tanta fama en proyectos de presupuesto millonario, Emiliano reivindica el factor humano.

"El contacto en estos casos es mayoritariamente con ellos mismos, rara vez hay intermediarios cuando estas trabajando codo con codo en el estudio, al final somos todos iguales en esto".

En su charla con EL CORREO, presume de nexo compostelano.

"Santiago tiene un ambiente cultural y de calle muy auténtico. Siempre que vuelvo a Galicia paso por el bar La Tita a comer tortilla, o a tomar unos vinos en el Javichu de la rúa San Pedro. Tengo amigos como Carola, Fiona, Celia o Álex, que no se dedican a la música y amistades musicales como Carlangas y el resto de Novedades Carminha. Y dentro de la escena gallega, además conozco a Basanta, de Vigo, nuevo proyecto de Roy Basanta. Cuando estoy en Galicia intento aprovechar para ver algún concierto en la sala Capitol, o alguna obra de teatro porque tenemos muy buenos actores...."

Y antes de acabar, cita discos cuya producción le marcó de mozuelo y otros de hoy a reivindicar.

"De ayer, me marcó escuchar Dark Side of the Moon, de Pink Floyd; Alchemy, de Dire Straits, y Born to run, de Bruce Springsteen. Y actuales destaco Gone Now, de Bleachers, la banda de Jack Antonoff. Coastline, de Geoffroy, un buen amigo de Montreal, y un compositor fantastico. Y This is, de SVEA, una chica de Estocolmo con muy buenas melodías", concluye.