Ocho monumentos naturales que debes visitar en Galicia

Tienen un valor paisajístico, geológico, histórico o de otro tipo por el que han merecido la declaración de monumento natural, un distintivo que recomienda blindar estos espacios mágicos con una protección especial. En Galicia y repartidos por las cuatro provincias, existen unos cuantos ejemplos para perderse cualquier fin de semana de otoño.

1. Carballa da Rocha (Rairiz de Veiga – Ourense). Para contemplar este regalo de la naturaleza hay que perderse en la comarca de A Limia. Con un notable valor natural, la medición oficial del famoso carballo ronda los siete metros de perímetro y levanta un 1,30 metros del suelo. Más arriba se bifurca en dos grandes ramas que superan los 30 metros de altura.

2. Costa de Dexo (Oleiros – A Coruña). El litoral gallego explota en todo su esplendor este rincón del norte. Desde el faro de Mera se vislumbran el paisaje caprichoso que dibujan las bocas de las tres rías: la de A Coruña; la de Betanzos y Ares; y la de Ferrol. Esta es la postal que se capta desde la punta de O Seixo Branco y la isla de A Marola, casi inaccesible como otros islotes próximos a la costa.

3. Fraga de Catasós (Lalín – Pontevedra). Merece la pena perderse entre el frondoso bosque que, según cuentan, sirvió de inspiración a Emilia Pardo Bazán para escribir Los Pazos de Ulloa. Carballos y castaños de hasta 30 metros de altura -y otros cinco de perímetro- flanquean un paseo corto y fácil que siempre depara alguna sorpresa. Por su porte distinguido, están considerados los mejores ejemplares de castaños centenarios de Europa.

4. Pena Corneira (Leiro – Ourense). Con 675 metros, constituye un referente visual desde cualquier punto del valle del Avia. Al cuerno de piedra, de unos diez metros en vertical, se puede llegar a pie completando la ruta de senderismo que arranca en el parque fluvial de Leiro. De unos nueve kilómetros, el camino está acondicionado con pasarelas y escaleras en los tramos más abruptos.

5. Souto da Retorta (Viveiro – Lugo). Entre los 600 ejemplares por los que ha merecido la declaración de Monumento Natural, se encuentra el Avó de Chavín, el eucalipto más grande de Galicia (61,78 metros de altura y 7,55 de perímetro). Los árboles se plantaron en 1860 para drenar los terrenos bajos como protección contra las inundaciones. La red fluvial del Landro atesora también en sus orillas muestras de vegetación autóctona como el Val do Naseiro y lugares de interés como la cascada del Pozo da Ferida.

6. As Catedrais (Ribadeo - Lugo). Sus singulares arcos de piedra y sus mágicas cuevas han dado la vuelta al mundo. Durante la marea baja puede accederse a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto erosionada en formas caprichosas. El interés que ha suscitado la zona obligó a la Xunta a restringir los accesos. Desde 2015, las visitas en los meses de verano requieren disponer de una autorización del gobierno autonómico.

7. Pliegue geológico de Campodola (Quiroga – Lugo). De importante valor geólogico, el espacio se conserva prácticamente intacto desde el Carbonífero inferior. Gracias a la erosión y al encajamiento del río Ferreiriño, en este pliegue se observa con total nitidez este proceso geológico, dejando al descubierto su estructura interna en un gran corte transversal.

8. Souto de Rozabales (Manzaneda – Ourense). Es uno de los monumentos naturales con más renombre de la provincia de Ourense y atesora castaños que a punto están de cumplir un siglo. Destaca especialmente el castiñeiro de Pumbariños, con más de 12 metros de perímetro, y una copa que sobrepasa los 20 metros entre puntas.