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El colombiano Manzur dice no haber logrado “el cuadro perfecto”

A sus 93 años asegura que seguirá pintando hasta poder alcanzar esa obra excelente

Bogotá. El pintor colombiano David Manzur, que acaba de cumplir 93 años y por estos días también celebra sus 70 años de carrera artística, considera que todavía no ha logrado el “cuadro perfecto” y por eso sigue “echando brocha”, como cuando tenía 20.

“Creo que en mi mente siempre está una obra que es la mejor, y la mayor, y la más grande y que por eso, por estar en mi mente no existe y no he podido lograrla. O sea el cuadro ideal todavía no existe”, dice Manzur a EFE desde su casa-taller en Barichara, una población colonial del departamento de Santander (noreste) en donde reside desde hace años.

Desde allí, haciendo gala de gran conversador, habla de teatro, fotografía, cine, libros, filosofía, astronomía, de los últimos avances tecnológicos y de su preocupación por el daño que le causa el hombre al medioambiente, a la Tierra.

En busca de la excelencia. Nacido el 14 de diciembre de 1929 en Neira, en el departamento de Caldas, Manzur hizo su primera exposición en el Museo de la Universidad Nacional en 1953 a los 24 años de edad y aún así considera que no es merecedor del “título de maestro”.

“Evito que me digan ‘maestro’ porque respeto mucho esa palabra. El maestro enseña y ese título no lo puedo aceptar por el hecho de que yo, si me considerara maestro, no volvería a hacer nada”, explica y agrega que por no haber logrado “esa obra que está en mi mente seguiré pintando con gran entusiasmo”.

En las siete décadas de carrera Manzur ha trabajado los caballos, la figura humana y la naturaleza muerta. Sin embargo, considera que tiene vida para seguir buscando lo que todavía no ha logrado. En ese sentido, asegura que en el trabajo “mi mente me dice hoy estás mal, el trabajo está mal y tienes que deshacer lo hecho. Esto me ha pasado varias veces. Por suerte no me complace cualquier cosa”.

Lo actual. La paleta de Manzur, que pasó por los tonos brillantes y luego se fue llenando de grises y negros y marrones, de latigazos de óxido, es una muestra de su solvencia como artista y por eso la crítica lo llama “maestro”, aún en contra de su voluntad. Por estos días centra sus energía en un proyecto cuya temática hace referencia a cuadros en donde aparecen “grandes damas pero vistas con un lenguaje distinto”. Redac.

08 ene 2023 / 01:00
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