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Sobre el controvertido origen de A Coruña

Comparto este trabajo, a título póstumo, con el prof. Millán, a quien debo muchas de las suposiciones expuestas y que me inició en estos lances toponímicos.

Sin ánimo alguno de entrar en polémica ni menos infravalorar u ofender a los ciudadanos de la ciudad herculina, a la que se le podría aplicar la celebérrima frase del rótulo cervantino, dedicado a la ciudad charra: "Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos aquellos que han disfrutado de la apacibilidad de su morada", vamos a empezar diciendo, mal que les pese a ciertos políticos, que el nombre de A Coruña es un desafuero contra las normas lingüísticas, pues no se puede hacer concordar un artículo femenino galaico con un nombre propio femenino castellano, como lo es Coruña. Por eso, de normalizar el antiguo topónimo La Coruña, sólo tendríamos que dar el paso de verter al gallego el topónimo castellano, con lo que nos quedaríamos en "A Cruña" o simplemente en "Cruña" sin artículo, que es como se debiera de decir.

¿Qué ha ocurrido, entonces? Simplemente, que esos "malandrines con poder", no menos entendidos en lances de táctica política que pozos de ciencia en achaques gramaticales, en lugar de atenerse al refrán: "zapatero a tus zapatos", han originado esta "zapatiesta zapaterial" - Campmany dixit - de normalizar los topónimos, sin saber gran cosa de la ciencia filológica.

Y así, al igual que hicieron ciertos "funcionarios castellanos" que, por ignorancia supina, confundieron un topónimo gallego, tan lindo, como "niño d´aguia: nido del águila" con el relumbrante "Niño de la Guía" - que ya quisieran llevar, como reclamo, toreros de postín -, pudiendo normalizar correctamente ciertos topónimos, tiraron para adelante haciendo que un "El Grove", que no significa nada, lo pasaran al gallego, sin más: "O Grove", sin advertir que el nombre correcto, como les indicó y demostró el prof. Millán, sería Ogrobe, que significa, como propuso en un Congreso Galaico-Mihnoto "castro de la punta", y cuya o inicial forma parte de la raíz, que con vocalismo - a - tenemos en el griego akro - "punta extremo", pero también "alto, elevado", véase acrópolis, acrofobia = "vértigo de las alturas", y con vocalismo - o -, igual que en céltico, el latín medi-ocris, propiamente "que se encuentra a media altura", de donde "mediocre". Tengo que añadir aquí que este significado indiscutible se debe al prof. Millán, sin que ilustres predecesores en sus estudios sobre los topónimos en -bre, como D. Ramón Menéndez Pidal y D. Abelardo Moralejo, se hayan acercado ni por asomo. Júzguese, según esto, la alegría que me produce semejante hallazgo semántico.

Pero, vayamos "in medias res" - al centro de la cuestión" - de este artículo.

El diccionario de Madoz registra, además de la ciudad de "Coruña", otras dos Coruñas en Galicia, sin contar con "Coruña del Conde", antigua Clunia de los arévacos, en la provincia de Burgos. Por su parte, D. Abelardo Moralejo, además de La Coruña, registra cuatro lugares en Galicia con ese nombre, uno en el valle del Dubra (provincia de Coruña) y tres en Lugo. Según el ilustre profesor, el gallego "A Cruña", que en época medieval adopta las formas de Crunia, Crunna y Curunia, debe proceder de una forma igual a la de Clunia de los arévacos, como opinan también Lapesa, Rabanal y Millán. En el Códice Calixtino aparece por primera vez la forma Crunia, de la que proceden - añade Moralejo - Cruña y Coruña.

Dado que la A artículo, arguye el prof. Moralejo, no protética, persistió tenazmente en el habla popular, hay que deducir que estamos en presencia de un apelativo, como es el caso de A Estrada y O Barco. Artículo - añado yo -, que encajaría muy bien, si ello fuera cierto, con la disparatada etimología de hacer proceder Coruña de columna, por la antigua torre y faro de Hércules.

Este persistente empleo en el tiempo del artículo A - sigue argumentando el prof. Moralejo - no es producto de un falso corte, como ocurre con otros topónimos como O Grove, que procede, como bien vieron el propio Moralejo y, sobre todo, el prof. Millán, de *Ogrobe, y Agolada, segmentado en el habla popular en A Golada, que proviene de *aqua lata. De ahí que nos parezca descabellada la etimología que da el prof. Caridad Arias en su libro Cultos y Divinidades de la Galicia Prerromana (1999), sugiriendo que una inverosímil Acorunia o Aquerunia - ¿estaría pensando en el río que han de atravesar las almas para llegar al reino de los muertos, llamado Aqueronte? - evolucionaría a A-coruña, Acruña, conservada, según él, en el habla popular.

Después de estos escarceos etimológicos, nos queda lo más importante: dilucidar la acepción de ese hipotético Clunia, que no aparece documentado en Galicia, pero sí aparecen atestiguadas las formas antiguas Clunia, Cluniensis, Klunis, Culunia, en los textos latinos de los primeros siglos, bien es cierto que referidos a Clunia de los arévacos.

No es éste el lugar para contradecir las derivaciones erróneas de autores como Pérez Barreiro (= Corona) y de Martínez Salazar (=colonia) u otros autores como Flórez, Sarmiento y Vedia que consideran que Coruña procede de "columna".

Por eso, dejando a un lado de momento la tan cuestionada A inicial, que es el mismo contratiempo de la O de O Ferrol o de la A de A Gudiña - medieval Godina -, que, bajo la forma Godina sin artículo, se registra en Oviedo y bajo la de Godinha en cuatro ciudades de Portugal, vamos a dar un paso adelante y conjeturar una etimología verosímil.

Con el mayor respeto y "ob maiorem cautelam" - para mayor precaución - debo decir, sin ánimo alguno de entrar en polémica, que no comparto la propuesta del prof. Cabeza, que sugiere para Coruña dos posibilidades etimológicas. Una, la haría proceder de una raíz *K-R, preindoeuropea, con distintas alternancias vocálicas, que creó las bases *cor = "piedra, roca", véase - añado yo - los topónimos, entre otros, Corrubedo y Corme; y con vocalismo - a - *car, también "piedra", Cariño y Caranza. La otra posibilidad que apunta Cabeza en su libro Toponimia de Galicia, Edit. Galaxia, 2008, es la de hacer proceder A Coruña de un anterior *Clunia, apelativo céltico con el significado de "pradera, lugar húmedo", similar, en su apreciación, al topónimo francés Cluny, suposición que no comparte Jaspers, que lo hace derivar de un hipotético antropónimo galo Clunius.

Por una "felix culpa", coincidí, en un Tribunal de Oposiciones (Orense, junio de 1996) con mi colega y excelente indoeuropeista, profesor Edelmiro Bascuas. Nuestras amenas charlas, después de terminada nuestra cotidiana tarea, me brindaron la ocasión de preguntarle - por aquella fecha profesaba como Catedrático de Griego en un Instituto de A Coruña - por el origen supuesto de *Clunia.

Me sugirió la posibilidad de remontar su base etimológica a la raíz *Kleu, *Klu (Pokorny I.E.W., 607): "lavar", implícita en nuestro verbo griego - translitero para los que no lean griego - Klüdso: "batir por medio del oleaje", Klüsma: "lugar batido por el oleaje", de donde viene el término helénico cataclismo, literalmente = "inundación, diluvio" y de ahí "desastre". Por cierto que esta hipótesis sobre Clunia es sustentada todavía por Gonzalo Navaza en el libro coordinado por X.LL. García Arias, titulado Toponimia Hispánica, Valencia 2011.

Tras pensármelo mucho y digerir durante un cierto tiempo esta sugerencia de mi colega helenista, q.e.p.d., no me pareció verosímil, entre otras razones, porque hay otras Coruñas, además de la arévaca Coruña del Conde (Burgos), que no están batidas por el mar. Asimismo, no me pareció convincente la interpretación del ilustre académico Álvaro Galmés, quien en su libro Toponimia mítica, Madrid, 2000, arrimaba, como E. Bascuas, el ascua a su sardina, pues, A Coruña con su bahía del Orzán está muy azotada por el oleaje y los vientos. Sostiene textualmente Galmés: "El nombre de La Coruña deriva del celta Clunia, voz claramente indoeuropea, que corresponde a la raíz *Kel- = "zumbar (el viento, un insecto, etc.)".

Tampoco nos da pista alguna el eximio lingüista A. Tovar en su magnífica obra Iberische LandesKunde, Band 3, Tarraconensis, C-364, quien postula, sin más, una raíz *Kel-, sin pronunciarse sobre su significado.

Así las cosas, tuve que buscar una explicación por otros caminos. Ya, por aquellos años de la 2ª mitad de la última década del siglo XX, tenía leído un amplio trabajo de Miguel González Garcés, intitulado: No hay nada seguro sobre el origen del nombre de La Coruña. En su amplio estudio no nos aclaraba nada, etimológicamente, sobre el origen de La Coruña, a la que evidentemente subyace un *Clunia.

Lo cierto es que ¡vaya sí se sabe actualmente sobre el origen etimológico y lo que es más crucial sobre el significado de esa supuesta *Clunia!, que hasta la fecha nadie, a mi modesto entender, ha sabido desentrañar, salvo el prof. Millán.

Durante esta etapa de búsqueda del significado y raíz indoeuropea, mi puntería etimológica o instinto lingüístico me llevó a buscar el étimo de Clunia "ex dictaminis rationis" -según el dictamen de la razón- . Me llamó mucho la atención el lituano *Kalnas y el latín collis que proceden de un indoeuropeo *coln-os y *colnis, respectivamente, con asimilación de la nasal - n - a la lateral - l - y con la misma ampliación en - n - que Clunia, que, por consiguiente, tendría la acepción de "altozano, cerro, loma".

Tuve la inmensa fortuna que por aquellas fechas, finales del XX, aún vivía mi malogrado maestro, quien, en conversación telefónica, certificó que mis pesquisas de ver en Clunia la raíz *Kel = "elevarse, alto", que Pokorny (IEW) registra con distintos grados de alternancia, pisaban terreno firme:

a) Vocalismo - e - pleno lo encontramos en el lat ex - cello "sobresalir", raíz *Kel -.

b) Con vocalismo - o - *Kol - griego - translitero - kolophón: "cumbre, remate", Kolonós: "montaña" "colina", "collado", latín collis que procede de *Kolnis "altozano, cumbre, alcor", *Kol(u)men = lat. culmen: "cima y cumbre" de donde en castellano cumbre y culminar, indoeuropeo *Kolumna que da lat. columna: "pilar, columna".

c) Con vocalismo cero Kl, céltico Clunia, que procede de Klºn-ia con un apoyo vocálico, ampliación - n - y sufijo - ia, anglosajón hyll "colina", inglés hill, alemán hügel que derivan de Klnis. Nuestra Clunia está emparentada con el lat. collis, que procede, a su vez, del indoeuropeo *Kol-nis, aunque con distinto tratamiento vocálico, con la misma ampliación en - n - que Cluniá y con asimilación de la nasal - n - a la lateral - l -, con el significado de "cerro, otero, altozano".

Esta es la conclusión que, tanto mi maestro, q.e.p.d., como el que suscribe, consideramos irrefragable y definitiva.

En honra e louvanza do profesor Millán, meu ben querido mestre

15 jul 2018 / 12:21
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