El periodismo de Cunqueiro es clave para conocer su literatura

El escritor mindoniense Álvaro Cunqueiro publicó entre los años 1959 y 1976 una treintena de artículos periodísticos enigmáticos, en los que pudo utilizar un imperio imaginario como vía de escape o juego literario para arrojar “sutiles críticas sociales” al esclavismo, al apartheid o a la excesiva mecanización en los procesos industriales, entre otros temas.

Veinte de estos relatos han sido recopilados por el periodista Miguel González Somovilla (Arriondas, Asturias, 1956) en su nueva obra O labirinto do imperio secreto (El laberinto del imperio secreto), que surge como una continuación de la antología Álvaro Cunqueiro. Al pasar los años, publicada justo antes del confinamiento.

Cuando la presentó, el hijo del autor de Merlín y familia César Cunqueiro echó en falta alguna muestra del imperio secreto, que no tuvo cabida en aquel volumen debido a su extensión, por lo que Somovilla ha decidido saldar ahora lo que entiende era “una pequeña deuda”.

“La obra periodística, que es la más extensa, es esencial en el conocimiento de la literatura de Álvaro Cunqueiro”, asegura en una entrevista con Efe el escritor, que considera que “está al mismo nivel que su poesía, su teatro o su narrativa”.

Por ello, su propósito es “contribuir modestamente a la difusión del Cunqueiro periodista” y dar un paso más en la “recuperación” de esta obra, pues Cunqueiro escribió en torno a veinte mil artículos periodísticos.

Los que reúne en su libro, publicado el pasado 22 de diciembre -coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Cunqueiro-, abordan un imperio imaginario, “que veces parece que podría estar en la península Ibérica y, en otras ocasiones, en otros sitios indeterminados”.

De hecho, en el artículo La capital invisible menciona que la capital de ese lugar secreto que el autor imagina podría estar en el santuario de Santa María do Cebreiro, en Lugo, un enclave “de referencia” para él, que tenía “una gran devoción con todo lo relacionado con las rutas jacobeas”, explica Somovilla en este sentido.

“Es enigmática porque se presta a interpretaciones”, detalla sobre esta obra periodística tan significativa en la que “se permite la actuación de una serie de gobernantes, de organismos exóticos y disparatados”, pero, al mismo tiempo, también pone “el dedo en la llaga” sobre determinadas cuestiones de interés en aquella época.

En los años en los que se concibieron los relatos periodísticos, cuenta, era algo novedoso hablar de la censura, de la transformación que se estaba produciendo en el ámbito laboral por el efecto de la mecanización o por el recurrente uso de las tecnologías.

“Ahí, es donde cabe esa doble interpretación: ¿Era algo deliberado o era simplemente un juego literario?”, reflexiona el creador.

jugando al despiste. “Frente a otras series en las que se muestra más realista, en ésta juega con mucha más libertad a despistarnos sobre qué quiere decir”.

De hecho, considera que se trata de “una serie singular, curiosa, una muestra más, entre las muchas que hay, de la riqueza y variedad que tenía el periodismo literario de Cunqueiro”, abunda.

También esta faceta del autor de Las crónicas del Sochantre, recuerda el asturiano, era “esencial” en su obra, además de ser su medio de vida, pues “no hay que olvidar que él vivía de las colaboraciones periodísticas”, gracias a las cuales tenía lectores fieles de diferentes edades.

Los artículos recogidos en O labirinto do imperio secreto provienen fundamentalmente de cuatro cabeceras: La Noche, Faro de Vigo, Destino y Sábado Gráfico.

Esta obra, publicada por la Casa-Museo Álvaro Cunqueiro de la localidad lucense de Mondoñedo, constituye el tercer cuaderno de la colección Selva de Esmelle, proyecto editorial que arrancó el año pasado.

Miguel González Somovilla no ha podido celebrar por ahora un acto de presentación de la obra como consecuencia de la situación sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus, pero espera que el Cunqueiro periodista sea ahora un poco más conocido y reconocido en el ámbito de las letras.