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Exitoso lanzamiento al espacio del mayor telescopio, el ‘James Webb’

En una misión revolucionaria, tanto desde el punto de vista astronómico como tecnológico, permitirá avanzar hacia el conocimiento de las primeras galaxias

El cohete Ariane 5 que transporta al James Webb, el mayor telescopio jamás enviado al espacio, despegó este sábado a las 12.20 horas GMT, desde el puerto espacial europeo de Kurú, situado en la Guayana Francesa, informa Efe.

El James Webb partió hacia el espacio sin ningún contratiempo, pero un cielo parcialmente nublado en Kurú no permitió ver de manera continua el ascenso del cohete y las dos largas lenguas de fuego que provocaban sus motores a plena potencia.

Tras el despegue, la NASA destacó en un tuit que a las 12.20 GMT había empezado “una nueva y emocionante década de ciencia” y que el James Webb “cambiará nuestra comprensión del espacio tal y como lo conocemos”.

La Agencia Espacial Europea (ESA) en la misma red social señaló que este despegue “es un impresionante regalo de Navidad”, entre otras cosas para la ciencia espacial.

El telescopio empezó este sábado su viaje después de casi tres décadas de trabajos de desarrollo y construcción, y años de retrasos.

Los aplausos y abrazos que certificaban que lo más difícil ya había pasado se produjeron 27 minutos después del despegue, cuando ya en el espacio se produjo la separación del telescopio y el cohete. “Go Webb go” (Vamos Webb, vamos) gritaba el equipo, algunos ataviados con gorros y mascarillas navideñas.

Esa separación fue el paso más visual, pues el lanzador estaba equipado con una cámara que mostró con detalle como el telescopio se alejaba, mientras aún se veía un pedazo de la Tierra y el cielo negro enfrente. Un momento que el director de misiones espaciales de la NASA, Tomas Zurbuchen, aseguró que no olvidaría nunca en su vida.

La importancia y revolución de esta misión, tanto desde el punto de vista astronómico como tecnológico, llevó a que las agencias espaciales realizaran retransmisiones en varios idiomas sobre su puesta en órbita.

La NASA lo retransmitió en inglés, en un programa liderado por la astrónoma Michelle Thaller, y en español, conducido por la científica española Begoña Vila, ingeniera jefa de sistemas del James Webb en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la agencia espacial estadounidense, quien resumió el momento: “es un día histórico”.

Thaller destacó del telescopio que, no se trata únicamente de avanzar en el conocimiento de las primeras galaxias que nacieron después del Big Bang -la gran explosión que se considera que originó el universo-, y saber más de “mi historia, la tuya, nuestra historia”.

El James Webb pondrá a nuestro alcance datos e imágenes nunca vistos. “Colores que no hemos podido ver” hasta ahora en el espacio, detectar cosas “que no teníamos en mente en la astrofísica actual”, aseguró el chileno Nestor Espinoza, uno de los implicados en esta misión.

La astrónoma conquense Elena Manjavacas también calificó de “histórico” el lanzamiento de este proyecto de la NASA y la ESA, en cuyo equipo de trabajo ha participado durante el último año.

Así lo indicó Manjavacas (Cuenca, 1987) en una conversación con Efe desde Baltimore, desde donde siguió el lanzamiento del telescopio.

Esta astrónoma, de 34 años mostró los “nervios” que ella y sus compañeros vivieron en el momento del despegue, a la vez que destacó la importancia de la puesta en órbita del telescopio, considerado el sucesor del Hubble.

En su cuenta de Twitter, el director general de la ESA, Josef Aschbacher, consideró que “ver un lanzamiento de esta magnitud y en este nivel de cooperación internacional es ver una maquinaria increíble en acción (...), estoy orgulloso del trabajo”.

El James Webb, una colaboración entre la NASA, la ESA y la canadiense CSA, viajará hasta situarse a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, unas cuatro veces más lejos que la Luna.

Desplegará en un complicado ballet y durante un mes todas sus estructuras

Madrid. El mejor telescopio espacial de todos los tiempos irá desplegando en un complicado ballet sus estructuras, un proceso que durará un mes y que es tan delicado o más que el despegue, pues debido a su envergadura ha tenido que viajar doblado en un cohete Ariane 5.

El James Webb mide ocho metros de altura y su escudo solar, formado por cinco finas capas de un material especial llamado kapton, tiene el tamaño de una pista de tenis, motivo por el que ha tenido que doblarse como si de una figura de papiroflexia se tratara para reducir su dimensión a una extensión de 10,6 metros de alto y 4,5 de ancho.

Los espejos primario y secundario, así como el parasol solar son algunos de los elementos que deberán recuperar su forma en el mes que tardará en llegar a su puesto de observación a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.

“Se trata de una operación muy delicada, muy arriesgada. Nunca se ha hecho nada parecido en el pasado”, lo que “nos provoca bastante insomnio”, según aseguró a Efe, durante una entrevista previa, Santiago Arribas, investigador del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA).

Nunca se ha desplegado en el espacio un telescopio de “este tamaño y magnitud”, destacó Arribas, que forma parte del equipo científico de la Agencia Espacial Europea (ESA) para NIRSpec, uno de los cuatro instrumentos que componen el telescopio.

Solo 31 minutos tras despegar, desplegó los paneles solares que le proporcionan energía y la antena de ganancia para las comunicaciones. efe

26 dic 2021 / 01:00
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