Inusual incremento de la mortalidad en julio, sobre todo por el calor y la covid
Sanidad calcula que se registraron 10.928 muertes no esperadas el pasado mes// La actividad de las funerarias se elevó en un 25 %
La ola de calor, la covid y otras causas no determinadas aún han provocado un inusual incremento de la mortalidad en julio, lo que ha elevado hasta en un 25 % la actividad de las funerarias, ya que, según las estimaciones del Ministerio de Sanidad, se habrían registrado 10.928 muertes no esperadas.
Según explica a Efe Juan José López, el vicepresidente de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), entidad que aglutina el 60 % de los servicios en España, los incrementos puntuales de mortalidad son cíclicos, pero el de julio les había “pillado por sorpresa”.
Principalmente porque desde comienzos de año había un porcentaje de defunciones inferior al de otros años (antes de 2019). “Iba muy plano y a finales de mayo/junio, empezó a aumentar y el mes de julio ha sido superior al de enero”.
Reconoce que siempre hay épocas con mayor incidencia, como el primer y último trimestre del año debido al frío, y algunos picos esporádicos en verano o en octubre, con la campaña de la gripe, que califica de “hechos puntuales”.
López cifra en entre un 23 y un 25 % el incremento de la actividad nacional de las funerarias el pasado mes, aunque destaca que creció notablemente en el sur, como es el caso de Extremadura, con un 42 % más y en Andalucía, donde rozó el 40 %, mientras que Madrid se situó en la media.
Una parte notable del aumento de muertes se debe a la ola de calor, aunque no a “golpes de calor”, insiste el responsable de Panasef, al explicar que se trata de personas vulnerables a las que afectan mucho las altas temperaturas”. Y aunque asegura que carece de datos sobre el perfil de los fallecidos, se atreve a asegurar que son “personas con delicado estado de salud y mayores”.
Y recalca que ni las funerarias ni el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III pueden dar cifras exactas de defunciones, algo que únicamente corresponde al Instituto Nacional de Estadística (INE), que las obtiene del registro civil.
En este sentido, revela que Panasef trabaja desde hace más de año y medio con el Ministerio de Justicia y la Organización Médico Colegial (OMC) para conseguir que se conozcan las muertes en tiempo real. Sería a través de una plataforma informática en la que se volcarían los datos que llegaran del registro.
Según las estimaciones del MoMo, el pasado julio se habrían producido 10.928 muertes más de las esperadas para ese período, de las que 2.223 son atribuibles a las altas temperaturas.
La cifra total de exceso de mortalidad del pasado mes es muy superior a las 2.385 estimadas para el mismo período de 2021, las 1.972 de 2020 o las 1.057 de 2019.
En ningún caso son cifras de muertos reales, sino que se trata de una estimación que el MoMo lleva a cabo a partir de un modelo matemático que utiliza tres fuentes de datos: la de los registros civiles, que no especifican la causa codificada de defunción; las temperaturas según la Aemet, y la población por grupos, extraídos del INE.
···El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria hace una estimación estadística de excesos de mortalidad para un día determinado comparando series históricas, pero no ofrece cifras reales de defunciones; una estimación que, además, no se puede considerar consolidada hasta que haya pasado al menos un mes desde su publicación, si bien van dando una idea de la evolución de los excesos de mortalidad en la población española.
···EçAdemás, según los datos sobre la evolución de la pandemia facilitados por Sanidad, en julio murieron 2.000 personas por esta patología. De esta cifra, más de medio millar de muertes se habrían producido en residencias, de acuerdo con los datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), 548 entre el 27 de junio y el 31 de julio. El Imserso detalla que tras un mes de junio con una media de medio centenar de víctimas semanales, las cifras se duplicaron los primeros días de julio (98).
Madrid. En junio, el precio de un melón llegó a alcanzar los 13 euros, una cantidad que refleja el encarecimiento de los alimentos básicos y que pone de nuevo en el punto de mira la calidad de la nutrición en un momento en el que la inflación está en el 10,8 % debido a, entre otros, el encarecimiento de los alimentos.
En momentos de crisis, como ya pasó en la de 2008, la calidad de la nutrición puede verse resentida por el encarecimiento de los precios y, en especial, en los casos de personas con rentas más bajas.
Así lo explica en declaraciones a Efeagro el profesor de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Román, quien añade que los períodos de “crisis y problemas económicos” coinciden con mayores tasas de obesidad infantil provocada por la malnutrición.
Los últimos datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señalan que los precios de los alimentos han alcanzado su mayor nivel desde 1990 a nivel mundial.
En España, primero la pandemia por la covid-19, después la escalada en el precio de la electricidad y los combustibles -que provocaron movilizaciones y paros en el sector agrario- y, por último, la guerra en Ucrania, han agitado una situación que termina por afectar a las estanterías de los supermercado.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya alertaba en julio de una subida del 15,2 % en el precio de la cesta de la compra a lo largo del último ejercicio.
Para Román, el punto crítico de cualquier dieta es cuando se produce un déficit de frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, y precisamente éstos son algunos de los alimentos que han alcanzado un precio más alto a lo largo de los últimos meses.
Más allá de los trece euros del melón, los datos de la OCU apuntan a una subida del 52,6 % del aceite de oliva suave y un encarecimiento del 12,4 % de frutas y verduras.
Jesús Román dibuja el camino hacia una nutrición de peor calidad a través de dos conceptos: la cuota de estómago y las “croquetas congeladas”. Además, el Informe sobre la obesidad infantil en España 2021/22 de Eroski ya ise refería a que la obesidad es “una forma de malnutrición por exceso”. efe