La cultura de la cancelación se cuela en Villa Medici
La cultura de la cancelación, o lo que los estadounidenses denominan “cancel culture”, que supone anulación, rechazo, expurgación, eliminación de todo aquello que no se considera políticamente correcto, interpretado como fruto del entendimiento superficial de la historia, ha provocado controversia, en los ambientes del arte de Francia. Un suceso reciente, acaecido en Villa Medici sede de la Academia de Francia en Roma ha saltado a los medios de comunicación franceses e italianos, entre ellos, La Tribune de l´Art, Il Fogglio y Artslife, Y ha creado honda inquietud entre los profesionales del arte del pais galo; se refiere a la protesta organizada por una buena parte de los residentes, pensionados de la Academia, del curso 2021, quienes, han avivado el debate en torno a la “ ideología decolonial”, y lo han hecho a través de unos seminarios que se celebraron en la institución centrando el argumento en la presencia de los antiguos “Tapices de Indias”, dispuestos en las paredes del Gran Salón de la institución, creados en los comienzos del siglo XVIII, y que representan escenas principalmente de flora, fauna, y figuras humanas de raza negra; los becarios – residentes que los rechazan les atribuyen restos visuales de esclavitud y colonialismo, instando por ello a su descolgamiento.
A raiz de los hechos, la revista La Tribune de l´Art, publicó el 3 de noviembre pasado un amplio y razonado ensayo del historiador del arte Jèrôme Delaplanche, quien fue entre los años 2015 y 2018, director del departamento de historia y de arte de la Academia de Francia, sumamente critico--entre otras cuestiones que deja claramente explícitas en el texto--por la interpretación superficial que se ofrece de esas obras y del contexto en que fueron creadas y en el que abunda en reflexiones y datos sobre el interesante pasado de los grandes tapices, realizados en gobelinos de lana y seda, de calidad estética incuestionable.
Fueron planteados a partir de determinadas obras de los pintores neerlandeses Albert Eckhout ( 1610-1666) y Frans Post ( 1612-1680) , pioneros en Europa en la descripcion de paisajes, fauna y flora de las antiguas Indias Occidentales, lugares que conocieron directamente al formar parte de expediciones científicas organizadas en la mitad del siglo XVII, encaminadas a estudiar y describir por medio del dibujo y la pintura las particularidades de la geografía de la zona norte de Brasil. De ambos artistas, y basadas sus obras en esos hallazgos, plasmados en still-lifes y paisajes, queda constancia en las colecciones de los Museos Nacional de Copenhague y Thyssen de Madrid.
Y el texto dio lugar a un manifiesto que la mencionada revista francesa insertó en el mismo mes de noviembre, titulado “Contre l´épuration”, apoyado por mas de doscientas firmas de historiadores del arte, artistas, y profesionales de los museos e instituciones de Francia, en el que se manifiestan “contra todas las formas de negación de la historia, cualesquiera que sean sus momentos de grandeza y de bajeza, para guardar en la memoria lo mejor y lo peor de nuestra cultura con el fin de extraer tanto como sea posible, lecciones que sirvan para la corrección de nuestras acciones pensamientos y por tanto de nuestro trabajo”.
La polémica sigue abierta en estos días, y si nos situamos mas cerca, la Universidad de Oviedo, celebró el 13 de diciembre en su Aula Magna, el seminario “ ¿Es la cultura de la cancelación un nuevo tipo de censura?; en el encuentro, profesores de Derecho Constitucional, artistas y periodistas, debatieron sobre Derecho, Arte y Censura, y en las jornadas, se puso de manifiesto la necesidad de los artistas de enfrentarse a la cultura de la cancelación, a los problemas que se pueden derivar de la censura retrospectiva, que como expresó uno de los participantes, puede llegar a presuponer que el espectador no es capaz de ser critico, y del mismo modo a la desacreditación, etiquetación sin criterios objetivos, de obras de arte, de la literatura o científicas, que quedarían a merced de la interpretación de las corrientes ideológicas de los tiempos. En ese contexto, cabe pensar ¿hasta que punto, la obra puede considerarse autónoma de su autor?.