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ENTREVISTA
Luis Caramés Viéitez, economista, presidente del Grupo Colmeiro y vicepresidente del consejo de Adolfo Domínguez

“La moda ‘on-line’ irá a más y el papel de la tienda física no volverá a ser el mismo”

Adolfo Domínguez se va a convertir en la primera firma europea en lanzar un servicio de ‘personal shopper on line’, con un importante componente de sostenibilidad”

{Cerdedo, 1949} El líder de los pensadores del Grupo Colmeiro no da puntada sin hilo, más en esta nueva era que trae la covid-19. Ha coordinado para la RAGC, la Real Academia Galega de Ciencias, las Xornadas sobre Moda e Economía Sostible, en las que expertos como Miguel Vázquez Taín, Alberto Rocha, Marina López Domínguez, Gema Gómez, Maite Aranzábal o Tiziana Domínguez dieron las claves de hacia dónde va el textil durante y tras la pandemia. Nos ayuda Caramés a desgranar lo que es y será tendencia a partir de ahora.

Moda y Galicia. Un coloso y una mirada de marcas de prestigio. ¿Qué balance hace del sector, como llegaba a la etapa previa a la pandemia?

El sector es importante, tanto en términos de PIB como de empleo. Parte de la cadena de valor, actividades logísticas, comercio exterior, ingresos para el sector público, todo ello es una contribución muy positiva a la economía de Galicia. Antes de la pandemia, el sector crecía y se situaba en una posición bastante positiva, quizá la mejor de los últimos años, si tenemos en cuenta lo ocurrido tras la crisis de 2008, y se había transformado en una actividad más internacionalizada y competitiva, tras aquellos años en los que hubo de adaptarse a la globalización, al nuevo papel de China y a cambios en los sistemas de distribución.

Y llegó la covid-19... ¿Qué cambios se han acelerado para el sector textil que van a obligar a reinventarse?

Empresas y tiendas cerradas, el componente internacional con una situación muy poco sincrónica según los países, legislaciones laborales diferentes... Buena parte de los costes operativos siguen vigentes, como los alquileres, en procesos de negociación con los arrendadores y no siempre viables, inventarios sin salida, salvo la vía on-line, el concepto tendencia perdido en la bruma de la incertidumbre temporal, ligada a la aparición de vacunas o tratamientos eficaces para el coronavirus, problemas de caja, una estructura de costes incompatible con la brutal caída de ventas. Creo que el comercio electrónico va a tener crecimientos muy relevantes y el papel de la tienda física ya no va a seguir siendo el mismo, ni mucho menos. También es una oportunidad de cambio para la industria, que habrá de hacer nuevas propuestas y escuchar a un consumidor que, probablemente, habrá reflexionado sobre hábitos de compra y estilo de vida, en una relación dialéctica de mayor compromiso con la sostenibilidad.

¿Sigue siendo válido el diseñar aquí, maquilar en países con mano de obra barata, o se impone también el regreso de la producción, como en otras industrias?

Las fuentes de aprovisionamiento, no sólo en el textil, también en la electrónica, componentes de la industria automovilística y otros generan beneficios, pero también fragilidades. Se ha visto de modo brutal. Muchas empresas, con inteligencia preventiva, teniendo consciencia de esas debilidades, desarrollaron sus capacidades de adaptación. Pero no existen los automatismos, no son inmediatas y suponen costes importantes. Esto puso de moda los llamamientos a la soberanía nacional, bienintencionados, pero no siempre realistas. Los costes de producción seguirán siendo una variable estratégica, y cualquier desplazamiento hacia países desarrollados acabará en los bolsillos de los consumidores o en una presión a la baja de los salarios. Además, ciertas producciones son muy dependientes de la materia prima, difíciles de obtener en los mercados domésticos. Probablemente se vaya avanzando hacia supply chains –cadenas de suministros– en forma de tela de araña, posibilitando así cambiar de nodos con menos dificultades. Mejor que en forma de cola de serpiente, donde cada enlace depende de otros, pudiendo provocar una ruptura sobre el producto final.

¿Cómo podemos velar porque, al cruzarse el coronavirus no desaparezcan marcas de prestigio que llevó años, décadas, construir?

Las empresas se enfrentan a problemas de organización del trabajo y a dificultades económicas y financieras inéditas. Los gobiernos, la UE y el Banco Central Europeo han diseñado, o lo están haciendo, mecanismos de apoyo imprescindibles. Primero de todo, hay que garantizar la salud de empleadas y empleados. Organizar adecuadamente el trabajo a distancia, llevar a cabo planes eficaces de comunicación hacia empleados, clientes y proveedores. Modificar el modo de prestación, adelantando planes ya diseñados y novedosos. Negociar pagos diferidos, lo que exigirá competencia, esfuerzo y poder de convicción. Gestionar los gastos recurrentes de explotación, aprovechando para evaluar si son imprescindibles y en esos montantes. Y prepararse para la recuperación, que tardará, pero llegará.

Frente al consumo desaforado, también en moda... ¿Otro modelo es posible? ¿Llega la slow fashion?

Ha llegado el momento de que lo ecológico no sea sólo una pose o una estrategia de márquetin sin contenido real. En la moda habrá que comprobar si en sus páginas web dan información sobre el impacto medioambiental en cada ejercicio. También es relevante no sólo lo ecológicos que sean los materiales, sino la forma de obtenerlos, pues se puede estar contribuyendo a la deforestación, por ejemplo. Ojo a los pesticidas, a los tratamientos con productos químicos, qué tipo de tintes, etc. No importa que un producto sea vegano si se fabrica con derivados del petróleo. Y así podríamos seguir.

Por tanto la moda apostar por la economía circular, por las personas y el medioambiente ¿Cómo?

Probablemente en un futuro no lejano, iremos sustituyendo el valor simbólico de la propiedad por el valor funcional de uso. El alquiler de ropa va a ir ganando terreno, muy rápidamente, combinando el turnover de tendencias con la lucha contra los residuos. El reciclaje también contribuirá a que la economía circular gane terreno. Se trata de inscribir comportamientos más responsables en producción y consumo.

¿Qué es eso del ‘apocalipsis retail’ del que habló Maite Aranzábal, IE Business School, en las jornadas de la RAGC? ¿Cómo evitarlo?

La voz de alarma la ha dado EE.UU., en donde ya cerraron muchos miles de tiendas físicas en los últimos dos años, aunque también es cierto que otras abren. Pero para las rentas más altas, la compra on -line va a ser privilegiada, con fuerte sensibilidad a la innovación y a lo experencial. Un retail más personalizado y emocional. El coronavirus vino a acelerar este fenómeno.

Aprovechando que tengo a mano a un vicepresidente de uno de los referentes de la moda gallega... ¿Cómo ha pasado el virus hasta ahora Adolfo Domínguez?

Se avanza en la reapertura gradual de tiendas, con mucha prudencia, y desde el estallido de la crisis del coronavirus se trabajó para amortiguar sus efectos. Había que mantener su viabilidad en los distintos aspectos, empezando por el financiero. También hubo que darle una vuelta a las colecciones, se negoció con proveedores y arrendadores, dando, una vez más, un impulso a la innovación y a la eficiencia.

¿Y cómo encara toda esta revolución textil la empresa?

Sin duda el e-commerce va a constituir uno de los pilares de la compañía, así como un gran proyecto, ya avanzado, de inteligencia artificial. Adolfo Domínguez se va a convertir en la primera firma europea en lanzar un servicio de personal shopper on-line, con un importante componente de sostenibilidad.

Un sector estratégico

¿Qué pinceladas trasladó el titular del Consello de Economistas gallegos en la jornada?

Miguel Vázquez Taín destacó la relevancia creciente del textil, que supone un 6,1 % del PIB gallego, al que añadir el importante efecto tractor sobre el resto de la economía. Con mayor vigor comercial que industrial. Otro punto que resaltó fue la internacionalización: en 2000 representaba el 7,4 % de las exportaciones de Galicia, mientras que el año pasado llegaron a suponer el 26,3%, constituyendo parte fundamental del saldo positivo del comercio exterior de la economía gallega.

¿Cuál es el análisis del Clúster del textil-moda, Cointega?

Según su presidente, Alberto Rocha, de no tomar medidas acertadas y urgentes, buena parte del sector podría desaparecer. Citó debilidades como la falta de una dimensión adecuada para afrontar con garantías internacionalización o innovación. Falta músculo y capacidad financiera. Ante la pandemia, ve vital garantizar la supervivencia de marcas y unidades estratégicas de negocio.

22 jul 2020 / 00:00
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