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ENTREVISTA
Santiago Pardo Iglesias. Profesor de Oratoria y Debate. Estudiante de Derecho y Relaciones Internacionales en Icade

“La oratoria debería ser una asignatura más del currículum obligatorio”

Este joven estudiante gallego y su compañero Pedro Cuevas fueron los ganadores, en noviembre de 2019, para representar a la Universidad de Comillas y a España en el Campeonato Mundial de Debate Universitario en Español que se iba a celebrar el verano pasado en Ecuador. Como la pandemia lo marca todo, habrá que esperar a que el torneo pueda celebrarse y no pierdan la bolsa de financiación.

Santiago, ¿cuándo te diste cuenta de que se te daba bien la oratoria?

Pues en el colegio, donde tuvimos la oportunidad de hacer una vez un debate muy pequeño en 3º de ESO y dije: ‘Esto me gusta’. Más adelante, tuvimos, en bachillerato, la oportunidad de participar en una cosa que no es debate exactamente, pero que era como un modelo de naciones unidas, y me empezó a gustar más. Luego ya en la universidad, cuando entré, sabía que había la actividad y empecé a ir a todos los torneos que podía.

Imagino que cualquiera pierde una discusión contigo.

Bueno, me gusta discutirlo todo, eso es verdad. Ganar las perder eso ya que cada uno lo decida.

Tú estudias Derecho y Relaciones Internacionales en Icade y eres profesor de oratoria. Con esta experiencia que estás adquiriendo, y que te va a ayudar en el mundo jurídico, ¿dirías que cualquier postura es defendible?

Hay cosas, obviamente, que no se deben defender, pero sí el hecho de buscar los pros y los contras. En ese proceso dialéctico es donde verdaderamente hemos de construir cosas, aunque dos personas piensen completamente lo contrario.

Me da la sensación de que a veces la oratoria se malinterpreta y es como si este concepto no fuese lo suficientemente conocido y llegase a confundirse con palabrería. No sé si percibes lo mismo.

Sí, un poco. Lo que siempre decimos es que el debate es al final forma y fondo. Y si bien alguien puede tener una forma perfecta, no podemos dejarnos llevar por ello. Hemos de ver el fondo, lo que está diciendo, porque el aspecto formal nos capta, pero luego tienes que quedarte a ver si simplemente son palabras bonitas o palabrería, en este caso.

¿Crees que se le da la suficiente importancia a la oratoria en nuestro país?

Yo creo que para nada. Actualmente estoy dando clases en un colegio, y eso quizás es prueba de que empieza a tener más interés por ello. Pero es algo muy residual, en este caso se trata de un colegio privado, y yo creo que tendría que ser una asignatura más del currículum obligatorio. La oratoria es una habilidad blanda, así la llaman, que sirve para todos los ámbitos de la vida más allá de que te dediques a las letras a las ciencias.

Estoy totalmente de acuerdo. Y es que muchas veces cuando los chavales tienen que exponer delante de sus compañeros lo pasan fatal.

En España vamos muy atrasados respecto del mundo anglosajón, que tiene esto mucho más implantado. Un ejemplo son los clubes de debate, considerados como una actividad más y que quizás se enseña desde más pronto, puesto que en una presentación se valora más el hecho de saber exponer, explicar y transmitir lo que estás diciendo y no tanto el hecho de tener un buen contenido teórico.

Me viene a la cabeza la Cámara de los Lores. ¡Qué luchas de palabras!

Sí, la verdad es que es bastante más entretenido que nuestro Congreso, que es mucho más aburrido dialécticamente hablando.

Santiago, tú si tuvieras que analizar objetivamente a los políticos que tenemos hoy, quién dirías que es un buen orador.

Puede ser Pablo Iglesias por una cosa que creo que es fundamental: saber conocer a tu público. Él sabe perfectamente a quién se tiene que dirigir, sabe que las cámaras están ahí, que hay un público detrás. Pablo Iglesias tiene la capacidad de captar muy bien a sus votantes, que son su público objetivo. Transmite muy bien quizás ideas más complejas o cosas más difíciles de entender para la ciudadanía a través de palabras más del día a día. El tono creo que también lo emplea muy bien. Es una persona calmada aunque se esté en alterando el resto de los diputados.

Volviendo a la competición, Santiago... ¿conocéis a nuestros rivales?

De España no somos la única pareja que vamos, hay algunas de otras universidades conocidas como la Autónoma de Madrid, la Rey Juan Carlos –que también tienen clubes de debate bastante fuertes–. Y bueno. ahora con la COVID-19 no hay tantos debates. Porque antes había un torneo cada dos fines de semana, y esa era un poco la manera de entrenarse. Aunque son torneos aislados, no te vas clasificando, vas conociendo a tus rivales.

Y luego a nivel internacional, mi compañero y yo tuvimos la suerte de competir con uno de los rivales más difíciles de Latinoamérica, de México en concreto, en un torneo en Nueva York.

¿Hay algunos puntos básicos que debe cumplir cualquier persona que quiera lanzar un mensaje públicamente, que llegue con efectividad y que cumpla los fines para los que se ha creado?

Creo que hay mil, pero en una frase que me gusta bastante: “Digo lo que voy a decir, digo lo que digo y digo lo que dije”.

Muy buena.

Me pregunto si los líderes de una organización deberían entrenarse para aprender a comunicarse con sus trabajadores.

Creo que es una tarea fundamental y cada vez más las empresas lo empiezan a notar. Incluso contratan cursos de oratoria, de debate y demás porque si bien a veces pensamos que los únicos que tienen que hablar bien de la empresa son los miembros del departamento de ventas, la persona al mando ha de ser capaz de transmitirles el mensaje a sus empleados sabiendo distinguir si se lo dice a otro directivo o a un trabajador.

La forma de transmitirlo es diferente y si sabes hacerlo, va a servir para que las personas lo entiendan más e incluso vayan con ese mensaje adelante.

Los gestos son muy importantes, ¿pero lo es también la manera en que nos comunicamos a través de aplicaciones de mensajería instantánea? ¡Podemos llegar a meter muchísimo la pata!

Habría también que aprender a comunicarnos a través de este tipo de apps. Estas herramientas son fundamentales, pero soy partidario de que las cosas importantes se hagan por llamada o videollamada, porque es donde hay más fluidez en el diálogo.

Pero sí es fundamental saber en qué tono hacerlo. En algo que se mete mucho la pata es en las faltas de ortografía que están cada vez más extendidas y si alguien te habla para un tema serio y ves que comete errores ortográficos importantes, te preguntarías: ‘¿con quién estoy tratando?’.

Con solo 20 años
Sus aspiraciones

Tiene solo veinte años y cuando le preguntamos por sus estudios en Icade (Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresas) dice: “No tengo queja”.

Hablando con él transmite mucha madurez –se lo han dicho en varias ocasiones, sobre todo alguna persona mayor que él–, “pero luego ya con mis amigos me adapto, hablo de cosas más normales, más del día a día, porque a veces es cierto que con la gente del mundillo de debate tienes conversaciones ‘aburridas’.

Aunque es pronto, sabe por dónde le gustaría encaminar sus pasos profesionales:

“Lo de dedicarme al mundo de la oratoria no lo descarto porque me gusta mucho. Simplemente, como es una habilidad blanda, se acaba conjugando con otra cosa que hagas porque es muy difícil que te dediques a ser conferenciante solamente. Pienso que es algo muy restringido y está muy reducido. Y en caso de acabar centrándome en el Derecho, iría por el financiero, el mundo de la bolsa”, señala.

28 feb 2021 / 01:00
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