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ENTREVISTA
Pablo Durán Oftalmólogo pediátrico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla

La pandemia podría aumentar la miopía entre los más jóvenes

al aire libre”

Es el responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla. Licenciado en Medicina y Cirugía por el CHUS, especialista en oftalmología por el Chuvi y en oftalmología pediátrica por el Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, pone de manifiesto la importancia de detectar precozmente los problemas de visión en la infancia para poder minimizarlos e incluso evitarlos en la edad adulta y recuerda que si un defecto ocular no se trata, el cerebro de los niños se acaba acostumbrando a esa deficiencia haciendo que pase desapercibida.

¿Cuándo se debe realizar la primera revisión oftalmológica a un niño?

Es importante revisar la vista de los niños de forma temprana. En un niño cuyo parto fue normal y en el que no se sospecha ninguna enfermedad, lo ideal sería realizar una visita de control entre los cuatro meses y el año de edad. Si no hay síntomas de problemas de visión, la siguiente revisión se recomienda a los tres años, edad en la que los más pequeños ya pueden colaborar en una exploración oftalmológica sencilla. A partir de este chequeo se aconseja revisar la vista de los niños cada año hasta los 10-11 que es cuando el sistema visual ya está desarrollado.

¿Qué síntomas evidencian posibles trastornos oculares en los más pequeños?

Los más frecuentes son acercarse demasiado a las cosas, guiñar los ojos para ver o leer, inclinar la cabeza para ver, temblores o movimientos oculares constantes, ojos rojos o lagrimeo constante, anomalías en el párpado, pupila blanca, dolores de cabeza frecuentes tras un esfuerzo visual o desviación en alguno de los ojos. Es importante consultar con el oftalmólogo pediátrico si se detecta alguno de ellos ya que pueden evidenciar posibles trastornos oculares a diagnosticar.

¿Cuáles son los problemas visuales más habituales en la infancia?

El estrabismo, el ojo vago, los defectos refractivos y las cataratas pediátricas son los problemas de visión más frecuentes en la infancia. Los dos primeros quizás sean los más conocidos por la población y consisten en una desviación de uno de los ojos respecto al otro, en el caso del estrabismo, y de una disminución de la visión que se presenta habitualmente en uno de los ojos, aunque en algunos casos también puede ser bilateral, en el caso del ojo vago. Los defectos refractivos, que engloban hipermetropía, miopía o astigmatismo, también pueden presentarse en edad pediátrica, no sólo en edad adulta frente a lo que se piensa habitualmente, igual que la catarata pediátrica que supone, como en las personas mayores, una pérdida de transparencia del cristalino, y que puede presentarse en el nacimiento o durante la maduración visual del niño.

Antes mencionó el estrabismo como una de las enfermedades más frecuentes en edad pediátrica. ¿Cómo se trata?

El tratamiento del estrabismo pretende lograr una correcta alineación de ambos ojos. La mayoría de los casos se solucionan mediante el uso de gafas adecuadamente graduadas y tratando, si existiese, el ojo vago mediante el uso de parches. Si con estas medidas aún persistiese la desviación se aplicaría cirugía correctora que actúa sobre uno o varios músculos del ojo, debilitándolos o reforzándolos según se necesite. Dada la reducida edad de los pacientes, esta intervención se realiza bajo anestesia general, pudiendo regresar a casa el niño en el mismo día.

Se insiste mucho en la importancia del diagnóstico precoz. ¿Puede ayudar la detección precoz de trastornos de visión en niños a evitar problemas de adultos?

En efecto, detectar precozmente los problemas de visión en la infancia puede no sólo minimizar sino también evitar problemas oculares en edad adulta. Además, tener una buena visión en la infancia mejora el desarrollo formativo y social de los más pequeños, estimándose que una adecuada prevención y diagnóstico de los problemas visuales en los niños evitaría el 30% de los fracasos escolares.

¿A partir de qué edad ya no se pueden corregir las enfermedades oculares?

Depende de cada enfermedad ocular pero en el caso del estrabismo y del ojo vago si no se tratan a tiempo pueden llegar a ser irreversibles. En el caso del ojo vago el tratamiento debe realizarse lo antes posible, lo ideal es antes de los siete años. El estrabismo es conveniente detectarlo y tratarlo antes de los cinco años para evitar el ojo vago. Es justo el hecho de evitar la aparición del ojo vago lo que apura los plazos ya que el tratamiento para corregir la alineación de los ojos puede hacerse efectivo a cualquier edad, algo que no sucede con la ambliopía ya que a partir de los 8 u 9 años resulta muy complicado recuperar la visión de un ojo vago.

Videojuegos, smartphones... ¿Cómo afecta a la visión de los niños la sobreexposición a las pantallas?

La sobreexposición de los más pequeños a las pantallas contribuye a incrementar el tiempo que pasan enfocando de cerca, siendo justo este exceso de visión próxima el que está produciendo un aumento de los casos de miopía en la población. El estilo de vida actual hace que se utilice poco la visión de lejos, por eso los oftalmólogos insistimos tanto en la importancia del ocio al aire libre para fomentarla así como en los descansos durante el uso de dispositivos electrónicos: 20 segundos por cada 20 minutos de trabajo o de cualquier actividad en visión próxima. También es importante ajustar el brillo, contraste y resolución de la pantalla antes de su uso para no forzar la vista.

¿Podría valorar el impacto que dejará en los niños a nivel de salud visual la actual crisis sanitaria por coronavirus?

La exposición insuficiente a la luz natural, el abuso de la iluminación artificial y el uso prolongado de dispositivos electrónicos propios del periodo de confinamiento de estos últimos meses tendrán más impacto en los menores ya que su sistema visual está aún en desarrollo frente al de los adultos. De hecho hay numerosas evidencias científicas que ponen de manifiesto la relación del entorno visual de los más pequeños con la aparición de problemas oculares como la miopía. Y aunque aún no podamos computarlo en cifras es muy probable que el confinamiento tenga un impacto real en el aumento de la incidencia de la miopía entre los más jóvenes.

Pasará un tiempo hasta que los más pequeños puedan reanudar las clases presenciales. ¿Cómo se debe afrontar la vuelta al cole en términos de visión infantil?

El inicio de curso siempre es un buen momento para realizar una revisión oftalmológica a los más pequeños, permitiendo detectar cualquier problema que pueda afectar a su correcto desarrollo visual y por tanto influir también en su rendimiento escolar. Este año con la crisis sanitaria por la covid-19 los más pequeños han permanecido mucho tiempo confinados en casa haciendo uso de los dispositivos electrónicos tanto para estudiar como para sus momentos de ocio por lo que sería recomendable vigilar más que nunca su comportamiento visual. No podemos olvidar que cuando un defecto visual no se trata, el cerebro de los niños se acaba acostumbrando a esa deficiencia haciendo que llegue a pasar desapercibida.

26 jul 2020 / 00:00
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