Las averías más frecuentes en una moto en un viaje largo

A medida que vamos acercándonos a la nueva normalidad, se van habilitando más movimientos para la ciudadanía. Después de ya poder disfrutar de las terrazas o de comprar en los comercios, pronto llegará el momento de cruzar la provincia para visitar a nuestros familiares o dar un paseo por la playa o por la montaña. En el horizonte también vislumbramos los días en los que ya podremos viajar por otros puntos del país. Sin embargo, igual que las personas han padecido algunas agujetas tras sus primeros paseos, los vehículos también sufrirán en su vuelta a la actividad, por lo que se aconseja ser previsor, realizando una visita al taller, poner al día la documentación obligatoria y revisar y comparar los precios del seguro por si surgiera alguna oportunidad.

Ahora que se acerca el verano y sus temperaturas agradables, las motos son uno de los medios de transporte más utilizados por los españoles. Los moteros nacionales están deseando volver a rugir sus motores para desplazarse con libertad, disfrutando del aire puro y de las vistas. Por ello, precisan un cuidado de sus máquinas antes de realizar viajes largos, en especial, de aquellos fallos más comunes de las motocicletas.

En base a estudios realizados con datos de números talleres de distintos países de la Unión Europea, se ha llegado a la conclusión que existen cinco grandes tipos de averías en los ciclomotores, comunes a todas las cilindradas y que pueden provocar más de un quebradero de cabeza en estos próximos meses.

Entre los problemas más habituales está la rotura del embrague, una de las partes más vulnerables y que representa el quince por ciento del total de reparaciones. Sea hidráulico, mecánico o automático, está en uso continuo y es muy notorio cuando empiezan a fallar. Entre los elementos que más sufren se encuentran los discos y los muelles, sin olvidarse tampoco del cable del embrague.

En segundo término, están el alternador, encargado de alimentar el sistema eléctrico y de cargar la batería, y la centralita de gestión del motor. Ambos errores son cada vez más frecuentes, por razones obvias, y las piezas indispensables para el funcionamiento correcto de la moto.

A continuación, en la lista de desperfectos se encuentran los fallos en la bomba de combustible, que lo transporta desde el depósito hasta el motor, así como de los desperfectos o roturas en las juntas de estanqueidad y en los conductos de los sistemas hidráulicos. Esta parte está más expuesta al desgaste del tiempo, los cambios de temperatura y la constante actividad, por lo que es una de las averías más clásicas.

Por último, resulta habitual la pérdida de algún tipo de líquido, no sólo de carburante, sino también de lubricante, refrigerante, aceite o líquido de frenos; así como las roturas en la cadena, responsable de que las ruedas traseras se muevan.

En este sentido, y con las ganas que hay de salir y desplazarse por todo el territorio, si se quieren evitar este tipo de problemas, lo recomendable es seguir al pie de la letra las revisiones periódicas que indica el fabricante, visitar un taller en caso de cualquier duda, y sobre todo después de tantas semanas confinados, y contar con un buen seguro de moto. Respecto a lo último, revisar la póliza puede ayudar, y mucho, a la hora de pasar revisiones o de reparar cualquier avería.

Todas estas decisiones redundarán en unos viajes tan agradables como deseados. Con este objetivo, más vale prevenir que curar.