Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Las nuevas rebajas (nuevas y primeras)

    Los años en que servidor vivía en Madrid, coincidieron con la llegada alborozada de su majestad la tele, esto es, la televisión. Solo una (la 2 vendría después) y española, con muchas rayas y ningún color. Las familias se arracimaban para disfrutar de la que algunos bautizaron como la “caja tonta” y quienes no la tenían se paraban ante cafés y establecimientos de venta de receptores, ¡qué remedio!.Pronto, uno de los espectáculos más seguidos en la pantalla fue la alborotada y desaforada invasión de la desbocada población femenina a la que no podían sujetar las puertas de Galerías Preciados o el Corte Inglés: todo un espectáculo del furor consumista que anunciaba el desarrollismo y la masificación de las ventas de los grandes almacenes en los que, quien más quien menos, acababa comprando tres o cuatro veces más de lo que tenía pensado. Esa fama de compradores manirrotos, desaprensivos, la tuvieron los argentinos ricachones en el París de los años 20, y posteriormente los españoles que empezaban a visitar la Nueva York de los asombrosos rascacielos. Durante décadas (desde los años sesenta), las rebajas fueron un fenómeno económico y social de fuerte raíz popular. Coincidió, aproximadamente, con el desarrollo del pago a plazos que tanto facilitó la vida a la clase media-baja sobre todo. Mas en esta vida está visto que nada dura (y cada vez menos) pues la escasa calidad de lo fabricado acelera el consumo. Además, este Gobierno quiere vernos felices y europeos, modernos e innovadores: democráticos al fin.

    Así, hace dos o tres días, don Pedro, nuestro joven mandamás, ha metido como quien no quiere la cosa, las rebajas en la política, derogando el delito de sedición (establecido en nuestro Código Penal desde 1822) para que queden contentos los ultranacionalistas del “Procés”, metidos de hoz y coz en tal delito entre bravatas, altercados callejeros y desafíos a la Constitución, a la estabilidad de la vida del país y la tranquilidad de los ya baqueteados ciudadanos. También la agrupación podemita está de enhorabuena, en especial madame Montero, aunque ella va por lo sexual, materia en la que muestra altísima formación, muy superior a la que manifiestan sus señorías los jueces, al menos eso dice ella, airada siempre. Muy moderno y provisto de terno azul y encorbatado frente a las pantallas televisivas, el jefe se ha justificado diciendo (burda mentira) que en los países europeos, tal delito no existe y ahí tenemos que estar nosotros; palabras estas, que pronuncia grave, en tono franciscano y gesto contrito.

    Los catalanistas montaraces, recalcitrantes han salido del atolladero carcelario, por ensalmo, cómodamente: visto y no visto, sin problema, y don Pedro, en un modo de hacer política que respeta como nadie, nos ha mentido otra vez, y van...y así, él contento; su gobierno ídem y catalanes y vascos en la gloria: no hay como negociar, utilizar el escarnecido don de la palabra y mentir. Mentira hasta que la mentira anule, suprima la verdad. Se dice que la vida sin mentiras sería insoportablemente aburrida, aunque los españoles, con todo lo que cae cada día (un verdadero diluvio) vivimos más que entretenidos. Además, es sabido que la mentira no es mala, como lo prueba las llamadas “piadosas”. Piadosas serán, pero está uno de ellas hasta los pelos. Y lo mismo de quienes se sirven de ellas a diario, a más y mejor. ¡Vaya cruz!. Ergo, la nueva y gubernamental divisa es, en consecuencia: “Miento, luego existo”. Existo y triunfo, tengo éxito, fama y dinero; lo demás no es vida, claro, aunque por descontado, yo no lo creo. Y ustedes seguramente tampoco.

    18 nov 2022 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.