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María Sánchez Vigo. una vida en el arte

    María Sánchez Vigo quedará inmortalizada en las obras de Rogelio Puente, en todo su esplendor, tal como era, aunque en las imágenes creadas por el pintor pueda parecer una ensoñación. Elegante y singular, ahí está, en una gran parte de la obra, engrandeciendo con su porte el misterio de las escenas ; sin duda, es el tema principal que da sentido al universo del pintor en el que se intuyen presencias y ausencias; así es la obra de este artista, el reflejo de lo que se ve y de lo que no es materia, pero sí existencia. Él supo captar la esencia de su modelo inspiradora, representándola con la mirada melancólica que simbolizaba nostalgia, tristeza, o despedida; plasmada en los lienzos en situación de calma y quietud, fijada en los escenarios elegidos, pensativa, misteriosa..., visiones excepcionales que solo él pudo adivinar, y que aparentemente no tenían nada que ver con la personalidad real de la modelo, ni con la vida de entonces. María en su cotidianeidad no evidenciaba ninguna de esas soledades del alma; era positiva, comunicativa, alegre, transparente y confiada. Vistos ahora algunos de los cuadros de Puente, en los que ella hace nacer el tema, y su figura se sobrepone al escenario creado, absorta en el hermetismo de un mundo alejado de cualquier atisbo de vulgaridad, se vuelven absolutamente reveladores. Las pinturas “En el Majestic”( 1988 ), “ Farewell – El adiós “( 1986 ) , “ El regreso de la primavera” ( 1989), “ Reflejo de invierno en Venecia” ( 1980 ) o “Recuerdo de un verano” (1984 ) son premonitorias y clarividentes. Los grandes creadores son visionarios, se adelantan a los acontecimientos, antes de que se produzcan. En el capitulo corto en el tiempo que fue la vida del pintor junto a su modelo, María, “Marichi” para los allegados, fue la impulsora absoluta de su éxito; si no estuviese a su lado, él no hubiera comenzado y si por un momento lo hiciese solo, no hubiera podido continuar ni consolidar una carrera profesional que trascendió más allá de Galicia. Estuvo a su lado para lo práctico y para la inspiración. Al finalizar el ciclo vital del pintor en 1996 , ella también entendió que se había cerrado una etapa.

    En los siguientes veinte años, tras la ausencia de Rogelio Puente, y comenzando una nueva fase a principios de la década del 2000, Marichi se dispuso a iniciarla con esperanza e ilusión; finalmente ese tiempo le aportaría grandes satisfacciones personales. Una vez mas, su realidad seguía ligada al arte, pero desde otro angulo y a ella se enfrentó con la habitual energía al lado de Antonio Llop de Villalonga, compañero de vida y persona incondicional en todos estos años, hasta las últimas horas. Compartieron los días en otras geografías, las inquietudes intelectuales, vivieron enriquecedoras momentos; construyeron plataformas culturales, que dieron lugar a prestigiosos proyectos ( Crescent Iniciativas ), de donde salieron exposiciones y ediciones de libros, entre los que destacan las series “B. G. Wildlife Photographer of the year” en acuerdo con la BBC y The Natural History Museum de Londres, que divulgaron por Europa; o nuevas recreaciones sobre la obra de Man Ray o Fred Stein. Esa labor de recuperación y divulgación les llevó a explorar otros ámbitos del arte, el cine, la historia, la literatura o la naturaleza; investigaron y se adentraron en nuevas experiencias que surgieron del emprendimiento de grandes viajes y aventuras marítimas que les llevaron a ver el mundo desde otra dimensión. Y aunque para María Sánchez Vigo, los últimos años fueron extremadamente difíciles, en ningún momento perdió de vista quien fue y quien era. Con gran sentido de la dignidad se mantuvo hasta el final, sin renunciar a su propia entidad. Me vienen ahora a la memoria , al escribir estas lineas en su honor, aquellos versos que corresponden a “Oda a la Inmortalidad”, del poeta romántico inglés William Wordsworth ( 1770-1850) que fueron siglos después inspiración para el director cinematográfico turco- norteamericano, Elia Kazan en aquel inolvidable film “Esplendor en la hierba” ( 1961 ) : “ Aunque ya nada pueda devolvernos la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos, porque la belleza subsiste en el recuerdo”.

    06 dic 2022 / 01:00
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