“Mi rechazo para quienes priorizaron, contra la salud de todos, consideraciones políticas o económicas”

{Vilagarcía de Arousa, 1976} La carrera operística de la soprano Laura Alonso la ha llevado a residir en Berlín. Formada entre España y Alemania, con una amplia discografía y varios premios internacionales en su haber. Ha ofrecido a lo largo de su prolífica carrera conciertos en países como Japón, China, Tailandia, Egipto, Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Brasil, México o Chile.

Están recientes las elecciones autonómicas con mayoría absoluta y caras nuevas. ¿Considera que para mejor? ¿En qué medida influirá este resultado en nuestras vidas?

Estabilidad y renovación equilibradas siempre es una fórmula segura; por supuesto, respetando el pluralismo político de Galicia. Las competencias autonómicas inciden esencialmente en la vida de los ciudadanos –Sanidad, Educación, Servicios Sociales, Agricultura, Pesca– y por ello influirá de forma decisiva los próximos años.

Todavía colean los amargos estertores del coronavirus. ¿Qué debemos hacer?

Aprender de los errores y, junto a medidas de salud pública y concienciación social –educativas y coercitivas–, preparar los servicios asistenciales para poder atender las demandas que se produzcan.

¿Practicó el teletrabajo? ¿Con qué resultados? ¿Cree que llegó para quedarse?

Por mi profesión, el teletrabajo es parte del trabajo, ya que la conexión telefónica, por videoconferencia, de reuniones, conferencias y clases mediante Zoom o Google Meet, con todo el mundo –y más esta temporada con la enorme dificultad de viajar–, es previa a la actividad presencial en ensayos finales y, por supuesto, en las actuaciones. Desde luego, actividades que con anterioridad se realizaban mediante desplazamientos, es muy probable que se realicen –salvo que la presencialidad sea esencial– mediante comunicaciones telemáticas.

¿Cambiarán mucho sus vacaciones? ¿Dónde las disfrutó en el pasado y qué hará este verano?

También por mi profesión, suelo estar fuera mucho tiempo, viajar con frecuencia y, en muchas ocasiones, en vuelos largos. Por eso mis vacaciones soñadas son quedarme en Galicia y disfrutar de lo nuestro con serenidad.

¿Qué se puede hacer en un mundo tan desigual con millones de personas desnutridas, desplazadas, enfermas y sin recursos tras la pandemia?

Hacer que todos seamos conscientes del problema y responsabilizarnos plenamente de nuestro deber, ético y jurídico, para hacer reales y efectivos los derechos a la vida y salud de todos.

¿Para quién su aplauso en estos meses negros y quién merece su rechazo?

Sin duda para todos los sanitarios y profesionales de sectores esenciales –alimentación, seguridad, transporte, limpieza y tantos otros– que, cuidando de todos nosotros, han sacrificado tanto –algunos por desgracia su propia vida o la de sus seres queridos– para que podamos seguir con nuestras vidas. Creo que no somos conscientes de lo que les debemos y espero que lleguemos a serlo porque es de justicia. Por el contrario, merecen mi más absoluto rechazo quienes priorizaron, contra la salud de todos, consideraciones políticas o económicas. La imprevisión –con la información que ya estaba a su alcance– es impensable en quienes no cumplieron su deber de proteger. Una vez más, la valla engañó a la vid.

Las mujeres tienen cada vez más protagonismo en todos los ámbitos. ¿Lo percibe usted en su profesión?

Nos queda mucho camino por andar y muchos obstáculos que derribar. Aún en nuestro ámbito profesional, demasiadas decisiones son tomadas, tanto en cargos unipersonales como en órganos colegiados, sin tener en cuenta la perspectiva de género. Esperemos que, con la conciencia de todas, y por supuesto también de todos, esto cambie cuanto antes.

Sin embargo, todavía se escuchan muchas quejas sobre las dificultades que deben superar frente al teórico dominio de los hombres...

Entiendo que la clave está, precisamente, en tener en cuenta la perspectiva de género en la toma de todas las decisiones. Se trata de tener siempre en cuenta y de hacer visible la igualdad efectiva de todas las personas.

¿Cree que este es el siglo de las mujeres, liberadas, sin complejos, triunfadoras?

Libertad, igualdad y participación son valores que cada generación debe defender constantemente, porque sus enemigos son poderosos tanto económica como políticamente. Debemos subirnos a hombros de aquellas mujeres –verdaderas gigantes– que nos precedieron en esa lucha para continuarla partiendo de lo que ellas han conseguido. Ni un paso atrás y luchar para dar lo más que podamos hacia adelante.

Un tema recurrente es el que se refiere a los problemas de conciliación familiar y flexibilidad en el trabajo, ¿cómo lo ve?

Tanto en lo personal, como en lo profesional y en lo social, es uno de los problemas más difíciles de gestionar en este mundo actual postmoderno e individualista. Es necesario que todas las personas seamos conscientes de la necesidad de garantizar esa conciliación como derecho personal y como condición social para permitir avanzar en progreso y desarrollo. Sin esa consciencia, y sin hacerla eficaz mediante medidas necesarias, regresaremos a situaciones que nuestras madres, con su enorme entrega y sacrificio, habían superado.

¿Cree que, como indica una encuesta, los jóvenes de hoy vivirán peor que sus padres?

Por desgracia creo que sí. El desarrollo económico, equilibrado y justo en la distribución de la riqueza, es condición para que las personas podamos hacer real el proyecto vital que queremos. En este mundo global, donde las grandes corporaciones tienen el poder por encima de pueblos e individuos, resultará más difícil que el dinero no sea, cada vez, más poderoso. Y digo más difícil, no digo imposible, porque tengo esperanza en la humanidad.

¿En qué orden de preferencia situaría familia, profesión, estudio, relevancia social o amigos?

Familia, amigos, profesión, estudio, relevancia social.

Dentro de sus responsabilidades profesionales, ¿en qué proyecto está centrada ahora?

Retomar actuaciones y cursos que imparto en Alemania, en América y en China; por supuesto, cuando esta situación pierda su enorme peligro. Y me encantaría poder seguir llevando a distintos rincones de Galicia la ópera por primera vez, como hemos estado haciendo este último año con un enorme esfuerzo y sin ayuda alguna. Desde luego, sin ella, y más después de esta epidemia, ya no será posible continuar haciéndolo. Espero que los responsables de la Cultura en nuestra tierra valoren este proyecto y podamos seguir haciéndolo una realidad con nuestra asociación sin ánimo de lucro.

¿Alguna persona tuvo influencia en momentos clave de su vida? ¿Cuál es el mejor consejo que recibió y de quién?

Sin duda alguna, mis padres, mi tío, mi profesora...