Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Moscas neuróticas

    eran felices y no lo sabían. Míralos ahora, atrapados en casa, en este confinamiento interminable, con las horas infinitas desplomándose lentas y pesadas sobre ellos. Hoy le escuché decir que está harto, que necesita ir a tomar algo con sus amigos ya, que incluso extraña a sus compañeros de oficina y a su jefe... Y ella le respondió con un “ya veo lo que te importo” aderezado con un amable y comprensivo portazo...

    Eran felices y no lo sabían.

    Mira como se reprochan que han vuelto a las rutinas a las que se prometieron no regresar cuando se sentían relajados y conectados en ese retiro forzoso. Se recuerdan que se dijeron cariñosamente que nunca más serían autómatas, esclavos ni sumisos... Que se dedicarían más tiempo, más espacio, más todo.

    ¡Cómo añoran los días de confinamiento en que estaban los dos ahí sentados en el sofá, juntitos, con una hermosa cara de aburrimiento! Un aburrimiento gozoso y pleno. Es curioso como nos acabamos contagiando de esa especie de reminiscencia perpetua, y parece que hasta nosotras, las moscas, nos ponemos algo neuróticas. ¿Recuerdas cuando nos posábamos con calma y alegría sobre sus brazos y nos dedicaban tiempo y conversación? Ahora ya no. Hoy he ido hasta su pantorrilla y casi me mata de un manotazo. Estaban alterados. No soportan la distancia social, llevar bozal como los perros, fumigarse antes de entrar en cada tienda, tener que irse a la una de la madrugada a casa porque les cierran el bar... Pobres.

    Eran felices y no lo sabían. Ahora dicen que se quejaban de vicio, que lo de llevar mascarilla no era algo tan horrible, que lo de la distancia, el gel, o los horarios, no era para tanto... Míralos ahora, otra vez confinados. Reconstruyendo de nuevo todas esas veces en que tendrían que haberse dado cuenta de la supuesta belleza del momento pero no lo hicieron. Aferrándose a una idea y a una fantasía nostálgica, a una especie de paraíso idealizado que no surge sino por contraste y como defensa contra la frustración de enfrentar la realidad presente . Hoy les he visto, amargados, leyendo sesudos tratados sobre el arte de no amargarse la vida. Pero mira tú, aquí están otra vez, de nuevo hablando con nosotras: dos insignificantes moscas neuróticas.

    ¿Pero qué dices? A ver, amiga, esto es un artículo de ficción, las moscas no hablamos. Afortunada o desgraciadamente no podemos ser neuróticas. Es cierto. Gocemos el momento.

    25 sep 2020 / 00:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.