Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
ENTREVISTA
Susana Martínez. Cantante

“No tengo compositores ni mánager ni discográfica. ¡Autoedición, autotodo!”

Es una mujer luchadora, con las ideas muy claras y los pies en el suelo. Sabe que vivir de la música, solo de la música, es un sueño al alcance de unos cuantos, pero a esta gallega talento no le falta, y vocaciones tampoco. Se dedica a la enseñanza, otra de sus pasiones. Pero cada vez que puede, se da el gusto de sacar un disco. Su voz es envolvente, atractiva, sofisticada. Da gusto escucharla.

Susana, ¿cuándo descubriste que tenías talento para la canción?

Más que descubrirlo, lo intuía, pero este mundo exige tantas pruebas fehacientes que, al contrario que Descartes, yo dudaba... entonces no existía como cantante. Empecé a confiar en mí al escuchar a amistades sinceras diciéndome: “cantas bien”, “¿por qué no te dedicas profesionalmente a esto?”. Luego, muchos músicos con los que toqué terminaron por alentarme más. Su opinión importaba más que la del resto, naturalmente. Mi último paso fue apelar a mi yo creativo: desde entonces compongo de vez en cuando y fue maravilloso descubrir que lo que yo paría pudiera gustar a otros.

¿Qué peso tiene para ti la formación musical, Susana?

Siempre pongo el ejemplo de los Beatles. No tenían formación musical, al menos al principio y pronto demostraron que eran genios. Claro que es importante toda formación en cualquier área, pero yo conozco a gente que tiene carrera musical y no transmite nada, con su voz, con sus canciones, si las tiene... Para mí la clave está en el gusto, en la capacidad de transmitir la máxima belleza posible. En lo que al canto se refiere, recibiendo clases se aprende la técnica. El profesor puede guiarte con ciertos consejos de gusto, pero si no transmites ni interpretas el mensaje con tu voz, dejas al oyente impasible. Eso no es arte porque no se trata de meter más goles, sino de seducir manejando el balón.

En cuanto al solfeo, es un gran complemento a la hora de crear. Con solo 4 o 5 de los acordes básicos se puede hacer una bonita canción –como Let it be –. Pero lógicamente, si sabes qué es una tonalidad y los acordes que la forman, tendrás más armas para enriquecer un tema y crear melodías a partir de ellos. Y esto último, crear una melodía, que al final viene de tu imaginación normalmente, al menos en muchos casos como el mío. Eso no te lo da ningún estudio, aunque repito que ayuda. Cuando se te ocurre una bonita que te dan ganas de tararear fregando la loza, porque se te ha quedado en la cabeza, ¡ya tienes media canción hecha o más!

¿Recibiste apoyos o alguien intentó con su mejor intención que aseguraras tu porvenir?

Nadie aseguró mi porvenir en la música y creo que hoy ningún músico se atreve a hacerlo. Yo soy una persona superresponsable, en parte debido a mi educación. Estudié una carrera universitaria que me diera garantías mínimas de supervivencia, y en los 80 la idea de cantar profesionalmente me parecía una quimera para unos pocos. Afortunada y desgraciadamente quizás, tengo más vocaciones que la música. Los idiomas me enloquecen tanto como ella, hasta el punto de estudiar una segunda filología. Fue durante la primera cuando me prometí que iría a clases de canto a partir de mi primer sueldo estable. Me encanta el estudio, que significa absorber, pero a la hora de extraer de mí, descubrí que cantar en directo era mi forma de comunicación más cómoda y placentera de vivir. Y todo –exceptuando una subvención de la Fundación Sgae para la publicación del primer disco, Let’s make a change– formación, músicos, discos, gastos varios, me los costeo yo sola. No tengo compositores ni mánager ni discográfica. ¡Autoedición, autotodo! Ningún camino de rosas.

Este año ha sido complicado para todos. Además, tú tienes un trabajo nuevo y otro que está a las puertas, y que merece la pena que todos conozcamos. ¿Cómo lo llevas?

Pues lo llevo con mucho orgullo y satisfacción. Está accesible en todas las plataformas digitales. Creo que este segundo disco, Universal Love, es mucho mejor que el primero. Las canciones son más ricas en melodías y armonías gracias a que aprendí a tocar el piano, con el que armonicé uno de mis mejores temas, My other me. La tónica general del disco es un poco más pop y creo que pegadiza: llega más al público. Además del inglés, añado el castellano y gallego en algunas de las letras.

Solo tuve dos conciertos y ya ni me los esperaba... pero afortunadamente, no vivo de esto, sino de la enseñanza, aunque haya ansiado siempre lo contrario. En estos momentos, la idea de pretender vivir solo de la música me parece absolutamente suicida, y me preocupa mucho la gente que sí lo lleva haciendo toda la vida ¡Les debemos tanta felicidad! Hay que ayudar a la cultura porque nunca ha supuesto tanto en nuestras vidas en momentos de confinamiento.

Para quien no te conozca, me gustaría que nos invitases a hacer un recorrido musical por tu trayectoria. ¿Por dónde empezamos?

Por un buen rato dudé si quería ser bailarina o cantante, ya que ambas cosas me gritaban igualmente, y llevaba años en clases de danza moderna y contemporánea. Concluí que si cantaba, podría combinarlo alguna vez con el baile y no al revés. A continuación, quise asegurarme de no hacer el ridículo en un escenario yendo a clases de voz, junto con el solfeo. Craso error, ya que es la experiencia y el grabarte mil veces lo que te enseña y curte realmente.

Me enamoré de los estándares de jazz y blues clásicos en especial. Empecé con grupos de jazz, blues. Luego descubrí el funk, el soul... Un buen día me di cuenta de que la única banda estable era yo. Nunca quería dejarlo y estaba componiendo asiduamente como para grabar más de un disco y no discutir con nadie sobre el repertorio o bolos que me daba la gana hacer. Desde entonces sigo en la música con mi proyecto como solista, aunque estoy abierta a otras colaboraciones, alguna se está forjando ya en la sombra.

En medio de todo este camino, me atraían enormemente también los tangos y boleros -–tuve un dúo, Ante todo tango–, pero al final todo parecía desembocar en algo básicamente anglosajón plasmado en mis dos discos.

Para estos días, ¿qué me recomiendas?

Toda canción que inspire esperanza y alegría. El último disco de Ana Belén, Vida, es precioso, con melodías y letras de autoafirmación optimistas y poéticas; la canción Felicidad, de Sole Giménez; Rough and Rowdy ways de Bob Dylan es una delicia por la personalidad impresa en su voz; el penúltimo de Alicia Keys, Here, la canción Hallelujah... ¡no tengo palabras! Música disco que te haga bailar en el salón, como la última de Marta Sánchez, Brillar, con arreglos muy ochenteros –¡cómo los echo de menos: la mejor época quizás para salir a la pista de baile!–, Christina and the Queens, su disco Chris, actual pero evocador de los 90, letras atrevidas e irreverentes, en inglés y francés. Para inspirarte a trabajar, Richard Galliano, su disco Tango choc. Me encantan Voices of New York, todo lo de Sheryl Crow, el disco entero Joane, de Lady Gaga, Hours, de Bowie; los gallegos The Soul Jacket... no pararía de recomendarte!

¿Cómo definirías tu música?

Siempre digo que trabajo un estilo ecléctico de marcada onda americana y un aire a menudo años 70-80-90s. Aunque soy fanática del pop inglés –Bowie es uno de mis ídolos– el blues, funk, soul, country son estilos que han salido de mí sin buscarlo expresamente. No sé si habría que analizar el porqué de esta espontaneidad del alma a expresarse musicalmente más por medio de estos que de otros estilos. De cualquier forma, hay temas como Sálvame, folk-pop en gallego y a dúo con Magín Blanco, que nada tiene que ver. Me vuelvo loca, es un tema pop-rock, y hace dos años gané un concurso de villancicos con O Sinal aquí en Galicia, toda una aventura en la que me sumergí y de la que salí inesperadamente airosa. Siempre digo humorísticamente que soy una promiscua musical. ¡Quién me diera componer un bolero o un tango algún día, como lo hizo Víctor Manuel!

“Me gusta de todo, siempre que me llegue al corazón”

¿Piensas que aquí en Galicia (cantando en inglés y metiéndote en ‘blues’, ‘jazz’ y música negra) lo tienes un poco más complicado que el resto?

“En toda España es más difícil. El ‘jazz’ lo abordo muy poco. Alguna pincelada quizás en el primer disco nada más, aunque participé gustosamente en una ‘jam’ en Lugo hace unos meses y me atrae mucho, pero no puedo decir que sea una cantante de ‘jazz’ en absoluto. Y eso que uno de mis sueños sería hacer un disco en esta onda.

En Galicia hay bandas y solistas que tienen su público cantando en inglés. Es cierto que aquí tiene un peso fuerte el impulso de la música en gallego, lo cual es necesario para conservar nuestra lengua. Pero ello no debe impedir que otras formas de música, que no deben tener país ni fronteras, se hermanen con ellos. Y aunque podemos escribir en gallego letras de ‘funk-soul’, como hice con el tema ‘É normal que esté así’ –Carmen Rey fue la pionera hace muchos años–, otros idiomas también ayudan a la formación de la gente. Lo más fácil es escuchar lo que ya se entiende. ¡Hay que retarse aprendiendo lenguas con la música creativa como vehículo! También creo que hay que dejarse de prejuicios y subjetividades, sabiendo separar asuntos histórico-políticos a la hora de optar por una música u otra, ya que esta existe para sentirla, no para razonarla. A mí me gusta de todo, siempre y cuando me llegue al corazón, y respeto tanto a Guadi Galego como a Christina Rosenvinge o Bonnie Raitt”.

02 ene 2021 / 00:30
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.