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Reunificar once mil volúmenes, el gran reto de la biblioteca de Pardo Bazán

Los libros se dispersaron tras el incendio en la Torre de la Quimera, que la escritora diseñó
y ordenó construir en el Pazo de Meirás

Algunas de las mejores bibliotecas particulares recorrieron tantos emplazamientos como viviendas tuvieron sus dueños, pero la escritora coruñesa Emilia Pardo Bazán construyó una torre, que llamó de la Quimera, en el Pazo de Meirás que ella, para albergar sus más de 11.000 volúmenes que un incendio dispersó hace casi 45 años y que ahora afrontan el reto de la reunificación.

En esa torre, la más alta de este palacio que ella diseñó y mandó construir, Pardo Bazán tenía su biblioteca, en la que integró la de su padre, y que actualmente alberga 2.979 libros. Otros 7.883 fueron rescatados de las llamas aquella noche del 18 de febrero de 1978 por la sección de zapadores del cuartel coruñés de Atocha en varios camiones del Ejército y que custodia desde entonces la Real Academia Galega (RAG).

La impronta de este espacio, de esta Torre de la Quimera evoca otros tiempos repletos de ensoñaciones propias de páginas impresas y también de una intensa vida que, por el contrario, pudo y supo crear obras inmortales. No en vano, fue precisamente el lugar elegido para el acto formal de entrega del inmueble por parte de la familia Franco
al Estado, ya que es actualmente una propiedad pública.

Como tal, contará entre sus usos con la difusión del legado de la escritora coruñesa, cuya biblioteca alberga joyas como primeras ediciones de Voltaire, que pudieron pertenecer a su padre, libros dedicados por Zola, Mirabeau, Blasco Ibáñez, otros con anotaciones manuscritas e incluso los hay de cuando era niña.

Fue la esposa de su hijo Jaime, Manuela Esteban Coyantes, la que donó la biblioteca de la escritora a Franco, y sería después Carmen Polo, esposa del dictador, la que dio los libros al Ministerio de Cultura tras una petición del entonces ministro Pío Cabanillas, que finalmente los entrega a la RAG, relata a Efe el catedrático de Literatura Comparada de la Universidad de A Coruña José María Paz Gago, investigador del legado de la escritora desde hace más de dos décadas.

Esta biblioteca, por razones técnicas y culturales, “debe estar unida y en ningún caso debe salir de Galicia, es patrimonio histórico de la escritora y, por tanto, patrimonio también de la sociedad gallega, igual que las propias torres”, aseguran a Efe desde la Real Academia Galega, que defiende integrarla en un único catálogo e instalarla en su sede en A Coruña.

Tajante Paz Gago. “No debe salir de Galicia sino que tiene que estar íntegramente en Meirás”, abunda José María Paz Gago.

El momento de reunificar esta biblioteca con todas sus obras puede ser ahora y Galicia está fuera de toda duda, según las instituciones en la comunidad.

Sin embargo, una tercera parte de la biblioteca de la escritora, no muy extensa pero igualmente relevante, todavía se conserva en la casa de los Franco en la calle Hermanos Bécquer en Madrid.

“Han aparecido una serie de libros sin poder precisar exactamente la cifra, ni 800, ni 500 o 1.000”, detallan a Efe fuentes de la familia Franco, que relatan que cuando se produjo el incendio Carmen Polo se llevó muchas cosas para Madrid y es de suponer que, entre otras, estaban esos libros de la biblioteca de Emilio Pardo Bazán marcados con un exlibris.

Los Franco creen que el destino de los libros debería ser la Real Academia Española (RAE) “si los aceptase”, una intención que esta institución conoce y que llegado el caso evaluaría la posibilidad de aceptar o no la donación, detallan a Efe desde la institución académica nacional.

En cuanto a la sede de la RAG, estará en obras por problemas estructurales, unas obras de remodelación e intendencia interna que reunieron hace unos meses a los responsables de la institución y municipales.

La sede de la RAG, de la que Pardo Bazán fue presidenta honoraria en 1905, está desde 1978 en el que fue el hogar de la escritora en su ciudad natal, en el número 11 de la calle Tabernas de A Coruña, tras la donación de su hija Blanca en 1956.

Sin embargo, Paz Gago, entre otros, es partidario de reunificar la biblioteca de Pardo Bazán en Meirás, donde la escritora dejó escrito que quería ser enterrada, pues cree que en el espacio disponible en la RAG sería difícil acomodar, junto a los casi 8.000 libros que custodia y que están protegidos, los otros 3.000 volúmenes que hay en Meirás, además de los que todavía poseen los Franco.

Un viaje de ida y vuelta, al fin, de miles de libros que afrontan, cien años después de la muerte de la escritora, el destino de su protección y reunificación desde tres emplazamientos distintos, los tres en lugares que forman parte de la historia Emilia Pardo Bazán.

01 jun 2021 / 17:42
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