Sergio Pazos, el zascandil de la risa

Sergio Pazos debe a una imitación de Raphael en el colegio Salesianos una vocación por la farándula que tuvo como segundo impulsor al grupo de teatro Caritel, que se enteró de su recreación de Benny Hill en la escuela de inglés y le echó el lazo dramático/cómico.

Niño de Ourense nacido en 1965, se crió “entre batallas de indios y vaqueros, con pistolas de pinzas donde lanzábamos garbanzos”, revela.

Ante un televisor en blanco y negro, ese chaval era fan de “Los Picapiedra, Bugs Bunny, El Pájaro Loco y La Hormiga Atómica” pero hubo una serie de dibujos animados que le volteó la cabeza: El Correcaminos.

“No entendía que El Coyote, siendo mucho más inteligente que El Correcaminos, nunca le atrapase, así que odiaba a El Correcaminos”, aclara en conversación con este diario.

Un día por la tarde, de vuelta del colegio, en el pasillo de su casa, él y sus hermanos sorprendieron a su padre viendo un televisor nuevo.

“Mi padre, era abogado, es... abogado, digo, y estaba muy en contra del franquismo y del consumismo que, según él, representaba la televisión y aunque fuimos de los últimos chavales de nuestra generación en tener tele en color, al final nos compró, por sorpresa, una Telefunken Palcolor y él fue el primer sorprendido, porque le encantó cómo se mostraban las imágenes todo a color, su realismo”.

Hablando de (de)mostrar, a Sergio le marcó una mujer de perfil biónico en años del destape setentero. “En nuestra época, que en unos dibujos como Mazinger Z, hubiera un personaje como Afrodita y se dijese aquello de... ¡Pechos fuera’, era muy erótico”, subraya sobre el serial nipón estrenado por TVE en 1978.

Así, Sergio Pazos, fue creciendo como intérprete, alternando teatro y colaboraciones en programas de las nacientes televisiones autonómicas y privadas “(desvirgué tres canales, TVG, Aragón TV y Telecinco, porque salí en el estreno de las tres”, apunta), hasta que una comedia familiar le cambió la vida. Y a muchos.

Entre 1995 y 2006, reír y sonreír en Galicia tuvo como ventana más soleada los capítulos de Pratos Combinados, serie creada por el guionista y escritor Xosé Cermeño, producida por EL CORREO y garante de buenos datos de audiencia para TVG con cifras de récord.

En su reparto, al lado de los añorados Ernesto Chao (Miro Pereira) y Fely Manzano (madre de Miro), estaba Sergio como Paspallás, un regalo que tuvo ratos de popularidad elevada. Ahonda en ello.

“Hay que reivindicar el mérito de muchas comedias gallegas y de la TVG al emitirlas, y Pratos Combinados de forma especial. Mira los datos de audiencia que tuvo este mismo año con sus reposiciones durante el confinamiento”.

Es curioso, siendo de alma parlanchina, Pazos es también devoto del humor mudo, ese que tanto ruido hizo llenando cines de barrio en medio mundo. “Me encantan Chaplin y Buster Keaton”, señala, metiendo en ese mismo camarote de la sonrisa “a los Hermanos Marx, Gila, Faemino y Cansado, los Chiripitifláuticos, Tip y Coll, y Azcona y Berlanga, dos maestros que a veces olvidamos cuando hablamos de humor en el cine, y que están a la altura de Peter Sellers o Lubisch”, subraya sacando pecho patrio.

Asentado en una profesión con calendarios de banco móvil (el fijo es propiedad de funcionarios), Pazos tiene alma de zascandil de la risa, hoy menos agitado que en sus inicios porque las canas cabalgan para todos pero todavía bien capaz de darle brida a algún que otro impulso imprevisto, sea actoral o solidario (ha hecho el Camino apoyando diversas causas sociales).

Y ha ganado en curiosidad.

Gusta de seguir el trabajo de los demás compañeros y compañeras (por si nos lee el Gobierno), por eso es capaz de ver este mismo otoño a la dama Concha Velasco dando arte al teatro que de sentarse en sofá casero ante Oregón TV, divertido formato de la cadena pública de Aragón que ha cumplido 500 entregas y cuya labor piropea Sergio en Facebook en un mensaje reciente sobre el gag musical dedicado a Santiago Abascal con una hilarante (per)versión del Ansiedad que cantaba Antonio Machín (elegante ángel negro cubano de padre ourensano).

“Coincido cada año con parte de los actores de Oregón TV en un festival de la comedia que se hace en Tarazona”, explica para dar contexto a ese puente con la troupe aragonesa cuyos gags tienen ahora altavoz mayor desde FDF (canal de Mediaset).

Tras trabajar en Auga Seca, serie lusogalaica, y en Do dereito e do revés, comedia para TVG, Sergio está interpretando La muerte de Sherlock Holmes, obra que alterna con el monólogo Contaxiándonos de humor, “para contagiar sonrisas”, dice antes de citar series y formatos recientes que le gustan.

“Me llamo Earl, los telediarios, que a veces son de auténtica risa, como esos otros formatos de supuesta investigación como Cuarto Milenio, y volviendo al humor, recomiendo los vídeos del argentino Capusetto”.