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ENTREVISTA
José Moro. Presidente de Bodegas Emilio Moro

“Siempre hay que rodearse de gente mejor que tú y que aporte mucha sabiduría y las mejores ideas”

Es el primer bodeguero de la historia en formar parte de las 100 personas más creativas del mundo de ‘Forbes’ y recientemente nombrado CEO del año en comunicación e influencia, por Club Ceo. Además, hace unos meses publicó su libro solidario ‘Si lo sabes escuchar, el vino te habla’, donde cuenta la historia de esta familia de bodegueros desde su abuelo, Emilio, hasta él.

“Seducir a la suerte es posible. Siempre es un tema de actitud. Hay que salir a ganar siempre”, sostiene. Deberíamos levantarnos cada día con este pensamiento, pero cuesta...

Sí, sí, sobre todo porque el ego es un elemento que siempre nos está tocando las narices, intenta aprovecharse de nosotros muchos días o nos cuesta mucho ponernos en esa actitud positiva ante la vida y las personas, pero creo que es fundamental la gestión emocional. Y es clave para tener un cambio de actitud cuando uno está mal o más débil y levantarse cada día con actitud de gratitud, porque hay gente mucho peor que tú, lo mires por donde lo mires, siempre. Derecho a quejarse lo puede tener un niño en Etiopía o en El Congo porque no tienen ni para comer y se mueren de hambre. Y al final, todo lo que te pase en la vida va a depender de tu actitud. Si tú tienes una actitud positiva, todo te va a ir mejor, hasta la suerte, que es un mero complemento que debemos atraer para lograr grandes cosas. Porque cuando estamos en negativo, no hacemos más que añadir veneno al cuerpo, y eso sale siempre por algún sitio. Y no nos queda más remedio que trabajar la mente, al igual que trabajamos el cuerpo. Esa es mi filosofía de vida.

Esa es la mejor filosofía que se puede tener, sin duda. Me atrevería a decir que debería ser una asignatura.

Absolutamente de acuerdo. En las escuelas tenían que enseñar estos temas. Es más importante esto y conocer un poco menos de Geografía e Historia. Es bonito y evidentemente es fundamental, me encanta la gente culta, la admiro. Pero al final, esta manera de ver la vida, la gestión emocional, el aprender a vivir en valores deberían ser materias obligatorias en la escuela.

Otra de sus frases que me parece inspiradora es: “Teniendo los pies en la tierra se puede tocar el cielo”. Eso creo que está al alcance de los que poseen humildad, como usted.

Creo que siempre hay que ser humilde. Por eso toda esa formación emocional es fundamental para alcanzar el éxito. Y la humildad tiene que ser siempre un don, del que hay que presumir. Pero en el caso concreto de esta frase, fue una sensación que tuve en Nueva York, donde me di cuenta de que cuando trabajas, luchas y pones pasión en lo que haces, y se refleja ese afán de superación, de inconformismo, esa búsqueda de la excelencia..., pues simplemente a base de esa constancia se puede tener el éxito. Y con ese esfuerzo y sacrificio y con humildad se puede escalar siempre a lo más alto. La humildad siempre debe estar ahí como parte de nuestra forma de ser y para conseguir lo más importante, que es la salud.

¿Cuál es la probabilidad de que trabajando duro se esté cerca del éxito?

Pienso que es la única. Hay que esperar y seguir trabajando, trabajando y trabajando. Muchas veces no hay más misterio. Evidentemente, hay personas que triunfan más que otras porque tienen más ingenio, más tenacidad, pero eso al final hay que suplirlo con el trabajo. No todos podemos ser ingenieros o empresarios, pero cada uno ha de conseguir el éxito en su profesión a base de poner el máximo esfuerzo.

Dijo usted no hace mucho que “el éxito no es lo que tengo, sino con quién lo he conseguido”. Y es cierto, nadie triunfa por sí solo. Quien comenzó fue su abuelo.

Sí, sí. Luego mi padre... Nos fueron trasmitiendo esa cultura del trabajo, del esfuerzo, de la pasión... Y fuimos la tercera generación los que pusimos en marcha esto como un negocio más importante. Porque mi abuelo y mi padre vendían vino a granel. Y nosotros, con la aparición de la Ribera del Duero, fue cuando empezamos a desarrollar el negocio, a comercializar las marcas, a plasmarlo en calidad, a internacionalizarlo... Pero sí es muy importante cómo lo consigues y con quién.

Y los que trabajan codo con codo conmigo cada día son los que hacen que brille con más fuerza. Siempre hay que rodearse de gente mejor que tú y que te aporte mucha sabiduría y las mejores ideas.

De todos modos, ¿opina que el concepto de ‘éxito’ es algo muy subjetivo?

Totalmente subjetivo. Es un concepto no muy amplio y que cada cual lo entiende de una manera diferente. Para mí la vida es un continuo aprendizaje. El éxito es conseguir los objetivos que tienes en la vida, pero también es fundamental no perderte nada de lo importante. El éxito consiste en obtener lo que deseas. Y la felicidad, en disfrutar lo que consigues. Pero esto ha de estar perfectamente balanceado, como un buen vino, tiene que haber un buen equilibrio.

¿Qué importancia tiene la pasión en el trabajo?

Lo es todo. Es el resultado también de estar feliz en tu trabajo y de creer firmemente en lo que haces. Es el aliño perfecto a nuestra filosofía. Es el motor que hace funcionar todo y está basada en tres pilares fundamentales: la tradición, la innovación y la responsabilidad social.

Usted ha sido elegido como una de las 100 personas más creativas del mundo por la revista ‘Forbes’. ¡Para que luego digan que en el mundo del vino no puede haber imaginación e innovación!

Bueno, pues sí. La verdad es que nosotros desde el principio hemos sido una bodega muy innovadora. Cuando recibimos el legado de mi padre y de mi abuelo, lo enfocamos a través de la innovación y en tener ese valor diferencial. Queríamos diferenciarnos y brillar con luz propia.

Tenemos desde un Clon exclusivo en nuestro viñedo, nuestras propias levaduras, hemos sido pioneros en la implantación de métodos y procesos en la Ribera del Duero exclusivos, pero sin duda el proyecto estrella fue el que nos supuso ese reconocimiento por parte de Forbes: la integración de la tecnología satelital y digital para generar índices que nos ayuden en la gestión integral del viñedo. Los especialistas toman grabaciones aéreas de los viñedos con drones para obtener una radiografía precisa de cada zona. A todo le aplicamos Big Data, machine learning y se generan algoritmos que nos ayudan en la gestión de ese viñedo. Hace unos años era impensable.

Es la primera vez que en el mundo del vino se reconoce a una persona creativa por parte de Forbes, y yo estoy muy orgulloso y satisfecho.

Siempre se ha dicho que trabajar con la familia es negativo. Pero no siempre es así. ¿Qué tienen las empresas familiares que no tengan las demás (para bien y para mal)

Mi familia entera (110 personas) es mi empresa. Pero yo sí que tengo una cosa clara. Las empresas familiares, para que tengan continuidad, deben tener un protocolo familiar muy claro y que sea cumplido por todos. Si no, está abocada al fracaso, porque aparecen los egos y los protagonismos. Para mí el verdadero éxito es que los accionistas participen más en la estrategia y menos en la operatividad.

En el confinamiento, creo que la tienda ‘online’ obtuvo unos buenísimos resultados. No queda otra que adaptarse a los tiempos.

Es así, está claro. Vino la covid, nos sorprendió a todos, particularmente a las bodegas porque si se cerraron los restaurantes, de qué manera podía venderse. Porque si el cliente no puede ir al restaurante, había que ver de qué manera se le podía hacer llegar la botella al consumidor. Pusimos en marcha una nueva estrategia para potenciar las grandes superficies y el canal e-commerce, que no es simplemente abrir una tienda y empezar a vender, implica muchas cosas que tienen que ver con la nueva tecnología hoy (posicionamiento, página web, marketing digital...), que hemos tenido que ir aprendiendo a marchas forzadas. Y ha sido un éxito tremendo. Estamos compensando un poco estas pérdidas que estamos teniendo en el canal Horeca.

Y hablando de vino, que aún no le había preguntado... ¿Qué ha de tener un vino para que entusiasme? ¿Cuáles son las particularidades de un Emilio Moro? Se lo pregunta alguien que no entiende de vino, solo sé si me gusta o no.

¡Pues ya entiendes de vino! El único requisito para entender es si sabes si te gusta o no. Un vino para que entusiasme tiene que tener alma y para eso tenemos que tener viñedos con raíces y en ellas es en donde empieza a fluir esa savia que nos lleva a un racimo y nosotros tenemos que saber coger ese racimo y transportar toda su esencia a una copa para que cuando te llegue seas capaz de decir si te gusta. Eso es lo más importante. No hace falta más.

Los vinos Emilio Moro son vinos con carácter, con fuerza, con estructura, pero a la vez son vinos amables, melosos, que te acarician la boca. Y esas características para mí son fundamentales. Un gran vino es aquel que ha sabido expresar todo lo que ha aprendido en la tierra.

SU FUNDACIÓN
‘El vino ayuda al agua’

“La responsabilidad social es otro de nuestros pilares. Y lo expresamos a través de la Fundación Emilio Moro, que trabaja bajo el eslogan: ‘El vino ayuda al agua’. Intentamos ayudar a aquellos países que nos han acogido con los brazos abiertos. En México hemos llegado a más de 150 escuelas para llevar agua potable. En Colombia, a un poblado indígena. Y nos hemos ocupado de ayudar a refugiados venezolanos que hay en Perú”.

15 sep 2020 / 00:00
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