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|| nosotros y cía ||

Sobre el tiempo, la vida y la fortuna

Aún recuerdo aquella sensación infantil de que el tiempo era si no eterno, sí inabarcable. Todo tardaba en llegar una eternidad: parecía que faltaban años para el verano cuando ya estábamos en primavera, y eso que vivía en Madrid y el tiempo animaba sobremanera; en noviembre creía que después de una espera infinita acabaría llegando la próxima Navidad y por tanto los Reyes Magos y los juguetes que con tanto ilusión esperábamos durante un año para luego jugar tan solo dos días antes de regresar al colegio.

Hay que ver cómo cambia la percepción subjetiva del tiempo. Ahora los años se convirtieron en años luz, cuando me doy cuenta apenas me pude dar un par de baños en la playa porque el verano se pasó visto y no visto; hay Navidades que casi no me da tiempo a probar el turrón, y de pronto te ves en otro nuevo año, viendo como pasan los días, uno tras otro, sin solución de continuidad.

Y de pronto te miras al espejo con un montonazo de años sobre tus espaldas y de décadas escritas es tu cara, con tu ciclo vital entrando de lleno en el último tercio de tu infinita vida juvenil y la escueta e insuficiente existencia de los últimos años.

Pero hay una cosa que nunca cambia, esa sensación, también inherente a nuestro ser, de que tantas y tantas cosas se nos repiten a lo largo de esta maleable existencia.

Son esos gestos, esas viviencias, esos actos periódicos que hacemos, sentimos y ejecutamos año tras año.

Así que de nuevo vuelvo a vivir los tópicos de hace nada, apenas doce meses, como quien dice, ayer mismo.

Así que compré los décimos de la Lotería de Navidad con las mismas ganas de que me toquen que siempre, pero con la esperanza de que la suerte se fije en mí bastante más diluida.

Así es, el tiempo también nos enseña a vivir, a comprender, a despertar a saber que los sueños en más ocasiones de las deseadas en lugar de materializarse suelen convertirse en puro humo.

Menos mal que la mayoría contamos de serie en nuestro ADN con el antídoto de la esperanza frente al pesimismo, de la ilusión frente a la desgana, del positivismo frente a la negatividad, del ánimo y la confianza frente a negros sentimientos de desilusión y desánimo.

Y ahí me tienen, con 40 euros menos en el bolsillo tras invertirlos en estos anhelos casi imposibles y de difícil resolución.

¡Ay!, ¿pero y si toca?

Les garantizo que ustedes, queridos lectores, serán los primeros en enterarse.

Si no recuerdo mal, el año pasado por estas fechas, escribí un artículo sobre el nefasto resultado de la inversión de cien euros que había hecho en cinco décimos para el sorteo extraordinario del Gordo. Vaya, que no me tocó ni un duro; aunque eso sí, les endosé una perorata de las percepciones de diversos filósofos y personajes del mundo de la cultura y la economía sobre de la suerte y el éxito.

Y no hace muchas semanas, a primeros de octubre, les confesé mis anhelos más profundos e íntimos, todos confesables, eso sí, cuando se pusieron en juego 220 millones del Euromillones.

¡Qué bonito es soñar!

Pero ya les digo, en apenas un par de día, la esquiva diosa Fortuna me devolvió a la cruda realidad, y si a eso le sumas los reveses que te va dando la vida, ya no sabes si jugarte los dineros en sorteos inalcanzables o trasladar tu vida y tu residencia a paradisíacos lugares del Índico, el Caribe o el Pacífico.

En fin, ya ven que mi confianza en el azar ha caído este año nada menos que un 60 % traspasar de los 100 eurillos de Lotería de 2020 a los 40 del año en curso.

Lo cierto es que ese dinero no gastado en apuestas, va destinado a sufragar la factura de la luz, que nos sigue subiendo y subiendo.

Ven, a las hidroeléctricas, al Gobierno de coalición, a los independentistas catalanes y a los gasolineros si que les va bien, yo diría que de maravilla, claro que, como siempre, a nuestra costa y gracias a nuestro esfuerzo.

Me gusto, por cierto, mucho la frase esa que el miércoles le espetó el líder del Partido Popular, Pablo Casado, al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez: “¿Qué coño tiene que pasar en España para que usted asuma alguna responsabilidad?”.

Pues esos, que por unos o por otros, como decía mi abuela, la casa sin barrer.

Y al ciudadano sangrándole la cartera y las ganas de vivir; a los jóvenes oscureciéndoles las esperanzas de poder disfrutar de un buen futuro, y a nosotros, los más mayorcitos -menudo eufemismo- robándonos la posibilidad de esa aceptable pensión por la que tanto hemos trabajado durante tantos años, con tantas ganas y, no nos olvidemos, tanta solidaridad para con el Estado y la sociedad.

¡Que Dios reparta suerte!

|| las claves una a una ||

1 El Falcon. El reactor del Ejército del Aire que está a disposición de Presidencia del Gobierno debe de ser como la casa de tócame Roque. Aquí todo el mundo se sube en él para ir de aquí para allá en asuntos privados. Solo les queda hacerlo despegar para ir al Mercadona.

2 Bendito viaje. Lo de bendito lo digo por el viaje que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hizo Roma para ir en visita privada a ver al papa Francisco. Todo bien si como cualquier otro españolito se monta en un avión de línea regular pagando de su bolsillo el billete. Claro, la oposición y ante los antecedentes de Pedro Sánchez de ir a conciertos, decían, en el exclusivo avión Falcon, se echó encima de la política ferrolana y del propio Ejecutivo para que expliquen los criterio de uso de ese transporte.

3 Idioma, audiovisual. Luego se quejan en el Ejecutivo de los ataques de la oposición. ¡Y eso que no oyen al resto de los ciudadanos! Porque después de ver la vergonzosa actuación de Sánchez con lo del niño de Canet y su acoso por pedir educación en castellano, y la partida presupuestaria para más programas de streaming en catalán es para montar una huelga general.

4 Y no estamos tan mal. Lo dicho, porque no vean como están en Reino Unido consu premier Boris Johnson, para echarle de comer aparte.

|| Lo mejor ||

¿por fin? Repito en esa sección con el volcán de Cumbre Vieja, ya que ahora parece que ya va siendo definitivamente el final de la erupción. Ahora sí que puede haber esperanzas de que esto sea definitivo a la vista de la casi nula cantidad de gases que se emite, la ausencia de lava y los cada vez menos numerosos e intensos terremotos. A ver si ahora el Gobierno cumple de una vez sus promesas y traslada las ayudas a los sufridos y abandonados ciudadanos de La Palma.

|| Lo peor ||

¡QUÉ TRISTE! Me quedé de piedra cuando el jueves leí el informe del Observatorio de la Juventud y señalaba que solo el 14,9 % de los jóvenes españoles pudo emanciparse. ¡Qué pena, cuánta angustia! Comprendo la sensación de fracaso que deben de soportar muchos de ellos al no darles el sueldo para pagarse una vivienda digna y, a la vez, poder comer y mantenerse. Y en Galicia no estamos mucho mejor, ya que aquí la tasa de emancipación apenas pasa del 15 %. ¡Lástima!

|| La foto de la semana ||
¿Encerraditos con los cuñados?

Al paso que van los contagios de las variantes Delta y Ómicron de la covid-19 sospecho que en Navidades nos van a dar otro cerrojazo. Bueno, seamos concretos. No creo que haya cierres, pero sí limitación de las reuniones, aforos en sitios públicos y un nuevo castigo inmerecido para la hostelería. Aunque ya sabemos que muchos cuñados estarán cruzando los dedos para que nohaya limitaciones de las reuniones familiares y así poder seguir dando la tabarra al resto de la familia. Claro, que todos, o casi todos, somos cuñados de alguien, pero los pesados y discutidores son los otros, los demás.

¿A que tengo razón? A que su cuñado es un poco toca narices, por ser fino en la expresión...

19 dic 2021 / 01:00
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