Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Tan juntos y tan lejos

    la calles de parís, los barrios de Londres, los puentes de Ámsterdam, los rascacielos de Nueva York, las selvas de la Riviera Maya, la Gran Vía de Madrid, las Ramblas de Barcelona, el paseo marítimo de A Coruña, el faro de San Ciprián y tantas otras fotos fueron dando cuenta del imaginario de ese juego llamado amor, amor con nombre propio, el nuestro, un nombre que no fue, que no es, sino un intento, una invención particular con la que buscamos poder transitar la imposibilidad de sostener la pasión (idealización) con la que supuestamente toda relación empieza (la pasión de creer que existe una relación).

    Decir que no hay relación, o llamarlo juego no implica que no haya un trabajo, un esfuerzo, un vaivén, una dialéctica imposible y sin fin, una necesidad de tolerancia y una dificultad de la radical diferencia del otro. El trabajo del amor, dicen algunos. Yo prefiero llamarlo por tu nombre. El mismo que singulariza a la persona que me acompaña no solamente en esas fotos idílicas, sino también en estos otros días pasados: días de aislamiento, de temor e inseguridad. Días de fiebre, de limpiar vómitos, de compartir angustia. No son los primeros, obviamente, pero sí los más recientes. Y es hermoso y tranquilizador observar, una vez más, esa estampa de compañía no exenta de fricción, de compromiso no exento de incertidumbre.

    Cuando me cuestionan cada año, a la vuelta del verano, por las incomprensibles crisis de pareja que se gestan en periodo vacacional, respondo que creo que únicamente hay algo tan particular como la forma de gozar de cada uno, y es a su vez la forma de sufrir, de temer, de enfrentarnos a lo desconocido.

    ¿Y es esta incomprensible desavenencia, esta herida narcisista de asumir que no soy todo para ti, que no soy tu respuesta ni tu complemento, lo que nos separa? ¿Cómo hacer para seguir juntos entonces, para inventarnos una relación sabiendo que no hay relación? ¿Cómo habitar en ocasiones un mismo universo y a la vez enfrentar en soledad otros mundos? Ante esa pregunta, ante la demanda de que diga y paute cómo se hace para que la relación “vaya bien”, para que “la relación funcione”... mi respuesta será decepcionante.

    No hay manuales que valgan, no hay respuestas universales. Le toca a cada pareja y a cada persona encontrar su propia manera; su particular forma de estar tan juntos, y tan lejos. Hace una década, precisamente por estas fechas, nosotros empezamos a inventarnos la nuestra.

    16 oct 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito