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ENTREVISTA
Unax Ugalde // Actor

“Todos, de alguna manera, hemos blanqueado la imagen del juego”

Baraja pausado y reparte cauto. En esta larga partida que es la interpretación, Unax Ugalde (Vitoria, 1978) está en racha. En su primera apuesta por la sobremesa salió airoso gracias al serial “Amar es para siempre”. Tras 20 años de televisión, cine y teatro, se llevó la ronda como protagonista de “La valla”, una distopía sobre una España apocalíptica asolada por un virus. Ahora tiene una buena mano con “Ana Tramel. El juego”, un alegato contra la ludopatía y el poder destructivo de las adicciones. Está claro que guarda un as bajo la claqueta.

Acaba de estrenar “Ana Tramel. El juego” en TVE, una serie de suspense judicial sobre las mafias del juego, ¿ha influido Hollywood en su glorificación?

Sí, pero también los medios de comunicación, los equipos de fútbol... Creo que todos, de alguna manera, hemos blanqueado la imagen del juego. Tenemos demasiado en mente a los ganadores y quizá no a los perdedores.

¿Cuánto tiene de actor un buen jugador de póquer?

Pues mucho, la verdad. El póquer no es tanto las cartas que tengas, sino cómo las puedes jugar y creo que en la interpretación hay algo parecido. Casualmente, los actores damos clase de esgrima porque es el arte no solo de “hacer” sino de “escuchar” a la otra persona, ver por dónde van a ir sus movimientos.

En la serie, usted interpreta a Alejandro, un ludópata en horas bajas que llama a su hermana, la abogada Ana Tramel (Maribel Verdú), al ser acusado de matar al director de un importante casino. ¿Qué se aprende de un personaje en el ocaso?

Este tipo de papeles permiten conocer a un personaje en su peor momento, pero, al mismo tiempo, tienes que imaginar su momento más álgido. En el caso de Alejandro Tramel, su triunfo, es decir, cuando él creía que el mundo estaba a sus pies, se representa con cinco fotos ganando al póquer. Luego a mí me tocó trabajar su agonía.

¿Lo más duro que ha escuchado sobre las consecuencias de la ludopatía?

Más que particularizar, lo que más dolor me da es ver la ruptura familiar completa. Me impactó como una persona enferma puede arrastrar a sus hijos, a su marido, a su mujer, a sus padres... a la ruina más absoluta, no solo económica, sino moral. Estoy deseando que, a raíz de la serie, alguna asociación se pronuncie para que la sociedad no siga por este camino.

“Ana Tramel. El juego”, ¿podría catalogarse como serie denuncia?

Más allá de la denuncia, abre un debate. La serie tiene ánimo de no hacer una lectura blanca del juego porque pone sobre la mesa las cifras reales y eso le da veracidad. Todo lo que contamos es cierto y visualizamos un problema que está ahí.

Como actor no es la primera vez que se adentra en el submundo del juego. ¿Qué diferencias existen con la película “Volverás” (2002) de Antonio Chavarría?

Han pasado muchos años y la narrativa también es diferente. Antes retratamos el mundo del juego en Barcelona, esta vez hablamos de lo que pasa en Madrid desde la llegada de Sheldon Adelson [conocido por el proyecto fallido de Eurovegas]. A partir de ese momento, se levantaron un montón de permisos, todos a su gusto, y todo eso sigue vigente hoy en día. Ambos autores tienen un interés real por mostrar el mundo del juego tal y como es, pero desde dos ventanas muy diferentes; una fue cinematográfica y esta vez, desde la televisión, creo que va a tener mucha más repercusión.

¿Ante qué se atrevería a apostar doble o nada?

A que las eléctricas van a perder la batalla.

La industria del juego en España mueve más de 40.000 millones de euros al año y según la Dirección General de Ordenación del Juego las mayores adicciones son a las tragaperras, al bingo, a la Lotería Nacional, al cupón de la ONCE o a la Primitiva. ¿Todos llevamos un jugador dentro?

(Sonríe) Eso parece. El juego no es denunciable porque realmente nuestra genética es jugadora. El problema surge si desde la empresa privada hacen trampas para que los beneficios sean mayores a costa de las enfermedades de los demás. El juego será siempre parte del ocio de la sociedad, pero tenemos que poner atención sobre las clases más débiles, como por ejemplo, la gente joven que quizá no tiene la responsabilidad suficiente como para entrar en un mundo tan complejo.

La serie “La valla” nos sitúa en 2045 en una España arrasada por la tiranía de la política y por un virus sin cura, ¿qué ficción haría real?

Una en la que el mundo se diese cuenta de que el cambio climático es irreversible, pero que, de repente, se produjeran cambios radicales de conciencia y de sostenibilidad a nivel universal.

España es líder en Europa en estrenos de ficción en plataformas, ¿en qué nos hemos equivocado para que ya no triunfe el consumo lineal?

Lo desconozco. Una de las razones podría ser que hay cadenas que apuestan más por los “realities” porque están dando unas audiencias quizá más cercanas a las que ellos consideran un “prime time”.

¿Otra razón podría ser esta anomalía española del “prime time” retardado?

Es cierto que mucha gente se queja. Por ejemplo, con “Ana Tramel” el día del estreno emitimos dos capítulos y el segundo tuvo una bajada importante. Son decisiones que se me escapan.

¿Qué opina sobre la estrategia de la cadena pública de estrenar “Ana Tramel. El juego” completa en RTVE Play?

Pretende potenciar su plataforma gratuita. Creo que es una estrategia muy interesante por parte de TVE de hacer una televisión abierta y cercana a todo el mundo aprovechando los nuevos consumos televisivos. El hecho de consumir un producto a esa velocidad da una visión global de la serie mucho más real. A mí también me suele gustar hacerlo así. Creo que TVE se está adaptando a los nuevos tiempos y es una buena decisión.

Cada vez hay menos comedia [solo el 20% de la producción en 2020], ¿un reflejo de la realidad?

No sabría qué decirte, aunque muchas veces la ficción va un poco en relación al estado anímico universal. Quizá hay ciertas plataformas que apuestan más por la ciencia ficción, pero sé que desde todas las productoras la comedia está latente y siempre funcionará. Al mismo tiempo, en el cine, las taquillas se las lleva la comedia.

En la actualidad, existe una gran oferta audiovisual relacionada con el terrorismo de ETA (“Patria”, “Maixabel”, “La línea invisible”...), ¿es una deuda que el cine español tenía con las víctimas?

No, hemos empezado a hablar de nuestro pasado cercano más doloroso como son los sesenta años de ETA. Tenemos que relatarlo con naturalidad y el cine nos permite mirar atrás y comprender, entrar en el dolor de otras partes, de otros lugares y escuchar otras sensaciones. Es una ocasión inmejorable para poder cerrar heridas y para avanzar como sociedad.

Como empresario, ¿hay más actores detrás de una barra que en las escuelas de Arte Dramático?

Siempre ha habido una relación directa entre la hostelería y la interpretación debido a la intermitencia de nuestro oficio. En mi caso, me he lanzado a una nueva aventura junto a un montón de socios para reabrir una sala mítica de Malasaña. Primero, el local se llamó Elígeme y era un club muy importante en los setenta. Luego se convirtió en la sala Taboó y ahora lo hemos abierto como Club Malasaña.

¿Qué es lo que más le ha calado de la pandemia?

Dentro de toda la gravedad que ha sido, nos ha permitido compartir mucho y estar muy juntos. El mundo se paró para poder disfrutar no solo de nosotros sino de nuestros seres más queridos.

¿Cuál sería su escalera real en la interpretación?

(Risas) En estos momentos sería tener una mínima continuidad de trabajo. Me encantaría tener personajes secundarios, no aspiro a grandes protagonistas porque igual no es el momento.

Larga trayectoria

Inició su carrera como actor participando en teleseries como “A las once en casa”, “Periodistas” o “Cuéntame cómo pasó”. También se dejó ver por “Gran reserva” o “Vivir sin permiso”, grabada en Galicia. “Es una delicia disfrutar de esta tierra, de su comida y de sus rías. Es un lugar mágico y me encantaría volver a trabajar pronto”, desvela. Su primer papel protagonista en una ficción televisiva fue en “La valla” (2020). Sobre la posibilidad de una nueva temporada, Unax aclara: “Está en coma en estos momentos, no sé si saldrá. Lo que puedo decir es que los actores seguimos teniendo el mismo chat porque nos encantaría que la serie volviera”. Ha intervenido en películas como “Báilame el agua”, “Operación Concha” o “Héctor” por la que fue nominado al premio Goya a mejor interpretación masculina de reparto en 2004.

11 oct 2021 / 00:00
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