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martes, 23 abril 2024
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ENTREVISTA
Elena Mendoza y Carmen Castro. Escritoras y profesionales de gestión emocional

“Un saco de boxeo te puede ayudar a gestionar el estrés”

“Ambas venimos de profesiones en las que es muy habitual sentirse sobrepasado por las circunstancias, y posiblemente, venir de esa experiencia nos haya llevado a interesarnos por el tema, investigar sobre ello y formarnos en profundidad en técnicas y herramientas emocionales que nos ayuden a gestionarlo adecuadamente para que las situaciones de desequilibrio acaben siendo muy anecdóticas”.

¿El estrés a veces es mejor de lo que pensamos?

El estrés es un mecanismo que todos traemos de serie, también lo compartimos con los animales, cuya función es protegernos y dar respuesta a situaciones en las que puede correr riesgo nuestra vida. Por tanto, es necesario y, por tanto, es positivo.

Por otro lado, el estrés nos ayuda a adaptarnos a circunstancias del medio cuando estas son más exigentes de lo normal; por ejemplo, cuando de un momento a otro, aumentan las tareas que tenemos que realizar y terminar y necesitamos de una mayor activación para resolverlo. Las hormonas que se descargan para la puesta en marcha de este mecanismo (cortisol, adrenalina, noradrenalina, entre otras) mejoran, generalizadamente, el funcionamiento de nuestros procesos cognitivos: la memoria, la capacidad de decisión, la atención y la concentración, y los procesos ejecutivos regulados fundamentalmente por la parte prefrontal de nuestro cerebro, el director de orquesta, cuya dirección se hace más fina y precisa. En esas situaciones, si lo gestionamos de forma adecuada, podemos sostener un nivel de activación positivo que nos ayude a ser más eficaces y productivos.

Desde que convivimos con la pandemia, no paran de salir manuales para aprender a sobrellevar el estrés. ¿En qué se diferencia vuestro libro del de otros?

Como no conocemos esos otros libros a los que haces mención nos vamos a enfocar en compartir con el lector lo que consideramos que es un valor añadido en el nuestro.

Nuestro objetivo desde el principio fue seguir el estilo y la línea del resto de la colección de Desclée Quiero aprender. Libros de fácil lectura, prácticos y que aporten de verdad herramientas para llevar a la práctica todo lo que estamos contando. Hemos huido de tecnicismos y explicamos de manera muy sencilla, procesos fisiológicos y cognitivos que tienen su verdadera complejidad. El libro es un viaje, en el que el lector va a ir profundizando en aspectos clave para gestionar el estrés de una forma más saludable.

Como novedad, se comparten ejercicios, como una relajación guiada o un ejercicio de mindfulness, etc., en formato mp3, locutados por nosotras y a los que el lector podrá acceder a través de un enlace. Quizá este toque interactivo y esta cercanía con el autor, en este caso autoras, es el elemento más diferenciador.

Tapping y mindfulness son dos terapias que tratáis en Quiero aprender a gestionar mi estrés (Desclée de Brouwer) ¿Nos explicáis en qué consisten?

EFT (Emotional Freedom Techniques) también conocido como Tapping es una técnica de regulación emocional. Consiste en la estimulación de determinados puntos de acupuntura china con la yema de los dedos, mientras permanecemos enfocados en la emoción que queremos liberar. EFT se sustenta en la premisa básica de que toda emoción o creencia limitante es previamente un desequilibrio en nuestro sistema energético. Cuando eliminamos el desequilibrio, la emoción y la percepción que tengo del problema cambian, siendo más capaces de conectar con emociones positivas y creencias potenciadoras. Con el Tapping conseguimos relajar la respuesta emocional y calmar el sistema nervioso. Como comento en el libro, podemos bajar la intensidad de cualquier emoción que estamos sintiendo con una intensidad desadaptativa ahora, si trabajamos los miedos y el enfado que son las dos emociones asociadas a la respuesta de lucha-huida del propio mecanismo, estaremos sin duda reduciendo nuestros niveles de estrés.

El mindfulness o atención plena es la capacidad de estar en el presente de manera consciente, atentos a lo que hacemos en cada momento. Fundamentalmente esta capacidad se desarrolla mediante la práctica de ejercicios meditativos, que los podemos hacer mientras realizamos nuestras actividades de la vida diaria, por lo que son fácilmente encajables en nuestra agenda. Puedes empezar de esta manera, cuando te levantes y estés en la ducha atiende a eso exclusivamente, no te enganches a tus pensamientos y observa las sensaciones, los olores, el vapor que empieza a rodearte, es decir, todo aquello que te está aportando esa experiencia. Esto puedes hacerlo con tu desayuno, cuando te lavas los dientes, cuando friegas los platos, cuando vayas caminando al trabajo, cuando estés atendiendo al teléfono, en definitiva, toda actividad es buena para la práctica.

¿Un saco de boxeo puede ayudar a gestionar el estrés? (lo pregunto con cierto sarcasmo)

El deporte, en general, nos ayuda a producir endorfinas, hormonas que nos generan bienestar y compensan los niveles de cortisol, una de las hormonas centrales que intervienen en los procesos de estrés. Además, el golpear un saco de boxeo nos ayuda a compensar también emocionalmente la frustración que habitualmente está presente cuando vivimos situaciones que nos llevan al distrés. En definitiva, por un motivo y por otro la respuesta tiene que ser afirmativa.

¿Se parecen el estrés y el enfado? El estrés y el enfado se podrían confundir porque el enfado es una de las emociones básicas que están presentes en la respuesta de lucha-huida, pero realmente estamos hablando de conceptos diferentes. El estrés es un mecanismo fisiológico que se pone en marcha cuando el cerebro detecta una amenaza y el enfado es una emoción. Sí es cierto que cuando se dispara el mecanismo, el cuerpo se prepara para dos posibles respuestas: Luchar o huir, siendo el enfado y el miedo las emociones presentes en ella. ¿Qué quiere decir esto? Que en momentos de distrés (cuando el estrés empieza a ser negativo) es muy fácil que nos sintamos más irascibles y nos enfademos por cualquier cosa o que esa hiperactivación y estado de alerta nos haga vivir percibiendo por todos lados posibles amenazas.

¿El amor propio ayuda a manejar el estrés?

Yo diría que más que el amor propio, porque no es una cuestión de fuerza de voluntad, lo que sí que nos ayuda es reforzar nuestra propia autoestima. Nuestro cerebro cuando decide poner en marcha el mecanismo del estrés hace dos valoraciones previas, en primer lugar, si lo que está ocurriendo para mí es positivo, negativo o neutro. Cuando lo considera negativo o amenazante, de alguna manera, va preparando la puesta en marcha. Lo siguiente es evaluar mis recursos y capacidades para hacer frente a esa situación. Evidentemente, si mi autoestima es muy pobre, si no reconozco mis habilidades y cualidades y, además, no tengo presentes mis logros vitales, probablemente mi cerebro entienda que voy a tener muchas dificultades para superar la situación, o incluso, que no voy a poder con ella, y en consecuencia, la respuesta de lucha-huida, será desproporcionada y me provocará un gran desequilibrio.

Hay personas que podrían deciros: “yo la teoría me la sé, pero me cuesta llevarla a la práctica”.

Si, por supuesto, y muy habitualmente. A veces, esto sucede porque realmente no hay una voluntad firme y clara de cambiar las cosas, y en este caso poco podemos hacer. Y otras veces, porque realmente la persona no sabe cómo acometer el cambio. En este último caso, nuestro libro es perfecto como guía de acompañamiento en el proceso.

¿Es posible dejar la mente en blanco?

No, no es posible. Nuestro cerebro es “un experto buscador de amenazas” (Sonia Lupien) y por tanto, debe pensar para cumplir su función. La cuestión está en si nuestra mente está o no excesivamente activada, lo que nos impide vivir el momento presente y concentrarnos en lo que estamos haciendo. Esta mente con multitud de pensamientos intrusivos y rumiativos es la mente característica del estrés negativo o distrés. Nuestro objetivo, entrenarnos para regular el nivel de activación mental excesivo desarrollando habilidades que nos permitan darle calma. Una de las herramientas que se ha demostrado muy eficaz para ello es el mindfulness, técnica de la que hablamos en la parte final del libro.

A veces, uno puede llegar a tener tantas tareas que hacer, que no sabe por cuál empezar. Y así se pierde el tiempo...

Realmente el tiempo es un concepto, es algo intangible, por lo que, si queremos ser precisos, lo que deberíamos decir es que perdemos la oportunidad para realizar actividades que aportan valor a nuestra vida y que nos aportan satisfacción. Gestionar adecuadamente nuestras actividades para que no se conviertan en un factor modulador negativo de nuestros niveles de estrés es importante, pero esto tiene más que ver con nuestros valores y objetivos vitales que con el manejo de una agenda.

¿Nos estresamos tecnológicamente?

“Yo creo que sí. Estamos entrando en una dinámica peligrosa, en la manera en la que estamos haciendo uso de las nuevas tecnologías. Lo estamos viendo ya en niños y adolescentes que viven enganchados a las tabletas y a las redes sociales. Realmente todo es una cuestión de equilibrio, de elegir cómo queremos vivirlo y cómo queremos hacer uso de la tecnología. Las personas que se exigen estar siempre conectadas, atender ‘emails’ y ‘whastapps’ de manera inmediata, conseguir ‘likes’ en las redes sociales..., pueden vivir todas estas situaciones como amenazas dependiendo de la importancia que cada uno les dé. Todo con moderación tiene sus ventajas, el riesgo está en perder el equilibrio”.

22 feb 2021 / 01:00
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