Una ‘chica Bond’ adora el Camino y su ópera prima es ‘Memorias de Cenicienta’

La peripecia vital de Carmen Ferrer, nacida en Zaragoza pero ciudadana del mundo, es casi tan interesante como la vivida en la ficción cuando participó en una película sobre el mítico OO7, personaje creado por el británico Ian Fleming, periodista y oficial de inteligencia en su país, conocido por haber inventado a James Bond, el espía más popular de la cinematografía mundial. En esta versión, el intérprete principal del filme ha sido Daniel Craig.

A los cuatro años se trasladó a Galicia con sus padres y aquí residió hasta los veinte y uno. Contrajo matrimonio y se mudó a vivir a Panamá en pleno golpe militar del general Omar Torrijos, en octubre de 1968, cuando en Europa Dani ‘El Rojo’ era noticia en los cinco continentes arengando a los jóvenes parisinos, y los adoquines saltaban por los aires lanzados por universitarios que pusieron de moda en el mundo el Mayo francés.

Residió, además, en Costa Rica, Medellín, Cartagena de Indias, Cuba, Francia e Inglaterra y cuando le preguntan de dónde es responde con los versos del poeta y cantautor Facundo Cabral “No soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir, y ser feliz es mi color de identidad”. Hizo el Camino de Santiago dos veces, una a pie, otra a caballo, y se enamoró de esta ruta mágica. También pinta, canta ópera, baila tango...trabajó como modelo para la mundialmente famosa firma parisina Cristian Dior, y se graduó en Interiorismo. Fue profesora en la Universidad de Panamá y, además, escribe. Su ópera prima es ‘Memorias de Cenicienta’ (Editorial Círculo Rojo, 2022) que define como un relato en primera persona sobre lo que supone tener que reconstruirse desde cero.

En casi 500 páginas, con prosa de agradable lectura que gana a medida que se avanza en el texto, dedica su trabajo “a todas las mujeres que han vivido con miedo, soledad, terror, maltrato físico y psicológico, y en especial a Isabel Allende, que con su valentía y fortaleza me animó a escribir estas memorias”. Cuenta con un prologuista de lujo, el eminente neurólogo Manuel Noya García, que hace compatible el ejercicio de la medicina con el de escritor. La autora reside en Santiago y ambos mantienen una cordial relación de amistad.

En la sinopsis de la contraportada, el doctor Noya hace un retrato sucinto de la obra. Afirma que “suscita profundas emociones en el lector. Escrita con un estilo sobrio y directo, la autora convierte su trayectoria vital en una magnífica novela”. Cita los primeros recuerdos de su infancia, el accidente que determinó su destino a través de una errónea sobreprotección, sus afectos y desengaños de adolescente, el primer amor verdadero, y las vicisitudes y contratiempos familiares. También dedica un espacio a profundizar en la búsqueda de escapes a situaciones insoportables y se refiere a la llegada de la madurez que se presenta en el contexto de los acontecimientos dramáticos que le tocó vivir.

Cierra sus atinadas reflexiones afirmando que la conflictividad generacional no impide el incansable afán de superación de la autora y sus reflexiones serenas sobre el futuro. “Su historia personal -finaliza- se convierte en paradigma como otras heroínas de la literatura clásica”.

La escritora, en las páginas de introducción, recupera una expresión del inmortal Gabriel García Márquez en el sentido de que “La vida no es la que uno vivió, sino cómo la recuerda para contarla”, y usa como muleta una frase de su admirada Isabel Allende “Todos tenemos una reserva de fuerza insospechada que emerge cuando la vida nos pone a prueba”. La selección de citas viene al caso de lo que se narra a continuación, de interés creciente a medida que se avanza en la lectura. Desde la primera cronología en Pontevedra, 1953 (página 21) va desgranando fecha a fecha las vivencias, sinsabores, desengaños, días felices, depresiones, aventuras, sensaciones, días de vino y rosas, de sangre sudor y lágrimas, de cielo e infierno, que culminan en los años más recientes a caballo entre Panamá y Santiago, hasta rematar el ciclo en fecha muy reciente (6 de julio, 2022, página 489).

Entre la primera y la última, toda una vida. Apasionante, nada aburrida, atractiva, interesante, tierna... y hay de todo, como en la viña del Señor. Basta leer las últimas líneas para tener una idea de lo que se perderán quienes decidan no leer desde la primera hasta la última página. Cierra su relato así. “El sexo para mi es como el postre que te tomas al final del día cuando has luchado, sufrido, llorado y acostado a los niños, lavado los platos, sacado la basura y paseado al perro... y te das cuenta de que hay alguien que te está esperando para que te acurruques en sus brazos y, entonces, esa tibieza de su piel, esa cálida sensación de seguridad, de complicidad, de confianza, hace que desaparezca todo tu cansancio y tus temores mientras escuchas ‘Nessun dorma’ (Que nadie duerma), la última ópera que pude cantar antes de que nos confinaran”.

Así piensa Carmen Ferrer. Así es y así se lo contamos. Recomendable para mujeres y hombres que tengan curiosidad por la vida, espíritus sólidos, personas que sufren o disfrutan, aventureros o sedentarios, libres o esclavos... o simplemente para quienes aman la lectura.