Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
|| nosotros y cía ||

¡Vamos a la playa, oh, oh, oh...! ¿O nos quedamos en casa?

Seguro que les pareció de lo más divertido el vídeo ese en el que se vio a decenas de personas en el paseo marítimo de Torrevieja esperando a primerísima hora de la mañana para entrar en la playa y, así, poder coger un buen sitio a la orillita mismo del mar.

¡Cómo si no hubiera arenal bastante, cómo si faltara sitio!

Pues doy fe de que sin pandemia en julio y agosto en la playa del Cura, que es cómo se llama ese espacio, no hay espacio, y cuando digo que no hay, es que no cabe ni una pulga.

En ocasiones, al llegar sobre las once de la mañana para tomar un rato el sol y darnos unos baños, ya no había ni un solo lugar en el que poner la toalla. Así que había que darse la vuelta, coger el coche e irse al otro arenal, el de la Mata, a una distancia de apenas tres o cuatro kilómetros y, para un servidor, mucho más bonito, espectacular y con el agua mucho más agradable, es decir, menos caldo, más fresquita y, desde luego, mucho más limpia.

Así que quítense de la cabeza de que ese vídeo, cómico donde los haya, sea un montaje o un bulo.

Son cosas que pasan en el Mediterráneo, donde decenas de miles, por no decir millones de madrileños, castellano-manchegos y castellano-leoneses toman al asalto el litoral levantino.

Pero no crean que todo es tan simpático y gracioso como se ve en la televisión o el WhatsApp que les llegó. Ni se imaginan la cantidad de bofetadas, literales, que se dan unos a otros peleando por un sitio, que les daría igual un metro más o menos a la izquierda, adelante o detrás, pero no, y la verdad, no entiendo el motivo.

Nada es tan divertido como parece. Primero, si en la localidad alicantina hace ya bastante calor, no vean cómo pega en la playa, con unos encimas de otros, donde a veces las toallas se montan unas sobre otras, y la sombrilla del vecino te da la sombra a ti en lugar de a él, y a él, le cubre la de su otro vecino.

Les aseguro que la gente se pone tan cerca de la orilla que resulta imposible pasear por la playa, y hay tantos miles de personas y tan apelotonados, que en ocasiones no se puede llegar a la playa.

Pues no vean si, por fin y no sin muchos avatares y tribulaciones consiguen llegar al agua. Si ya de por sí está casi hirviendo, con el incalculable número de bañistas supongan qué turbidez tiene el agua, que además huele a todas las clases y marcas de protectores solares, que si la Nivea, el Ambré, el Royal, que el que huele a coco, a zanahoria, el perfumado...

Con solo meterse en el agua y remojarse un poco uno ya tiene una protección absoluta y, posiblemente, para toda la vida.

Eso sí, cierre bien la boca y no abra los ojos si es que se le ocurre intentar bucear, porque nadie sabe lo que se puede tragar ni cuáles serán los efectos de lo ingerido o lo que entre en contacto con sus globos oculares.

Preguntarán entonces que por qué van a ese horrible lugar. Pues muy sencillo: están deseando tener la playa a tiro de piedra, sin metros ni autobuses atestados, olvidarse del asfalto en lo que se chascan los dedos y que, desgraciadamente, no tienen posibles para un destino más exclusivo y distinguido.

Eso sí, en la Costa Blanca también hay playas maravillosas, limpias, sin masificar y con paisajes espectaculares, no se crean.

Pero cuando llegué a Galicia en... (demasiados años para contarlos), sí que descubrí el paraíso marítimo.

Sobre todo aprecié la frescura del agua, aunque tampoco hace falta que esté tan fría como lo estuvo estos días pasados. También la arena, no se crean que por ahí adelante tienen el grano tan fino y liviano como aquí.

Estuve en playas de la Costa Azul donde lo menos que te puede pasar es doblarte un tobillo o golpear el dedo gordo del pie contra un superguijarro o una botella.

Y ya no les digo nada de la paz que se respira en tantas playas gallegas, todo un contraste frente al bullicio , el griterío y los chillidos.

Vaya, que vas a la playa a relajarte y vuelves intoxicado, cabreado, peleado, pisado, herido y con dolor de cabeza.

Así que me despido de ustedes hasta Dios mediante porque voy a seguir trabajando unas semanas más, pero después quiero ir a un arenal limpio y sin masificar.

¡Ah! y tengo que esperar a mi anhelada, maravillosa, querida y deseada nieta.

¡Hasta pronto!

|| las claves una a una ||

1 Emulando a Aznar. Quién nos lo iba a decir: Pedro Sánchez emulando a José María Aznar. Porque lo único que le faltó por decir el jueves en su balance político y económico fue aquello del !España va bien! Y no solo es que vaya bien, es que va de pingas, de maravilla.

2 Campeones. Somos de medalla de oro, dijo el presidente, en creación de empleo, en vacunación, en lucha contra la COVID, en democracia... En fin, en todo lo que se le ocurrió en aquel momento. Lástima que se olvidara del precio de la luz, de la falta de diálogo, del servilismo ante el independentismo y los herederos de ETA y otros socios que lo único que buscan es un rédito poco ético y aún menos social.

3 El culpable. Y ya saben ustedes, inteligentes lectores, que en todo balance siempre hay un culpable al que achacar aquello que no va bien y que se escapa a la acción del administrador. Así que Sánchez arremetió contra Pablo Casado, al que solo faltó acusar de la muerte de Cristo. En fin, que qué suerte tenemos de contar con nuestro amado presidente.

|| Lo malo...

tribunales “Yo respeto las sentencias y a los tribunales que las dictan”. Eso dicen todos los miembros del Gobierno después de insultar, denigrar, atacar y arremeter contra los magistrados del Tribunal Constitucional por echar atrás el Estado de Alarma o contra el Tribunal de Cuentas por imponer fianzas millonarias a los independentistas catalanes por el procés. ¡Yo también les respeto a ustedes!

y Lo peor ||

factura de la luz Ya ven lo que no hace el Gobierno por nosotros. Me refiero a controlar el precio de la luz, porque la lista de cosas sería interminable. Pero lo que nos duele ahora es el bolsillo, que a la terrible crisis que aún arrastramos a causa de la pandemia de la COVID, se suma el elevado recibo de julio, que será de récord. Y aquí en Galicia menos mal, que no hace demasiado calor.

|| La foto de la semana ||
Chafado, pero que bien chafado

A estas alturas del año y sin haber disfrutado aún de las vacaciones me encuentro más chafado que la lata despachurrada que se le ocurrió fotografíar a Antonio Hernández. Me encanta la textura del fondo, transmite incluso una sensación como de 3D. Hablando de tres dimensiones, ¿recuerdan cuando se pusieron de moda aquellos libros con extrañas marcas que se convertían en preciosos dibujos 3D cuando desenfocabas la vista? Aún debe de haber alguno por casa, como seguro que también si busco encuentro uno de los de ¿Dónde está Wally? también en tres dimensiones. Anda que no dieron juego las láminas del popular pesonaje. Durante un rato eran divertidos, luego te empezabas a cansar y al final te acababas cabreando cuando no encontrabas la ovejita o el gorro de Wally o su camiseta a rayas. Pero eso sí, unos buenos ratos hemos pasado.

01 ago 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.