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Vestidos de novia en pandemia, con diseño único y artesanal desde Santiago

Ana Prados, que dirige su propio atelier en Compostela, saca colección propia, Tempos, en una época difícil, como una vía de expresión y reflexión

Tempo, cinco letras que transmiten tanto: “sucesión de instantes, patrón y ritmo, velocidad y movimiento, carácter y expresión”. Estas son las palabras con las que Ana Prados define sus seis vestidos de novia, los integrantes de su primera colección, y protagonistas del día. Nos disponemos a conocer cómo han sido sus inicios como diseñadora, su motivación e inspiraciones para dar a luz su “obra primogénita”, enmarcada en una crisis mundial que ha afectado al sector nupcial de manera superlativa. En 2020, a pesar de la difícil situación del sector, se marcaron unas tendencias claras para los vestidos nupciales. El minimalismo ha sido una ellas, y las grandes marcas han optado por crear diseños con líneas limpias y formas elegantes. Además, el denominado “efecto espumoso” ha estado presente, utilizando telas ligeras para aportar movimiento y romanticismo a los conjuntos. El clásico blanco ha quedado eclipsado por tonos más crudos, en los que las variedades de beige se abren paso como las favoritas. Bebiendo de estas tendencias, junto con inspiraciones de iconos clásicos de la moda, Ana Prados comienza a crear.

Ana dirige su propio atelier en Santiago de Compostela. Especializada en vestidos de fiesta y de novia, ha decidido dar un paso más en su carrera, sacando una colección propia caracterizada por su personalidad y originalidad. Tempo consta de seis looks nupciales y según las propias palabras de su creadora: “[...] Surgió de una manera muy espontánea y natural, y aunque en el proceso de construcción fueron surgiendo cambios en los diseños, la idea principal se mantuvo hasta el final. Esta colección fue para mí como un trabajo de autoconocimiento, en el que quería mostrar parte de mí y de todo lo que tenía dentro desde hace tiempo.”

Cada vestido de la colección es diferente, porque cada mujer tiene un estilo único, y esta diversidad en la colección representa la variedad en las novias a las que pretende ayudar Ana a estar perfectas en su día. Admite que no tiene una inspiración propiamente dicha, existe lo que ella ha descrito como “guiños” a grandes figuras de la moda, pero buscaba marcar una diferencia y crear algo único.

Concibe este trabajo como una presentación, una manera de dar a conocer su trabajo y conseguir que las futuras esposas confíen en ella y en su visión de la moda para darles el traje perfecto, con el que se sientan seguras y únicas el día de su boda. “La idea principal es trasmitir parte de mi esencia, de mi estilo, cuál es mi visón de diferentes estilos de novia... Es una colección con un trabajo de confección muy mimado y muy trabajado, y quería que eso también se reflejase.”

El atelier de Ana Prados trabaja de manera artesanal, cada diseño es único, atendiendo a las necesidades de su cliente. Ella misma nos describe su cuidadoso y esmerado proceso de creación, con pruebas y posibles cambios constantes, para obtener el resultado que ansían, personalizado y acorde a los gustos, personalidad y deseos de la futura novia: “Tenemos una primera cita con la clienta para conocernos y es ahí donde se empiezan a plantear y perfilar las primeras ideas. Después se hace el patrón y realizamos una primera prueba en otro tejido, sobre el que se realizan los ajustes y cambios y se define el diseño. Suelo hacer varias propuestas, probamos diferentes tipos de mangas, escotes, etc. y dependiendo de la clienta este proceso se repetiría. Posteriormente, comenzamos la construcción de la prenda con los tejidos elegidos y hacemos una prueba con hilvanado. Finalmente, la última cita en la que la clienta se prueba la pieza terminada, planchada y lista para entregar”.

Es un proceso lento, ya que, al tratarse de una confección a medida, con acabados artesanales, se necesita tiempo para que el resultado sea perfecto, pero eso es lo que lo hace especial, y hace que también la clienta pueda ser partícipe de todo el proceso.”

Ana, a pesar de vivir “miedo, incertidumbre, tristeza...” por cómo ha afectado la pandemia a los eventos con gran afluencia de personas, entre ellos las bodas, que se han visto aplazadas de manera masiva, ha sacado lo mejor del momento con Tempo, “esperanza, ganas, capacidad de lucha”. Así, su colección es fruto de un esfuerzo, inspiración, resiliencia y capacidad de adaptación a las circunstancias, vivir según el momento y explotar todo tu potencial artístico y creativo en el mundo en el que te ha tocado vivir: “Creo que tener tantas emociones a flor de piel me permitió poder expresar lo que quería de una manera más reflexiva, con calma y dedicándole tiempo al diseño y a la confección de cada prenda. Los ritmos de todo en nuestro entorno estaban cambiando y me adapte a ello. Todo esto me hizo arrancar y darle forma a Tempo.”

Para poder darse a conocer, concede entrevistas como la que da forma a este artículo para dejarnos entrar en su mundo y entender su confección. También ha utilizado las redes sociales, en las que expone sus vestidos. Ha contado con diversas colaboraciones para poder sacar todo el potencial a sus prendas. Lara Fontela y Ana Sueiro son las dos mujeres que vemos como modelos en las fotografías. Ademas de los vestidos de la colección lucen las joyas de “A Buxería”, acompañadas de los zapatos de “The Forest Shoes” y los ramos nupciales hechos en “Sí quiero, Tulipán”. Para dejarlas perfectas y que las novias puedan ver como lucirán ellas mismas en sus bodas, Mireia Martínez las ha peinado y maquillado. Por último, las instantáneas han sido captadas por la cámara de Eugenio Prados.

05 may 2021 / 18:14
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