PODOLOGÍA

Cómo pueden afectar a nuestros pies estos primeros calores del año, y como cuidarlos

La hiperhidrosis, las grietas, los hongos o la hinchazón de pies y tobillos son los problemas más habituales derivados de las altas temperaturas.

¿Cómo afecta el calor a nuestros pies?

¿Cómo afecta el calor a nuestros pies?

Después de estos primeros días de calor importante del año en más de media España, y aunque estemos fuera de fechas para hablar de estos temas, la realdad es que las temperauras nos obligan a hablar de ciertas cuestiones aunque casi no hayamos ni comenzado el mes de mayo.

Lo que ocurre es que como las previsiones de los meteorólogos no son nada halagüeñas para las próximas semanas, y todo indica que el verano puede ser extremadamente cálido, mejor anticiparse para ir tomando algunas medidas sencillas pero importantes. 

Porque cuando hablamos del calor y su impacto en nuestro cuerpo, siempre hay unos grandes olvidados: los pies.

Por eso el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) nos recuerda que las altas temperaturas de esta época también pasan factura a los pies.

Hiperhidrosis, dilatación o grietas

Los podólogos valencianos explican que entre las afecciones podales más comunes están:

  • La hiperhidrosis, es decir, exceso de sudoración. 
  • La hinchazón de los pies y tobillos. Esto ocurre porque con el calor los vasos sanguíneos se dilatan y les cuesta más bombear la sangre desde las extremidades hasta el corazón.
  • La aparición de infecciones por bacterias u hongos.
  • Las grietas en los talones, sobre todo en los talones. Esta lesión es provocada porque hay mayor sequedad en la zona debido a las temperaturas y, como es normal, usamos un calzado abierto.

Pero estos no son los únicos problemas que genera el calor. Porque, como nos ha explicado Maite García, vicepresidenta del ICOPCV.

“También tenemos que tener en cuenta que otra de las consecuencias del calor es que, al usar un calzado abierto, las personas que utilizan habitualmente tratamientos ortopodológicos, como las plantillas, no los pueden colocar en las sandalias. Esto hace que tiendan a reproducir las patologías que tenían”,

El calor provoca la aparición de grietas en los pies, sobre todo en los talones.

El calor provoca la aparición de grietas en los pies, sobre todo en los talones. / Schantalao FREEPIK

¿Qué podemos hacer?

Con el calor de estos días es probable que ya nos apetezca estar descalzos. Pero como esta opción no siempre es posible, los podólogos insisten en que debemos cuidar esta parte del cuerpo especialmente en estos días pero sin olvidar todos los demás. 

Por eso ofrecen algunos consejos generarles, pero dejando claro que son válidos e importantes para poner en práctica todos los días del año, como por ejemplo:

  • Usar un calzado fresco, transpirable, que sujete el pie.
  • Hidratar los pies a diario, evitando siempre el espacio interdigital (porque si no lo hacemos puede macerar y propiciar la aparición de hongos).

Pero, además, para las patologías más concretas derivadas del exceso de calor, desde el ICOPCV recomiendan. 

  • En caso de que se sufra hiperhidrosis: “aquellas personas que padezcan de problemas de sudoración es útil que usen medios preventivos como antitranspirantes y astringentes para evitar que se altere el pH de la piel y que comiencen las posibles infecciones por bacterias u hongos que acaban siendo un problema y rquieran tratamiento”.
Los baños de agua fría no están recomendados para personas con trastornos de la circulación severos.

Los baños de agua fría no están recomendados para personas con trastornos de la circulación severos.

  • En caso de que se nos hinchen los tobillos o pies, los expertos recomiendan dar baños fríos al acabar el día en los miembros inferiores. 
  • También es interesante después de caminar un rato, sentarse y levantar los pies por encima de la cintura para favorecer el retorno venoso.

Eso sí, la vicepresidenta del ICOPCV advierte de que “los baños fríos sólo son aconsejables en personas que sientan hinchazón o quemazón en la zona porque tienen una retención de líquidos o trastorno de circulación leves”. 

En ningún caso es aconsejable que lo hagan “personas con trastornos de la circulación más severos porque tienen alterada la sensibilidad y al contacto con mucho frío se pueden quemar”, subraya Maite García.