Continúa el goteo de robos en viviendas de Dubra y en el entorno amesano de Piñeiro

Además de en Portomouro y San Román, hay constancia de asaltos en Bembibre y Niveiro

El propietario de dos motocicletas tuvo que pagar por ellas para recuperarlas en Carballo

Manuel, a la izquierda, una vecina de San Román que sufrió el robo de maquinaria

Manuel, a la izquierda, una vecina de San Román que sufrió el robo de maquinaria / TVG

Los tres robos registrados en el último mes en Val do Dubra se han convertido en media docena tras salir a la luz nuevas entradas de los cacos en inmuebles de Bembibre y Niveiro, pero también del vecino municipio de Ames. Además, varios testigos se han percatado de la presencia de un vehículo oscuro en las inmediaciones de los lugares del delito, sin poder precisar más datos. Para más inri, en varios casos los dueños se encontraban en el interior. La Guardia Civil ya ha puesto en marcha las pertinentes pesquisas.

Así, y además de asaltos a viviendas y galpones de Niveiro y la propia capital municipal, hay constancia de que en época navideña los ladrones entraron en una casa vacía de Piñeiro (Ames), en la que habían fallecido sus dueños, para hacerse con dos televisores, botellas de licores e incluso de aceite, según trasladaban los lugareños.

Pero entre los sucesos más llamativos figura el que se produjo en una vivienda de Portomouro el pasado día 29. Los ladrones no se andaron con chiquitas, echando la puerta abajo y arramplando con todas las joyas y alhajas que se encontraron dentro de la propiedad privada, tal como confirman los vecinos.

En días anteriores los delitos tuvieron como epicentro la parroquia de San Román, muy cerca de la segunda localidad valdubresa en habitantes, Portomouro. Allí accedieron a, por lo menos, dos residencias privadas y galpones aledaños para hacerse con cuantiosos botines. En una de ellas sustrajeron dos motocicletas, así como herramientas valoradas en 15.000 euros. Guardando el lógico anonimato, las víctimas de este robo aportaban a los medios que tuvieron que trasladarse hasta Carballo para recuperar los vehículos previo pago de 3.000 euros, lamentaban .

Otra vecina de San Román, Manuela, sí que optaba por dar detalles de la actividad de los cacos en su propiedad. El pasado 12 de enero se despertaba de madrugada alarmada por un ruido. Bajó las escaleras, pero no vio a nadie. Su sorpresa fue mayúscula cuando echó de menos maquinaria por un importe que ronda los 6.000 euros, y que incluyó aperos recientemente adquiridos –los más viejos no los quisieron– como una rozadora, cepillo eléctrico, dos motosierras, una rebarbadora y taladro. Supone que actuaron con rapidez, y también deduce que fueron varios los amigos de lo ajeno que se aprovecharon de la falta de iluminación a esas hora para arramplar con todo lo que consideraron valioso.