REFUGIO ACOUGO

Una segunda vida en A Laracha para animales de granja rescatados del maltrato

Cincuenta y dos de ellos gozan de una nueva oportunidad en el refugio Acougo

Sus cuidadores les ofrecen cariño, respeto y atención

Es el sueño hecho realidad de Mara Collazo, tras 20 años afincada en Madrid 

Mara Collazo rodeada de algunos de los animales acogidos en Acougo

Mara Collazo rodeada de algunos de los animales acogidos en Acougo / Acougo

J. M. Ramos

El pasado 14 de febrero, día de San Valentín, celebraba su primer aniversario Acougo, el primer refugio de animales de granja de Costa da Morte, ubicado en Montemaior (A Laracha), en el que actualmente 52 cerdos, terneros, cabritos, ovejas y perros rescatados del maltrato gozan de una segunda oportunidad en libertad y arropados por el cariño, el respeto y la atención que merecen.

Es el sueño hecho realidad de Mara Collazo, una gallega afincada en Madrid durante 20 años, nieta y sobrina de ganaderos de Carballo y A Laracha que, desde pequeña soñaba con algún día poder tener un lugar donde los animales no estuvieran encerrados y pudieran ser felices y morir de viejos. 

La ternera Marisa, la cerdita Loreta, el carnero Noé, la perra Eleonora y los cabritos Sito y Sita, junto con sus compañeros, ejercen de embajadores y demuestran a quienes les visitan que “tienen capacidad de amar, disfrutar y jugar, una personalidad propia y que merecen tener un hogar en el que puedan ser felices”, afirma Mara.

Asegura además que este es un proyecto que nació para dar respuesta a “una necesidad” y porque “cada vez hay más sensibilidad hacia los animales”. Mara Collazo está convencida asimismo de que aporta dinamismo al medio rural “donde hoy día tienen cabida diferentes formas de pensar y de convivir con los animales”. Buena prueba de ello es la “gran acogida” que le han brindado los vecinos y la gente de la zona. “Nos han ayudado mucho”, afirma, y desde el refugio también aportan su colaboración a la comunidad “apostando por las compras de cercanía”.

Una de las cabritas posando para la cámara

Una de las cabritas posando para la cámara / Acougo

Voluntarios

Para brindar el cuidado y el cariño que se merecen los miembros de la familia Acougo, Mara cuenta con el apoyo de voluntarios, “sobre todo mujeres”, con “mucha sensibilidad, muchos de los cuales nunca habían abrazado a una vaca”. Actualmente, tiene el respaldo de un joven argentino como voluntario residente, y otros colaboradores de jornada que dedican tres horas diarias a alimentar los animales y a tareas de limpieza. “Es una labor muy gratificante porque se crean unos vínculos especiales con los animales”, subraya Mara.

Como todo en la vida, mantener un refugio como Acougo requiere de un esfuerzo y unos recursos económicos. “Esta es la parte más difícil”, reconoce su impulsora “porque tenemos muchos gastos”. Pero la ilusión para hacer realidad aquello en lo que cree le está permitiendo superar los obstáculos que siempre surgen en cualquier camino.

Además del apoyo del voluntariado, cuentan con socios, cuya cuota mensual es de 10 euros, aunque también admiten donaciones puntuales. Los interesados en colaborar pueden hacerlo a través de la web www.acougo.org, donde también pueden solicitar el amadrinamiento y apadrinamiento de los animales. A mayores venden ropa y artículos de segunda mano a través de Vinted y Wallapop, y organizan subastas solidarias de diferentes artículos donados por su círculo de amigos, del que forman parte reconocidos actores, actrices, diseñadores artesanos.....

Los cabritos Sito y Sita jugando con la cerdita Loreta

Los cabritos Sito y Sita jugando con la cerdita Loreta / Acougo

Además, la bocatería Rucabocata, de A Coruña, ha incluido en su carta el bocata La Marisa, que toma el nombre de una de las terneras acogidas en Acougo, y por cada uno que vende dona 1 euro para el refugio.

Todo lo recaudado se destina a la alimentación, gastos de veterinarios y mantenimiento y mejora de las instalaciones. Unas ayudas que se hacen imprescindibles para sostener el refugio “pues en los últimos tres años los precios se han triplicado, es muy difícil conseguir paja y los servicios veterinarios son considerados como un artículo de lujo, ya que se les aplica un 21% de IVA”, señala Mara.

A pesar de ello, añade, “tenemos muchas ideas y fuerza, e intentaremos crear un proyecto sólido y de futuro para poder salvar al mayor número de animales posible, siempre desde el sentido común”, afirma Mara Collazo. Próximamente, promoverán iniciativas culturales y deportivas “porque, al final, esto es cultura”, subraya.

Seis hectáreas

Los animales acogidos en Acougo disfrutan de una parcela de casi seis hectáreas dotada con cuatro naves, que pertenecían a una antigua explotación lechera que quedó en desuso y de la que se hizo cargo Mara Collazo en régimen de alquiler.

Un espacio reconvertido en un nuevo hogar para animales que merecen una segunda oportunidad, como los cabritos Sito y Sita que han quedado huérfanos al poco tiempo de nacer y que en Acougo han sido muy bien acogidos por la cerdita Loreta, que es para ellos como una segunda madre, con la que han establecido un vínculo especial.