Los rescates atendidos por Axega se disparan hasta los 788, dos de cada diez en la comarca

Aumentaron casi un 5 por ciento con respecto a 2023, y la cifra en la comarca fue de 147

En la capital de Barbanza se registraron veinte, dieciocho en Porto do Son y diez en Fisterra

Rescate de una mujer que se sintió indispuesta en el agua el pasado año en Rodeira, Cangas

Rescate de una mujer que se sintió indispuesta en el agua el pasado año en Rodeira, Cangas / Santos Álvarez

El Servizo de Emerxencias 112 Galicia de la Xunta hizo frente el pasado año a un total de 788 rescates en el conjunto de la tierra de los mil ríos –33 más que en 2022–, registrando los 58 municipios del ámbito de influencia compostelano 147 (el 18,6%, casi dos de cada diez). En cuanto al desglose, 139 ocurrieron en los concellos de la provincia de A Coruña, mientras que en la Pontevedra apenas constan ocho. Y según los técnicos del servicio adscrito a la Consellería de Presidencia, si bien los percances en situación difícil se disparan en verano, también es cierto que han aumentado las formas de comunicarse para facilitar coordenadas de forma precisa.

Los rescates-salvamento son uno de los grupos de alertas que aborda el 112 y que, según la entidad, se clasifican “atendendo á naturaleza das emerxencias”. También incluyen los “sanitarios, accidentes, seguridade, incendios, Protección Civil, información, outros, incidente en taxi, emerxencia-urxencia alto cargo, medio ambiente, incidencia circulación, animais, riscos e operativos”.

En las dos provincias

En lo que atañe a la distribución por ayuntamientos, Ames contabilizó dos rescates; Boiro 9; Brión 1; Cabana de Bergantiños, 4; Camariñas, 2; Carballo, 3, Carnota, 7; Cee, 4; Dumbría, 4; Fisterra, 10; A Laracha, 2; Laxe, 6; Malpica de Bergantiños, 3; Muros, 13; Muxía, 5; Noia, 2; Ordes, 2; Outes, 2; Padrón, 3; O Pino, 1; A Pobra do Caramiñal, 8; Ponteceso, 4; Porto do Son, 18; Rianxo, 1; Ribeira, 20; Rois, 1; Touro, 1; Zas, 1 y Santiago de Compostela, una docena. 

Ya entre los municipios pontevedreses del entorno tuvieron que afrontar rescates el pasado año el de A Estrada (3); Moraña (2); y uno Portas, Silleda y Vila de Cruces.

Con respecto al repunte de los rescates u operativos de salvamento gestionados en el 112 Galicia en comparación con 2022, desde Axega creen que así se pone sobre la mesa la necesidad de seguir “traballando para mellorar os sistemas de localización”, en los que ya se lograron avances apoyados por las cifras. Así, en 2023 se produjo un incremento de las incidencias en las que se facilitaron las coordenadas (299), con números muy superiores al 2022 (97).

Al hilo, los operativos para rescatar personas en situación difícil alcanzaron su punto álgido durante los meses de verano, sobre todo en julio (32) y en agosto (43). Lo mismo ocurre con la localización de vecinos desaparecidos, con julio como mes destacado (13). En este sentido, la Axencia Galega de Emerxencias trabaja para la incorporación de nuevas tecnologías para la busca en estos casos. Así, desarrollado específicamente para la Axencia, el proyecto DroneFinder es prueba de ello: combina inteligencia artificial y el uso de drones para la localización temprana de personas extraviadas.

Además, los accidentes y otras incidencias relacionadas con las vías de circulación sumaron el pasado año la cifra de 54.460, un 20% de las gestionadas en el 112 Galicia. Este apartado incluye también las caídas de árboles y postes de iluminación o electricidad sobre la calzada, por lo que se trata de tipologías que se multiplican durante los episodios de meteorología adversa.

Accidentes con heridos

En el terreno de estos accidentes, 8.696 se saldaron con heridos o fallecidos, mientras que en 13.053 no hubo que lamentar daños personales. A su vez, 315 requirieron de la excarcelación de alguno de los implicados y, finalmente, en 24 de los casos alguno de los vehículos transportaba mercancías peligrosas. Igualmente destacables fueron tanto los escapes de gas como los incendios urbanos, que se concentran especialmente entre noviembre y febrero. Durante este período se superaron los siete incendios urbanos al día, y buena parte se produjeron en en chimeneas o cocinas mal apagadas, y pudieron ser rápidamente extinguidos por los particulares o bien por los servicios de emergencias movilizados desde Axega.

El total anual de incendios urbanos se redujo considerablemente (2.370, 120 menos que en el 2022); las fugas de gas, por su parte, se reducen de 131 a 130; y, por el contrario, los incendios industriales crecieron: fueron 172, 20 más que en 2023. 

Testimonio de un profesional

El nicrariense Rubén Suárez lleva 18 anos trabajando como bombero (es cabo en el parque de Cee) y 16 como instructor de rescates, que divide en 4 tipologías: “Están os que ocorren no medio natural, por exemplo sendeiristas perdidos no Pindo ou pescadores; excarcelacións de tráfico; laborais e tamén de persoas soas, habitualmente maiores”. Y por lo menos para los que se dan en la naturaleza, recomienda “levar sempre un botiquín básico, que inclúa manta térmica, e un teléfono móbil”. Asegura que los más recurrentes son los relacionados con accidentes de circulación, “aínda que tamén temos que abrir moitas portas en domicilios de persoas maiores que viven soas, despois de que os veciños avisen por detalles como que non recollen o pan ou non abren as fiestras”.

Indidencias gestionadas

El total de las incidencias gestionadas por la Axencia Galega de Emerxencias fue de 248.009 en las cuatro provincias durante 2023. Y en las comarcas compostelanas solamente superaron las dos mil los ayuntamientos de A Estrada, con 2.447: Ribeira, 2.419; Carballo, 2.229 y Ames, que registró 2.228.

Por contra, la actividad en otros municipios de reducido tamaño fue casi testimonial, destacando las 87 tramitadas en Corcubión o las 234 de A Baña. Por el medio se cita a Boiro, con 1.630 incidencias; Lalín, 1.493; o Padrón, que tuvo 1.277. Además, el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias-112 Galicia atendió más de un millón de llamadas durante el 2023 (1.042.053), el registro más elevado en siete años. De hecho, supone la interrupción de la tendencia a la baja de los últimos ejercicios propiciada, entre otros motivos, por el intenso trabajo de concienciación de la población en el ámbito de las llamadas maliciosas.

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