El restaurante Fera reúne sus mejores platos en un menú único
Llega la temporada veraniega y con ella los cambios y novedades en las cartas de la mayoría de restaurantes que buscan unos menús más apropiados para la época y también adaptados al cliente habitual del verano.
El restaurante Fera, situado en Outes, más concretamente en Pontenafonso, va mucho más allá en su búsqueda de la excelencia. En lugar de efectuar cambios drásticos, lo que hace este establecimiento es ofrecer lo mejor de sí.
En un precioso complejo que cuida cada detalle, hay a disposición de los clientes diez habitaciones con todo lujo de detalles y unas bonitas vistas hacia la caída del valle en la desembocadura del río Tambre.
Los responsables del complejo que forman el hotel Atmos y el restaurante Fera no dejaron nada al azar y saben de la importancia de que sus huéspedes queden satisfechos con la oferta gastronómica que proponen.
Después de cerca de un año de experiencia quieren dejar atrás sus escasas debilidades y explotar sus numerosas fortalezas y, por ello, acaban de elaborar un menú degustación formado por los platos que más aceptación tienen entre sus clientes. Son los que más gustan y, por ello, esta opción tiene muchas posibilidades de triunfar, sobre todo cuando su precio es más que asequible.
La degustación está compuesta por cuatro platos llegados del mar, una carne y dos postres. Todo un lujo a la altura de la decoración del establecimiento. En un cómodo comedor abierto al campo con amplios ventanales que facilitan unas excelentes vistas, los comensales pueden comenzar su degustación con unos dumplins de langostino acompañados de salsa de sweet chili de albariño, cilantro y ajonjoli. El segundo pase consiste en unos tacos de pulpo con mermelada de ajo confitado, cebolla roja caramelizada y salsa de queso San Simón da Costa, y se cierra el capítulo de entrantes con un perrito marinero que no es más que calamares fritos, chucrut de kimchi, dijonaise y cebolletas fritas.
Los platos más consistentes de este excelente menú degustación son el rissoto de pulpo, que lleva lógicamente pulpo, riso carnaroli (un arroz de grano largo), langostino y tomate deshidratado.
Y, para cerrar el uso del tenedor y el cuchillo, se sirve la costilla asiática, elaborada con costilla de cerdo deshuesada acompañada de salsa barbacoa asiática, patatas hasselback con mermelada de panceta y cebolla.
Así se llega a los postres. No podía faltar uno de los que más éxito tuvieron a lo largo de todo el invierno: la cheesecake. Es un cremoso de tarta de queso con chocolate rubí, crumble de galleta y coulis de frutos rojos.
Y cierra este pequeño banquete un coulant belga que lleva al plato un coulant caliente acompañado de helado de avellanas, chantilly y salsa de caramelo. Es un menú equilibrado y contundente, pero sobre todo sabroso. Son de esos platos en los que se disfruta de cada bocado. Y para que la experiencia sea todavía más agradable, nada mejor que un escenario moderno y funcional.
Lo que más asombra es el precio. El menú que engloba lo mejor del restaurante Fera sólo cuesta 39 euros por persona con el pan y el agua incluidos, en lo que es una demostración de que el lujo puede estar al alcance de cualquiera.
Atmos y Fera son independientes, pero forman un todo. Abrieron en plena pandemia en una decidida apuesta del propietario por su tierra y, en apenas 9 meses, fue haciéndose un hueco entre los paladares más exigentes y entre todos aquellos que buscan la fórmula mágica que une el relax y el lujo. Y todo a base de tesón, esfuerzo y profesionalidad.