Ciclismo
Paris-Niza: Pogacar ya le toca la cara a Vingegaard
El ciclista esloveno araña seis segundos de bonificación en un esprint intermedio y ya se sitúa tercero de la general | El ciclista esloveno araña seis segundos de bonificación en un esprint intermedio y ya se sitúa tercero de la general
Sergi López-Egea
Que la primera etapa de la París-Niza acabaría con un esprint (triunfo del belga Tim Merlier) era un secreto a voces. Lo sabían hasta en el Paseo de los Ingleses de la capital de la Costa Azul donde el domingo que viene terminará la prueba. Ahora bien, la duda y el aliciente estaban en saber si se iban a mover ya a la primera de cambio Tadej Pogacar o Jonas Vingegaard en este enfrentamiento, como una bendición, que ha llegado a las puertas de la primavera, con el mes de julio todavía muy lejano, pero por carreteras que son comunes en la ronda francesa.
Pues sí, Pogacar no se ha hecho esperar porque sabe que cada segundo vale su peso y porque para placer de todos los aficionados al ciclismo no sabe correr de otra manera. Lo de ir a rueda, con calma chicha, lo de dejar pasar los kilómetros y esperar solo los repechos marcados en rojo en el libro de ruta que entregan a cada corredor es para otros, para campeones de otros tiempos, cuando la temporada ciclista se resumía a rodar tranquilo en marzo, hacer una mini exhibición en las clásicas de abril, descansar en mayo, calentar un poco el cuerpo en el Dauphiné y llegar lo más fino posible al Tour para acabar vestido de amarillo en París.
Eso ha quedado para la historia porque Pogacar huele el desafío y mira en la más insignificante etapa, en el minúsculo repecho, en la línea blanca trazada en un esprint intermedio la oportunidad para probar a Vingegaard y la ocasión para sumar, como este domingo, seis segundos de bonificación que ya lo han situado tercero de la general de la París-Niza. Y esos seis segundos ganados por el astro esloveno ya los tiene Vingegaard, 33º de la clasificación, como una pequeñísima losa que debe contrarrestar, quizás el martes en la contrarreloj por equipos donde su Jumbo parece mucho más puesto que el Emirates de Pogacar para sacar provecho a la situación.
A 20 kilómetros de la meta de la primera etapa llegó una cota de tercera categoría que se llamaba Milon-La Chapelle. Allí Pogacar los puso a todos a rueda y provocó el primer lío en el Jumbo que dejó patente que al igual Vingegaard se quedaba muy solo ante una situación complicada en el futuro.
Pero cuando a seis kilómetros se anunció un esprint bonificado allí se presentó Pogacar para esprintar y para tratar de sorprender a Vingegaard, que pasó la línea intermedia en cuarta posición pero se quedó sin el bonus, como si Pogacar hubiese cantado línea en un imaginario cartón de bingo.
Y hasta se quedaron los dos, en compañía del francés Pierre Latour, solos por delante al más puro estilo de lo que se ha visto en la temporada de ciclocrós entre Mathieu van der Poel y Wout van Aert. Así rodaron hasta que vieron que seguir por delante era una tontería que no conducía a nada con un esprint a la vista y sabiendo Pogacar que ya le había tocado un poco la cara a Vingegaard nada más empezar la París-Niza.
- El Correo Gallego - Diario de la capital de Galicia
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