Entrevista | Léo Westermann Jugador de baloncesto del Monbus Obradoiro

“Sienta bien volver a ese primer instinto en el que cada victoria tiene mucho valor”

Westermann tirando frente al Murcia / ACB

Westermann tirando frente al Murcia / ACB / André Couce

Léo Westermann (Francia, 1992) llegó para ser el abanderado en el Obradoiro junto a Dragan Bender. Lamentablemente, ambos se lesionaron durante la temporada, quedando Bender, a priori, fuera de la misma, y el francés tocado a su regreso. Pese a todo, parece que Westermann está recuperando la confianza para dirigir el barco en este tramo final, demostrando el talentoso jugador que es y que está listo para ser decisivo en Santiago, donde siempre ha demostrado estar comprometido al cien por cien.

Ha tenido altibajos esta temporada, pero en el último encuentro se le ha visto más decidido, ¿cómo lo sintió?

Fue genial, en el sentido de que he tenido bajones últimamente y es lo que hay. Ahora estoy tratando de construir sobre ello, en ser más consistente. Es a por lo que voy en el día a día. Estoy trabajando en tener más impacto en el juego, como tuve en los últimos partidos, y estoy centrado en ello.

Ahora juegan contra el Unicaja, el campeón de la Copa del Rey. ¿Qué equipo espera?

Un gran equipo. Viendo cada partido de ellos en la Copa del Rey, jugaron increíble. Tienen muy buenos jugadores, con una gran química, pero nosotros vamos a por un buen resultado. Sabemos que podemos jugar contra ellos, nosotros demostramos aquí que nos sentimos cómodos contra ellos y tuvimos el partido en nuestras manos. Vamos para allí con confianza, con respeto por lo que han hecho y quienes son, pero vamos a pelear, eso es seguro.

Alberto Díaz es un gran defensor y, probablemente, va a tener que lidiar con él. ¿Será un partido difícil para usted?

Definitivamente, es un jugador que puede cambiar el partido. Su defensa es algo que siempre ha hecho y de una manera increíble. Pero durante mi carrera he tenido que jugar contra muchos grandes defensores y tienes que sobreponerte a ello, saber manejarlo, y voy a hacerlo contra Alberto.

¿Por qué decidió venir al Obradoiro?

Después de muchos años en Euroliga, quería un nuevo comienzo. No digo que no quisiera estar en Euroliga, obviamente (risas), pero siento que tengo que resetearme mentalmente y físicamente. Quizás jugar menos partidos para estar más concentrado en mi cuerpo. Eso es lo que sucede aquí (en Santiago). Es cierto que empecé la temporada con alguna lesión, pero, a pesar de ello, mes a mes me he sentido más sano y no tengo ningún problema en el día a día. Para eso estoy trabajando y siento que el equipo me quiere. Es muy importante para mí sentirme deseado y es lo que sentí cuando Moncho (Fernández) me llamó. Fue por todo eso y porque quería jugar en la ACB de nuevo. Esa era mi meta, volver a esta liga.

¿Cómo ha vivido el cambio de jugar en equipos que participan en competición europea a pasar a uno que pelea cada año por mantenerse en la liga?

Desde luego que es la primera vez en mi carrera que estoy en un equipo que lucha por no descender. Obviamente, este año lo hemos hecho mejor que simplemente pelear. Miramos hacia delante y no detrás de nosotros. Tenemos un gran equipo. Pero he estado en muchos clubs que iban de tapados, tratando de luchar por los playoffs o por títulos sin ser el principal favorito. Así que conozco este sentimiento, esa mentalidad de underdog. Es lo que trato de hacer aquí, ir con esa idea, y es genial cuando vas a un equipo donde una victoria es una victoria. Recuerdo que en otros clubs tuvimos sobre veinte victorias y solo venía la siguiente. El otro día que jugamos aquí, la victoria significaba algo. Se pudo ver al final del partido, en mitad de la cancha estábamos disfrutando, en los vestuarios o todos juntos con los aficionados y el cuerpo técnico. Al final del día, eso es por lo que me gusta jugar al baloncesto, tener esta química. Sienta bien volver a ese primer instinto en el que cada victoria tiene mucho valor y te sientes feliz por poder compartila. Amo eso.

¿Qué pensó sobre la ciudad y el club en sus primeros días?

¡Me encanta! El club ha tratado de ponerme en la mejor situación posible. Cuando ves a una organización tratando de ayudarte lo más que pueden, es siempre un buen sentimiento. Sobre Santiago, he estado en alguna otra ciudad pequeña en Francia, donde siempre está lloviendo (risas), así que me he adaptado bastante rápido. Amo Galicia, he visitado sitios fantásticos y, definitivamente, me siento completamente mentido en esta mentalidad. No soy de grandes ciudades. Soy de una región con una gran identidad en Francia y me encanta eso. Ese sentimiento que tenéis de ser gallegos es genial. Para mí ser de Haguenau, en Francia, es fantástico y me he sentido muy cómodo aquí.

Recuerdo que en el día que el equipo visitó la Catedral de Santiago usted estuvo con Moncho, creo que preguntándole por el monumento y su historia. Me picó la curiosidad, ¿qué le preguntó?

A mí siempre me gustó la historia, es una de mis aficiones, y Moncho es de aquí y es profesor de historia. Siempre quiero saber más y sé que él sabe mucho sobre historia, especialmente de Santiago. Intenté preguntarle muchas cosas, me enseñó que gran parte de la Catedral fue construida por un artista francés y me explicó el proceso. Fue realmente interesante.

Ha jugado en Serbia, Lituania, Rusia, Turquía... ¿Qué le sorprendió más de cada país?

Cada país tiene su propia personalidad, pero por eso es que me gusta tanto viajar. He conocido a mucha gente que se han vuelto mis amigos en todas partes. Una cultura diferente significa que puedes, por ejemplo, conocer música. Escucho música serbia o, el otro día, reguetón. Me encanta cada cultura en la que he estado. Son algo diferentes, pero la forma en la que sienten su país, su forma de ser en las ciudades especialmente, es con orgullo. Lituania, Galicia, Cataluña... Significa mucho. Creo que es lo que más tienen en común, lo orgullosos que se sienten de ser de donde son, de tratar de mantener esa autenticidad. Me encanta.

Por último, quería saber si tiene alguna historia curiosa o graciosa con el equipo. Algo que le gustase compartir.

Es cierto que pasamos mucho tiempo juntos. Vamos todas las semanas a restaurantes y se ha vuelto una tradición. Nos sentimos muy bien juntos, con todas nuestras personalidades. Es un orgullo estar en un equipo como este. No es como que haya una historia divertida, porque siempre nos lo pasamos bien en ese sentido (risas). El simple hecho de estar juntos y tener esta química, de amar lo que hacemos en el día a día, dentro de la pista o fuera de ella... Ayer mismo estuvimos todos juntos en el cine y el otro día fuimos a un restaurante. Esas son cosas que creo que no tienen todos los equipos y compartirlas no es algo ‘gracioso’, pero es muy importante y aquí, en Santiago, puedes sentirlo.