ELECCIONES GALICIA 18F

¿Qué significa el voto en blanco y a quién favorece?

Hay una distinción significativa entre la abstención de votar y la acción de acudir a las urnas y depositar un voto en blanco, aunque no se elija ninguna candidatura específica

Una persona deposita su voto en la urna

Una persona deposita su voto en la urna / EFE

Redacción

A pesar de que para muchos pueda parecer una elección simple, hay una considerable cantidad de ciudadanos convocados a las urnas el próximo 18 de febrero en Galicia que aún no han decidido su voto. Esto no se debe a dudas entre las opciones de izquierda (Pedro Sánchez por el PSOE y Yolanda Díaz por Sumar) o entre las de derecha (Alberto Núñez Feijóo por el Partido Popular y Santiago Abascal por Vox), sino más bien a que no se identifican con ninguno de los partidos que se presentan a las elecciones en Galicia. En tales casos, la solución aparentemente más sencilla sería no asistir al colegio electoral. Sin embargo, muchos ciudadanos se resisten a abstenerse de ejercer su derecho al voto simplemente porque no hay un candidato que los represente. Para tales circunstancias existe la opción del voto en blanco.

El voto en blanco se define cuando el sobre no contiene nada. El ciudadano no ha seleccionado ninguna de las papeletas con las listas de los partidos que compiten por escaños en el Parlamento de Galicia. Tal y como establece la actual Ley Electoral, esta clase de voto se considera válido, por lo que se suma a los votos obtenidos por las diferentes candidaturas para hacer el reparto de escaños.

¿A quién beneficia el voto en blanco?

Para comprender a quién se beneficia y quién resulta perjudicado por el voto en blanco, es esencial tener en cuenta la conocida Ley d'Hondt, el sistema de cálculo proporcional utilizado en el sistema electoral español. Según esta ley, en cada circunscripción se excluyen primero las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el tres por ciento de los votos válidos emitidos. Por lo tanto, al incluir los votos en blanco, una candidatura necesita más votos para lograr un escaño. Este porcentaje puede variar dependiendo de si las elecciones son generales o autonómicas, y también de la comunidad autónoma en la que tengan lugar.

Al incluir los votos en blanco, una candidatura necesita más votos para lograr un escaño

Para ilustrar esto, es útil considerar un ejemplo: en una circunscripción imaginaria en la que se emitieron 1.000 votos a candidaturas, 200 votos en blanco y 50 votos nulos, si solo se tienen en cuenta los votos a candidaturas, un partido necesitaría 30 votos (el 3%) para obtener un escaño. Sin embargo, al considerar los votos en blanco, requeriría 36 votos (el 3% de 1.200) para conseguirlo.

Por lo tanto, en teoría, esta forma de voto desfavorecería a los partidos pequeños porque la misma ley d'Hondt les perjudica en las circunscripciones pequeñas. O lo que es lo mismo, los más beneficiados suelen ser PSOE y PP. Sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones ni beneficia ni perjudica porque no es común que los partidos se queden en el límite del tres por ciento de los votos.

¿Voto en blanco o voto nulo?

Hay que tener muy presente que el voto en blanco no tiene nada que ver con el voto nulo. Este se produce cuando se realiza con un sobre o papeleta diferente del oficial, o si dentro del sobre se incluye algún objeto o símbolo 'de más' (por ejemplo, cuando el sobre contiene más de una papeleta de dos candidaturas --si las dos son de la misma, se considera un voto válido--), tal y como se recoge en el Artículo 96 de la Ley Electoral.

En el escrutinio de cada cita electoral se difunden siempre noticias de que los presidentes de las mesas se encuentran dentro de los sobres lonchas de chorizo, pintadas de lo más variopintas en las papeletas o, incluso, papeletas diseñadas por uno mismo.

¿En qué se diferencia de la abstención?

La abstención es simplemente no ir a votar ni, lógicamente, introducir ningún voto. Al no haber voto, éste no se suma y no afecta a los resultados.

Sobre el significado de la abstención, en este caso es mucho más difuso, pues no se sabe por qué la persona no ha ido: si es por indiferencia, descontento con el sistema electoral, enfermedad...