Negociaciones de investidura

Podemos amenaza con un calvario para Sánchez en cada votación del Congreso si no está en el Gobierno

La formación promete una legislatura tortuosa en caso de que Irene Montero quede fuera del Consejo de Ministros

Irene Montero y Lilith Verstrynge, en los pasillos del Congreso.

Irene Montero y Lilith Verstrynge, en los pasillos del Congreso. / EFE

Ana Cabanillas

En la última legislatura Pedro Sánchez contó con los votos de los dos socios de coalición para sacar adelante la agenda legislativa del Gobierno. Pese a los desacuerdos públicos con Unidas Podemos, en contadas ocasiones esas diferencias se tradujeron en votaciones diferenciadas en el Congreso de los Diputados. Pero el nuevo Gobierno de coalición, en el que ya trabajan Sánchez y Yolanda Díaz, amenaza con tomar un cariz muy distinto, debido al papel que Podemos está dispuesto a desempeñar. El partido de Ione Belarra amenaza ahora con poner en jaque cada votación parlamentaria en caso de Irene Montero no se siente en el próximo Consejo de Ministros como titular de Igualdad. Una exigencia que ni PSOE ni Sumar están dispuestos a atender.

Podemos, que durante semanas jugó con la idea de no prestar sus votos a la investidura, ha descartado finalmente esta opción, al considerar que ser los responsables de una repetición electoral podría pasarles factura. Ahora el discurso no se centra en permitir o no un Gobierno de coalición, sino en cómo de tortuoso será el camino del nuevo Ejecutivo. En el partido son conscientes del papel determinante que pueden tener sus cinco diputados en una legislatura de mayorías endiabladas, y están dispuestos a emplear esta baza para hacerse valer en las negociaciones de investidura.

Los socios de Gobierno suman -sobre el papel- 152 escaños, y necesitan para la mayoría absoluta del apoyo de Junts (7), ERC (7), Bildu (6) y PNV (5). En este escenario, los morados se saben un actor imprescindible de la ecuación y, en caso de no verse representados en el Gobierno, advierten ya que harán sufrir al Ejecutivo para aprobar cada una de sus medidas, dejando al Sánchez sólo con 26 votos asegurados por parte de su socio minoritario, en lugar de los 31 diputados que logró Yolanda Díaz en las urnas.

Podemos, como ERC o Bildu

"Podemos hará valer sus votos en cada votación", destacan voces de la formación, donde ya avanzan que mantendrán posiciones propias dentro de Sumar en caso de cumplirse lo que a día de hoy parece un consenso entre los dos socios de Gobierno, que Montero no repita como ministra de Igualdad. Podemos adoptaría así el mismo papel que tienen a día de hoy ERC o Bildu, que han sido aliados de la coalición y con quienes han estrechado lazos en la última legisatura.

Tanto republicanos como abertzales han sido esenciales para la aprobación de la mayoría de las normas salidas del Congreso, aunque han mantenido su autonomía a la hora de votar contra otras leyes de primer orden, como la reforma laboral, a la que se opusieron. En caso de cumplir su amenaza, los morados pasarían a convertirse en una suerte de aliado más y, junto a los independentistas, podrían bloquear iniciativas del Gobierno, que quedaría en minoría frente al bloque de PP, Vox y UPN.

Y desde este martes la propia Ione Belarra, secretaria general de Podemos, viene adviertiendo de que su presencia en el Consejo de Ministros es la única garantía para la estabilidad. "Para que el Gobierno sea estable Podemos debe estar representado en él", defendió la ministra en funciones, avanzando el papel que preparan para la nueva legislatura, en caso de que salga adelante la investidura de Pedro Sánchez. Los morados han pedido interlocución directa con los socialistas, dejando claro que no se ven representados en las negociaciones lideradas por Yolanda Díaz.

Escenario hostil

La líder de Sumar lleva meses preparándose para un escenario hostil por parte de Podemos, a los que ha dejado en la irrelevancia parlamentaria para evitar que su estrategia pueda repercutir en el grupo. Ya desde la firma del acuerdo de coalición electoral, los de Díaz introdujeron una cláusula anti escisión, que impedía a los cinco dirigentes morados abandonar formar un grupo parlamentario propio en el Congreso, lo que les otorgaría recursos propios y capacidad política. Una prohibición que ya está vigente en el reglamento del Congreso pero que Sumar quiso volver a hacer patente en el documento.

Más tarde, los de Díaz también se aseguraron de impedir a Podemos presentar iniciativas por su cuenta y riesgo, dejándole sin la firma necesaria para hacerlo al negarle tener una portavocía adjunta. Aunque a día de hoy en Podemos descartan abandonar el grupo parlamentario de Sumar por no responsabilizarse de dar el primer paso en esa ruptura, sí están dispuestos a llevar al límite a la coalición y a su frágil equilibrio de alianzas, ante lo igualdado de ambos bloques.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz al comenzar su reunión.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz al comenzar su reunión. / SUMAR

Las advertencias de Podemos tienen tintes de profecía autocimplida, ante las escasas opciones de que su petición pueda salir adelante. Aunque Sumar y PSOE ya han abierto los contactos sobre el reparto de carteras, el nombre de Irene Montero nunca ha estado sobre la mesa, después del pulso que mantuvo en el Gobierno al oponerse a la reforma de la Ley del sí es sí, que provocó un millar de rebajas de penas a agresores sexuales condenados. A esto se une que los socialistas se han mostrado firmes en los últimos días sobre su intención de recuperar para sí esta materia, que en la pasada legislatura fue centro permanente de polémica y que tuvo su colofón en la ley del sí es sí, que propició más de un millar de rebajas de penas. Los de Díaz buscarán mantener la cartera, aunque ya han dejado claro que su principal batalla estará en materia social y laboral.