Reclamado por el independentismo catalán desde el comienzo, que ya hace 5 años pedía un mediador internacional. Más por la parte de Junts que Esquerra. "Si hay un tercero independiente que pueda ayudar, mejor", decía en 2020 Pere Aragonès. Pero la respuesta siempre había sido la misma. "No hace falta mediadores, ni para el Gobierno ni para el Partido Socialista", aseguraba la entonces vicepresidenta Carmen Calvo. "Eso es lo que quieren, internacionalizar el conflicto", añadía el de aquella ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell. Un socialista catalán de peso, que no la dirección del PSC, que nunca ha puesto especial pega. "Ni Declaración Unilateral de Independencia, ni 155. Negociación. Y si los que han de negociar no se deciden, y han de buscar un mediador, les ayudaremos". Ayudar a buscarlo incluso, aunque Pedro Sánchez ya lo tenía. "El Congreso de los Diputados es el perfecto mediador para este tipo de cuestiones". Entonces, en 2017, y tras suspenderse en 2019, cuando se retomó con la Generalitat al año siguiente. Y eso, no sólo uno. "Mediador van a ser los 47 millones de ciudadanos y ciudadanas, que van a ser testigos de un diálogo franco". Pero a día de hoy, en el que "hay que hacer de la necesidad virtud", y, subrayando, entre partidos, la figura vuelve a la palestra. "Para avalar los acuerdos", anotaba Oriol Junqueras. El verificador, modelo final elegido, menos intervencionista que los otros tipos intermediarios.