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Albor: “Galicia, tierra fácil de amar a la que yo tuve el honor de servir”

El ex presidente de la Xunta se definió como un amante del diálogo y el progreso

“No es un espíritu político que haya inventado yo. Es así como entiendo el galleguismo de un hombre liberal de raíces cristianas que piensa que el diálogo siempre es el mejor camino, que el otro puede tener razón y que el fin nunca justifica los medios”. En esta frase podría resumirse buena parte de la esencia de la intervención del Gallego del Año 2009, Gerardo Fernández Albor, que ayer, ante más de mil personas, definía emocionado a Galicia como “una tierra fácil de amar a la que tuve el honor de servir”. El que fuera primer presidente de la autonomía gallega confesó ante un abarrotado palacio de congresos ser un hombre de esta casa “lo que ya es bastante premio” y señaló que en los últimos años se había acostrumbrado a una existencia tranquila y anónima, ajena a reconocimientos y aludió a John Lennon cuando dijo que “la vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”. Apuntó además que, como valor añadido, recibe este premio de una de las empresas de mayor prestigio de Galicia el Grupo Correo Gallego, fiel reflejo de hombres como el editor, Feliciano Barrera; el presidente del Consejo de Administración, Antonio Castro García, y el director, Jose Manuel Rey.

Albor se preguntó por los méritos para haber recibido el Gallego del Año 2009. “Quizás habéis reconocido en mí a una generación de gallegos de diferentes profesiones, con clara vocación humanista y social, que sentaron las bases de lo que hoy en día aceptamos como marco institucional para la convivencia y funcionamiento de nuestra sociedad”. Y en este sentido, citó a nombres como Ramón Otero Pedrayo, García-Sabell, Francisco Fernández del Riego, Xaime Isla o Agustín Sixto Seco.

Fernández Albor apuntó que siempre tuvo presente en su vida política la convivencia entre los partidos como una divisa para “avanzar en el progreso, la justicia y la paz”.

El galardonado se dirigió al auditorio y lanzó al aire un sueño para la tierra gallega: “vivir en democracia, en paz, en justicia y libertad, sin perder nunca nuestras raíces”. Y en este sentido aludió a Ramón Piñeiro: “somos gallegos por nación, españoles por historia y europeos por cultura, una frase a la que a mí me gusta añadir americanos por corazón”.

En un momento determinado, y en una muestra más de se carácter humanista, el Gallego del Año 2009, cambió su discurso al gallego y expreso un deseo a los presentes: “unha terra onde todos os nosos rapaces falen en galego, castelán e inglés para poder competir polos mellores postos de traballo e ampliar a súa cultura, que é a base de toda liberdade”.

Europeísta convencido, galeguista afianzado, pero inequívocamente compostelano, non podía faltar na súa intervención unha referencia a “nós, que debemos ser os que demos exemplo a España e ó mundo, porque somos de Santiago, de Galicia. É ben sabido pola historia que o Apóstolo Santiago estivo moi presente no espíritu da reconquista, un longo e custoso proceso de oito séculos que vertebrou España”.

Al respecto del fenómeno xacobeo en el Novo Mundo, Albor dijo que “hoxe máis de 200 cidades, baías e ríos teñen nome de Santiago. Contribuímos a forxar a idea de Europa a través do Camiño, como ben dixo Goethe”. “Que Deus volo pague e o Apóstolo Santiago nos axude”.

23 oct 2009 / 00:00
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