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SEPTIEMBRE 2001

La Policía Autonómica, elegida 'Gallego de septiembre' por su labor en 10 años de vida

Ya han pasado diez años. La primera década de funcionamiento de la Policía Autonómica ha dejado a sus espaldas tiempos vitales para su buen desarrollo y consolidación. Con este currículo, la redacción de EL CORREO GALLEGO y O Correo Galego han elegido por unanimidad a este cuerpo, a los 400 hombres y mujeres que lo integran, 'Gallego de septiembre'. Un pequeño reconocimiento a una gran labor volcada en la defensa de toda Galicia.

Fue allá por 1991 cuando esta unidad del Cuerpo Nacional de Policía fue adscrita a nuestra comunidad autónoma, iniciando así su andadura y configurando un modelo policial al que posteriormente se sumaron otra comunidades vecinas.

En su momento, Galicia, cuyo Estatuto de Autonomía reconoce la posibilidad de crear un cuerpo de policía propio, hubo de optar entre esta posibilidad o la de ejercer sus funciones en materia de seguridad mediante la adscripción de una unidad del Cuerpo Nacional de Policía. Justo hace ahora diez años el dilema se zanjó en esta última dirección.

Esta decisión implicó la creación de la actual Unidade de Policía Autonómica (UPA) que, en el ejercicio de sus misiones, está sujeta a una doble relación de dependencia: la "orgánica'', de la Dirección General de la Policía, y la "funcional'', o lo que es lo mismo, a las órdenes de la Consellería de Xustiza, Interior e Relacións Laborais de la Xunta, a través de su Dirección Xeral de Interior e Protección Civil.

Este colectivo de hombres y mujeres ronda en la actualidad los 400 funcionarios —con vistas a llegar a ser medio millar— que conforman una estructura piramidal y abarcan en su actuación la totalidad de la geografía gallega, desde cada una de las cuatro jefaturas provinciales, la central de Santiago y la local de Vigo.

Si bien desde un principio la unidad asumió las funciones de seguridad de edificos institucionales y la protección de personalidades, ya en 1994 y, posibilitado por el aumento de personal, se inauguraron las cuatro jefaturas provinciales, evolucionando a la vez en competencias que se hicieron extensivas a las de investigación propias, tanto en las singulares actividades de policía administrativa, como de policía judicial y comunitaria.

Durante estos años la Policía Autonómica ha hecho una labor de presencia continuada por medio de distintos tipos de patrullas —automóvil, motocicleta o helicóptero— dentro del ámbito de nuestra comunidad, que se ha visto reconocida cada día por la satisfacción de las necesidades de todo orden que los ciudadanos han venido demandando.

Seguridad individual

Tras la firma de protocolos de colaboración con distintas consellerías, las funciones desarrolladas tanto desde la central de Santiago de Compostela, como desde las subsedes se centran en la protección de algunos complejos administrativos (Parlamento gallego, Xunta...); en la protección de personalidades del Ejecutivo autonómico; y en labores de policía comunitaria que, entendida como servicio público, sirve a los intereses y necesidades de la ciudadanía gallega y a sus instituciones. Es decir, sus funcionarios trabajan en aras al logro de una mejora sustancial del sentimiento de seguridad individual.

La edad media son los 37 años y la presencia femenina es del 11 por ciento

FRENTE al Cuerpo Nacional de la Policía, en donde la media de edad supera sobradamente los 40 años, en la Policía Autonómica de Galicia ronda los 37. ¿Algo positivo? Para el comisario jefe de esta unidad está claro que sí. "En general, la gente mayor tiene mucha experiencia, pero la joven tiene muchos recursos'', explica Jaime Iglesias.

Además de destacar por su juventud, el cuerpo gallego es uno de los que cuenta con una mayor presencia femenina. Así, mientras en la Guardia Civil ésta apenas llega al 4 por ciento, en la Autonómica hay más de 40 mujeres. Esta presencia femenina hace posible que ya haya mujeres en todas las sedes, incluso en la de Lugo, que hasta 200 carecía de agentes de este sexo.

La participación femenina se generaliza así en todo el cuerpo, aportando unas ganas de trabajar y una formación válida para cualquier labor, pero insustituible en la atención a víctimas de malos tratos de violencia intrafamiliar y menores. Es precisamente el departamento que se encarga de estos casos uno de los más valorados por la ciudadanía, dado el especial dramatismo de los delitos de violencia en el hogar.

Este servicio se creó en 1998, poco después de que Jaime Iglesias se pusiese al frente del cuerpo. Un hombre que, con anterioridad, como jefe de la Brigada de la Policía Judicial de A Coruña, ya había impulsado en 1995 la puesta en marcha del Servicio de Atención a la Mujer de la Policía Nacional.

El esfuerzo realizado desde esta unidad y todas las demás ha supuesto que, con ocasión de su décimo aniversario, la Xunta haya concedido la Medalla de Galicia en su categoría de plata al cuerpo autonómico.

07 dic 2020 / 23:26
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