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NOVIEMBRE 2004

El Grupo Correo Gallego premia como 'Gallegos de Noviembre' a Vázquez-Guillén y Sabín por su eficacia frente al 'Prestige'

Antonio Vázquez-Guillén y Ramón Sabín Sabín son dos abogados gallegos que por distintos caminos han coincidido en los mismos objetivos tras unos más que fructíferos y ejemplares años de profesión: la defensa del mar, sus gentes y los recursos que el litoral gallego pone a disposición de este vergel que es Galicia. Los dos letrados se han dedicado en cuerpo y alma, desde el fatídico 13 de noviembre de 2002, a salvaguardar el respeto y la estima que se merecen la comunidad autónoma y sus habitantes, manteniendo por encima de todo la honra y el orgullo de Galicia y los gallegos ante las más altas instancias y organismos internacionales. Por esas razones profesionales y, por supuesto, por sus cualidades personales, las redacciones de EL CORREO GALLEGO, 'Galicia Hoxe' y 'Radio Obradoiro' han acordado otorgarles el Premio Gallegos del Mes de Noviembre.

Antonio Vázquez-Guillén - Cómo convertir una tragedia en bandera

Para Antonio Vázquez-Guillén habría que parafrasear aquellas siglas de un anuncio de automóviles: JASP (Joven Aunque Suficientemente Preparado) y trocarlas por las de JYEP (Joven Y Excelente Profesional).

Esa sería una definición exacta, matemáticamente hablando, de Vázquez-Guillén. Pero él es abogado, por lo que hay que tener en cuenta muchos considerandos: conocimientos, experiencia, formación, carácter, humanidad, tolerancia..., y un largo etcétera de adjetivos, todos ellos ciertos y bien ganados.

Antonio Vázquez-Guillén nació y estudió en Madrid, pero su padre, el también abogado y ex diputado de UCD Antonio Vázquez-Guillén, le inculcó desde muy pequeño el amor por Galicia, lo mismo que su abuelo, natural de Camariñas.

Vázquez-Guillén, como él mismo reconoce, ha tenido la oportunidad profesional de vivir como abogado del Estado en A Coruña, una experiencia con pocas posibilidades —"afortunadamente'' puntualiza— de que se repita, ya que es toda una práctica jurídica, política, internacional, económica y social haber trabajado, en nombre de la Administración, por la defensa de Galicia y de los intereses de los hombres del mar ante altas instituciones y organismos internacionales, como el Fidac, Londres y los tribunales de Nueva York.

Además, Antonio Vázquez-Guillén es un hombre de equipo e insiste en que no se obvie que sin la ayuda de su compañero y abogado Oscar García Maceiras poco podría haber hecho por Galicia.

Ramón Sabín Sabín - Una brillante defensa de los intereses de cerca de veinte mil afectados

"Ser abogado es la culminación de una aspiración. Siempre quise ejercer esta profesión, incluso en contra de los consejos de quienes me aseguraban que era un objetivo arriesgado''. Así define Ramón Sabín Sabín su amor por la abogacía y así se explica su dedicación durante 24 horas a la defensa de los intereses de las gentes del mar en Galicia.

Sabín se licenció en Derecho en la Universidade de Santiago con la promoción de 1977-1982. Cuestionado sobre si ha realizado alguna especialidad, afirma que "la especialidad te la da la vida misma''.

Ramón Sabín es un experto defensor de los marineros, pescadores y otras gentes del mar. En su día asumió la defensa de los intereses de diez de las trece cofradías de pescadores gallegas afectadas por el siniestro del petrolero Mar Egeo, que naufragó a los pies de la Torre de Hércules en diciembre de 1992.

Entonces representó a más de tres mil afectados del litoral comprendido entre Cedeira y Malpica y logró para ellos indemnizaciones por más de cinco mil millones de pesetas.

Pero la inexperiencia de la Administración de entonces privó a los afectados de recibir casi instantáneamente las indemnizaciones, al contrario de lo que ha ocurrido con el Prestige. Es decir, en aquel otro trágico accidente no hubo negociaciones con la Administración central y se tuvo que ir a un juicio en el que se logró, no sin mucho esfuerzo, la condena penal del capitán del buque y del práctico del puerto de A Coruña.

Aún más notable fue que los jueces declarasen, por primera vez, la responsabilidad directa del Fidac (el fondo internacional para daños producidos por hidrocarburos) y la responsabilidad civil subsidiaria del Estado español.

Pero Sabín es incansable, trabajador y, ante todo, una persona y profesional preocupado por los intereses de los más desfavorecidos, hoy en día los afectados por la marea negra del Prestige. Sabín representa ahora a cerca de quince mil reclamantes de sesenta cofradías de pescadores, la mayoría gallegas (31 de A Coruña y 17 de Pontevedra), la totalidad de las de Cantabria, la de Avilés y un buen número de particulares.

En indemnizaciones por estimación objetiva ha logrado hasta ahora sesenta millones de euros.

07 dic 2020 / 22:48
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