La pintora Menchu Lamas recibe el premio Gallegos del Año
La artista gallega de mayor proyección internacional ha caracterizado su trabajo por el rasgo de su pasión cromática // La crítica ha destacado el carácter arquetípico de sus imágenes
Su incansable trabajo y su indiscutible creatividad han llevado a Menchu Lamas a ser galardonada con no de los premios Gallegos del Año, que concede el Grupo Correo Gallego. Esta original artista está considerada como una de las pintoras gallegas de mayor proyección internacional y entre las más reconocidas.
La propuesta de esta mujer, que para pintar usa sobre todo las manos, llama la atención por la sugestiva fusión de elementos pop (que se aprecian en sus colores planos e intensos), ingredientes de la llamada action painting (la pintura de acción con su expresividad del gesto) y recursos minimalistas. Una aleación de apariencia contradictoria que la artista dosifica de forma muy personal.
Evocaciones figurativas. Llamó siempre la atención su pintura por la afortunada mezcla entre evocaciones figurativas y la pronunciada expresividad abstracta de sus recursos que buscan la inmediatez y provocan un gran impacto visual. De hecho ella misma asegura que "el arte es un hecho abierto, donde lo que se tiene que ver reflejado es el interior de cada espectador, no sólo el interior del artista. (...) El arte es la síntesis de lo real".
Sus obras surgen con aparente espontaneidad, como emblemas directos o iconos misteriosos que parecen proceder de un remoto subsuelo mítico. La crítica mundial ensalzó el carácter arquetípico de sus imágenes. La vida de las formas expresa una metamorfosis, una secuencia visual donde una forma nos lleva a otra en una corriente visual ininterrumpida.
La pasión cromática es otro de los rasgos de la pintura de Menchu Lamas. La artista ha exhibido sus obras en ciudades de todo el mundo y ha sido seleccionada en importantes muestras colectivas. Su pintura se dio a conocer en los años 80. Mostró sus obras en diferentes países: Estados Unidos, Australia, Inglaterra, Alemania, Francia, Portugal, Suecia, Brasil, Argentina, Austria, Dinamarca, Marruecos, Italia.
Su propuesta establece una relación profunda con el imaginario colectivo de Galicia. El vínculo creativo con la identidad que manifiesta la obra de Menchu Lamas lo percibió oportunamente el crítico estadounidense John Rusell.
Elogio de John Rusell. Este reconocido analista artístico publicó en 1985 un artículo en el prestigioso diario The New York Times, en el que comparaba a Lamas con el insigne Joan Miró, con motivo de una colectiva en la ciudad de Nueva York en la que participaba conjuntamente con artista de la talla Miquel Barceló, Miguel Angel Campano, José María Sicilia y Ferrán García Sevilla. "El imaginario popular de Galicia aparece en Menchu Lamas como el paisaje de Cataluña surge en Joan Miró", señaló Rusell.
El trabajo de Menchu Lamás también ha estado presente en muestras como Spansk-Egen-Art o Five Spanish Artists en Nuev York. Menchu Lamas siempre sorprendió por la intensidad simbólica de su trabajo. La misma resonancia alcanzó la insigne pintora gallega en otras muestras internacionales recientes como las que realizó en Milán o Stuttgart. En la actualidad, participa en una exposición conmemorativa del Guernica de Picasso en Manila.
Menchu Lamas acaba de recibir el Premio de Cultura de Galicia en el ámbito de las artes. Participó en Europalia, Currents, Bienal de São Paulo y otros importantes certámenes internacionales. El CGAC le dedicó una monográfica que luego viajó a Milán. Recientemente, presentó una importante exposición en Vigo, O tempo é un círculo, una gran panorámica con obras de gran formato en selección de dos décadas de trabajo.
Observadora
Menchu Lamas nació en Vigo en 1954 y a los pocos meses viajó con su familia a Venezuela, donde se fueron emigrados hasta que regresaron cuando ella tenía ocho años. Ya en Vigo, en 1974, conoce a Antón Patiño, con quien se casaría en 1979, matrimonio del que es fruto Cora, su hija, que nació en el año 1990. La propia Menchu Lamas se ha definido a sí misma como "más observadora, receptiva que comunicativa"