La Enxebre Orde da Vieira se incorpora a los Gallegos del Año

"No nos imaginábamos que pudiéramos llegar a este club tan importante de Gallegos del Año. Además, el mérito no es de ninguna persona en concreto, sino de todos, de una ­colectividad".

Estas fueron las primeras palabras de uno de los fundadores de la Enxebre Orde da Vieira, Carlos de Blas Armada, que, por el constante e ilusionante compromiso de esta entidad de trabajar por esta tierra, ­"mantener viva la llama de la ­galleguidad", su identidad, prestigia los premios que otorga el Grupo Correo Gallego desde 1989.

El amor a esta comunidad es la raíz y la razón de ser de esta orden, que se ha convertido en "un testimonio de los gallegos de la diáspora" y que el 4 de marzo celebrará su quincuagésimo capítulo general -con el gran canciller Enrique Santín al frente-, donce recibirá el homenaje y la entrega de la insignia de oro por parte de Iurisgama, ­Aegama y la Xuntanza de Galegos de Alcobendas.

Permanecer vinculado a Galicia y descubrir la magnitud de lo que significa portar sangre gallega es lo que más "reconforta" a todos aquellos que llevan años distanciados a miles y miles de kilómetros. Existe, tal como apunta De Blas, "una galleguidad ejerciente" muy pronunciada, que muchos han recuperado, redescubierto y de la que "hacen ostentación con orgullo, incluso más que los que vivís en Galicia, porque no la echáis de menos".

Porque interrelacionar a los gallegos de la diáspora ha sido el objetivo prioritario de esta orden: "Podríamos relatar numerosos testimonios como el de un prestigioso arquitecto gallego en Canadá, Eliseo Temprano, que ­visitó Suiza, localizando como anfitrión a otro cofrade".

Además, no "podemos olvidar que la mayoría de las Asociaciones de Empresarios Gallegos en el Exterior fueron propiciadas por la Orde da Vieira", que nació en 1967 gracias al impulso de un grupo de jóvenes universitarios que extrañaban Galicia, porque en aquellos años "nos sentíamos realmente extraños, teníamos nostalgia... Uno se sentía un poco desangelado". Sin embargo, hoy, con la globalización, "cada vez estamos más integrados y cada uno que quiere vivir lo gallego le da a una tecla y ya está".

cofrades. El recibimiento en la Orde no es solo un reconocimiento a la actividad desempeñada, sino que compromete a destacados gallegos en su apoyo a todo lo que está vinculado a la comunidad. En la actualidad, hay contabilizados casi dos ­millares entre damas y caballeros, que residen en veintiocho países de cuatro ­continentes, y que involucran "en seguir bregando por Galicia".

También "nos interesamos por los que no son gallegos, pero merecerían serlo. De ellos tenemos una buena representación, como el escritor Carmelo Lisón o el músico Kepa Junquera". Aunque "el ­prototipo" ha sido el tristemente desaparecido Enrique Beotas, "cuya formidable labor le valió con toda ­justicia la Medalla de Oro de Galicia".

Y es que esta tierra "ha cambiado en todo, y para bien. ¡Ya lo creo! Antes había un pequeño complejo y nos consideraban personas morriñosas, tristonas... Hoy es totalmente lo contrario, y ser gallego es un valor en alza y las nuevas generaciones demuestran que están muy bien preparadas".

Después de cincuenta años podría pensarse que se han alcanzado todos los ­objetivos, pero no es así "porque el horizonte de proyección no tiene límites. Consideramos que estamos en el buen camino, aportando nuestro granito de arena hacia la meta, que establece nuestro simpático Himno da Vieira: 'Todos xuntos por Galicia para ­unha ­Galicia millor'". Que así sea.