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CARLOS FERNÁNDEZ PARDELLAS / Reportero gráfico

Mi gran oportunidad para darle un giro radical a mi vida

Aprincipios de la década de los 90 se produce un giro radical de mi vida. Decido dejar mis estudios de ingeniería, mi trabajo, relaciones personales y la ciudad de Vigo donde vivía. El detonante de todo aquello fue la necesidad de conocer mundo, no solo en su extensión, sino también conocer cómo funcionaba el mundo en sus entrañas. La chispa salto cuando asistí a la conferencia de un fotoperiodista en la Facultad de Periodismo de Santiago de Compostela, que cubrió la noticia del atentado de Carrero Blanco en 1973. Aquel relato me marcaría para siempre. A la conferencia había acudido con el también fotoperiodista de esta casa Nacho Santás, amigo de barrio de infancia en Vigo y que me introdujo en el funcionamiento del día a día del trabajo de un fotoperiodista. Todo aquello dejó muy impresionado a aquel joven de 22 años, así que enseguida empecé la formación en la Escuela de Imagen y Sonido de Bemposta, en Ourense, y más tarde en la Escuela de Artes y Oficios Maestre Mateo, ya en Santiago.

Durante el verano tras mi primer año en la escuela, en 1994, me llegaría la gran oportunidad, al conseguir unas prácticas de tres meses en EL CORREO GALLEGO. No me lo podía creer. Ahí estaba yo con una cámara Nikon 601, dos objetivos de juguete y un flash que no sabía cómo funcionaba (ahí mentí en el breve currículo de mi vida). La guinda la ponía un flamante buscador de cintura que siempre decía lo mismo: “llama al periódico”.

Aún recuerdo mi primer trabajo, fácil y sin estrés de tiempo: primero la inauguración de la reforma de una iglesia en Palas de Rey y a la vuelta una feria agraria en Arzúa. Ahí empezaba mi conocimiento de la extensión territorial que cubría EL CORREO que era muy, muy grande en el espacio y en tiempo. Para cubrir bien la información de los dos eventos usé nada más y nada menos que seis carretes de 36 fotogramas –qué despilfarro madre mía– entregué el trabajo y suspiré porque todo fuera bien. Al día siguiente ni un solo comentario sobre las fotografías, eso era que todo iba bien, por fin arrancaba mi carrera como fotoperiodista.

En el verano del 94 se produce un fenómeno trascendental y poco reconocido: el binomio Javier Sanmartín y Carlos Pardellas, con el encargo de recoger y transmitir toda la frescura posible en el suplemento especial de verano. Javier acababa de llegar a la redacción y yo era el veterano con unos meses más. Recorrimos todo lo que se podía recorrer, por la mañana entrevista con El Zorro de Arteixo en Riazor, por la tarde reportaje con Luis Enrique en la base naval de Ferrol, recién llegado de Estados Unidos con la tirita en la nariz como recuerdo de Tassotti, y ya por la noche podía acabar con un concierto de Barricada en Lalín o Marta Sánchez en Marín cantando Soldados del amor. Y así gran parte del verano. La cuenta de gastos al final del mes echaba humo y la cantidad de kilómetros que hicimos fue creciendo a la par que crecían mis conocimientos sobre el manejo del flash. Ahora me río recordándolo, me emociono y me vienen a la mente regueros de anécdotas. Pero la intensidad de aquel verano fue determinante en mi desarrollo como fotoperiodista y supongo que en la de Javier como periodista.

Al final estábamos tan fogueados que el mismísimo Cuerpo de Operaciones Especiales del Ejército se presentó en la redacción del periódico y nos nombró ‘guerrilleiros de honor’ con diploma y vitola por un reportaje de maniobras militares, donde el binomio se graduó en frío, hambre y dormir al raso con la cámara como único elemento seco.

Así fue el comienzo, después de las practicas vino el primer contrato y encargos más importantes. El mundo se abría a mis pies y cada vez crecía más como fotoperiodista, el conocer mundo se iba extendiendo, colmando así unas expectativas que me llevaron a romper radicalmente con una forma de vivir unos años antes y vivir de un trabajo que me ha hecho sufrir muchísimo pero que me ha hecho inmensamente feliz.

PD: Un recuerdo muy especial para Ana iglesias, que fue una gran ayuda en mis comienzos y es unas de las personas más amables que he conocido.

16 jun 2020 / 00:06
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