Llegan a Galicia los chats de WhatsApp con porno que agregan a menores sin su permiso

Decenas de alumnos de secundaria de Ames fueron incluidos en grupos de mensajería con imágenes violentas y sexuales

De momento no hay denuncias

La Policía pide a los padres que estén atentos a los móviles de sus hijos

Dos de los menores que fueron incluidos en un chat con los GIF que les quedaron del grupo

Dos de los menores que fueron incluidos en un chat con los GIF que les quedaron del grupo / Jesús Prieto

“Estábamos en casa y escuché decir al niño: ¡qué asco! Cuando fui a mirar me enseñó su teléfono móvil y vi un grupo de WhatsApp con imágenes tremendas”, relata María, nombre ficticio de una vecina de O Milladoiro (Ames) que hace unos días se quedó estupefacta al ver que su hijo de 12 años había sido agregado a un chat de Whatsapp con contenido violento y pornográfico.

“Vi imágenes pedófilas y otras extremadamente agresivas”, recuerda la mujer, que, sin pensarlo dos veces, salió del grupo y pulsó la opción de reportar el chat. “En ese momento estaba muy nerviosa. En lo que menos pensé fue en conservar el chat como prueba. Lo que quería era salir lo antes posible de allí”, explica. Lo mismo hicieron otros muchos menores que, al igual que el hijo de María, estudian en el IES do Milladoiro y que inesperadamente se vieron incluidos en ese chat sin su consentimiento.

"Escuché decir al niño: ¡qué asco! Cuando fui a mirar me enseñó su móvil y vi un grupo de WhatsApp con imágenes tremendas”

Vecina de O Milladoiro

“Yo lo supe a posteriori, no en el mismo momento en que sucedió”, señala Lucía, otra madre que se enteró de lo ocurrido porque su hija se lo contó tras salir no de uno, sino de dos chats distintos: el primero, bajo el nombre “A ver si llegamos a los 500”, y el segundo, denominado “A ver si llegamos a los 1.000”. La niña, narra Lucía, tuvo tiempo de ver que en los grupos estaban muchos de sus compañeros de instituto –de primero y segundo de la ESO– pero también adolescentes de otras comunidades autónomas. “Cuando le saltaron unas imágenes de violencia extrema, salió del chat y lo eliminó, como hicieron muchas de sus amigas”, señala la madre.

"No hemos recibido ningún tipo de denuncia sobre este tipo de chats de WhatsApp"

Isabel Calvete

— Presidenta de la Confederación de ANPAS de Galicia

De momento en el cuartel de la Guardia Civil de O Milladoiro no se ha presentado denuncia alguna. Tampoco el ANPA del IES de la localidad, Anpamilla, tuvo noticia de lo ocurrido hasta la llamada que recibió de este diario. Tras conocer lo sucedido, la directiva de la asociación pide a las familias “que estén atentas” a los dispositivos de los menores para “frenar” la difusión de contenidos pornográficos y violentos. Subraya, además, que es muy importante “hacer pedagogía” para un uso responsable de las tecnologías.

En la misma línea se pronuncian desde la Confederación de ANPAS Galegas, que tampoco ha tenido constancia de que estos chats multitudinarios estén circulando por Galicia. “No hemos recibido ningún tipo de denuncia al respecto”, confirma su presidenta. Isabel Calvete incide en que, a pesar del riesgo que entraña que los menores tengan acceso a este tipo de contenidos, la solución no pasa por “prohibir” los móviles a los adolescentes. Por el contrario, la Confederación de ANPAS cree que las familias deben tener toda la información posible sobre estas herramientas tecnológicas para “enseñar a sus hijos a utilizarlas bien”.

Denuncias en Euskadi y Madrid

Si bien hasta ahora no habían trascendido los casos de menores gallegos agregados a estos grupos de mensajería de contenidos pornográficos y violentos, no estamos ante un fenómeno nuevo. La alerta lleva meses saltando en colegios e institutos de distintos puntos de España. Ocurrió en septiembre en Cantabria, en octubre en Cataluña y hace unos días en Euskadi y Madrid. En estos dos últimos casos sí ha habido padres que han denunciado los hechos y la Policía investiga los grupos de mensajería detectados para intentar localizar a los autores de los chats, con nombres como “Meter a gente hasta llegar a un millón” o “Meter a gente hasta hacerse famoso”.

Fuentes policiales recuerdan que hay que extremar el cuidado con los contenidos, sobre todo con las fotografías, que los menores suben a la red. “Una vez publicada la información o las imágenes que se suben perdemos el control sobre ellas”, advierten los agentes.

Entre las medidas de precaución que deben adoptar los padres, la primera es fijar normas sobre el uso que el menor va a dar al teléfono móvil. “Hay que establecer a qué contenidos va a poder acceder, controlar el tiempo de uso y concienciar a los niños de que no deben acceder a una página o un juego sin preguntar antes a los padres”, indican.

Los agentes recomiendan también llevar un control de las facturas para detectar si hay algún gasto sospechoso, así como estar especialmente atentos a los juegos online. “Es una de las maneras de captar a los menores y desviarlos a chat privados”, alertan fuentes policiales, que aconsejan también la instalación de algún tipo de filtro o programa de control parental para gestionar acceso a contenidos y el tiempo de uso de los móviles o dispositivos electrónicos como tabletas. Por lo que respecta a los ordenadores, la recomendación de la Policía Nacional es mantenerlos actualizados y protegidos con un antivirus.

¿Y si fallan las precauciones?

Cuando las medidas de prevención fallan y el menor accede a contenidos no apropiados, es muy importante, explican los agentes, que se intente guardar la información de alguna manera, por ejemplo a través de una captura de pantalla, para facilitar el trabajo policial, de manera que los agentes puedan seguir el rastro de los autores de estos contenidos que son pornográficos, violentos, machistas, racistas, homófobos o franquistas.

Fuentes policiales insisten también en la importancia que tiene la colaboración ciudadana. Así, recuerdan que cualquier persona que se encuentre con contenido pornográfico en el que participen de alguna manera menores de edad tiene a su disposición una cuenta de correo electrónico donde puede comunicarlo: denuncias.pornografia.infantil@policia.es.

“Muchos niños ven contenidos inapropiados”

“Nos estamos encontrando muchos menores que ven contenidos pornográficos habitualmente sin que sus padres lo sepan”, afirma la psicóloga Rocío Folgueira. Por lo general, explica, las alarmas saltan en los colegios o institutos, donde se detecta que el niño tiene actitudes o conductas raras que indican que existe un problema. Cuando el menor llega a la consulta de un profesional, este empieza a “desmigar” y se percata de que el niño está consumiendo un contenido inapropiado para su edad “y que no sabe encajar”. “Hay niños que son sensibles a estos contenidos y les afectan, pero hay otros que lo toman como un referente”, dice Folgueira.

La psicóloga insiste en que los padres deben ser responsables cuando facilitan un teléfono móvil a sus hijos. ¿A qué edad debe ocurrir eso? Para Folgueira, no debe ser nunca antes de los 12 años. Pero incluso a partir de esa edad, afirma, hay controversia, puesto que se considera que aún es pronto para acceder a ciertos contenidos. “Con un control parental adecuado se podría hacer un uso responsable de esa herramienta”, apunta, pero la realidad es que muchos padres les dan el móvil a sus hijos “para que estén entretenidos”. Y de YouTube, recuerda, con solo mover un dedo se puede llegar a un contenido peligroso.