“Sin la ayuda de Cáritas no hubiera salido adelante”, la Iglesia gallega presenta su Memoria con el foco en las personas

Las cinco diócesis gallegas exponen por primera vez de forma conjunta su Memoria Económica y de Actividades correspondiente al año 2022, cuando casi 145.000 personas se beneficiaron de su labor caritativa

El obispo de Lugo, monseñor Carrasco Rouco; el obispo de Tui-Vigo, monseñor Quinteiro Fiuza; el arzobispo  de Santiago, monseñor Prieto; el obispo de Ourense, monseñor Lemos Montanet y el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor García Cadiñanos antes del inicio del acto

El obispo de Lugo, monseñor Carrasco Rouco; el obispo de Tui-Vigo, monseñor Quinteiro Fiuza; el arzobispo de Santiago, monseñor Prieto; el obispo de Ourense, monseñor Lemos Montanet y el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor García Cadiñanos antes del inicio del acto / Antonio Hernández

Por primera vez, las cinco diócesis de la comunidad presentaron de manera conjunta su Memoria Económica y de Actividades, correspondiente al año 2022. Así lo hicieron ayer en un acto celebrado en Santiago que contó con la presencia del obispo de Lugo, monseñor Carrasco Rouco; el obispo de Tui-Vigo, monseñor Quinteiro Fiuza; el obispo de Ourense, monseñor Lemos Montanet; el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor García Cadiñanos, y el arzobispo de Santiago, monseñor Prieto. En él, la Iglesia gallega trató de poner el foco en las personas y en la labor asistencial de las instituciones eclesiásticas.

Programas caritativos que la Iglesia realiza en su seno y de los que durante el mencionado año se beneficiaron casi 145.000 personas en la comunidada través alguno de sus planes para mitigar la pobreza, rehabilitarse de la drogodependencia, asistencia a migrantes y refugiados, atención a las víctimas de violencia de género, promoción del trabajo o tutela de la infancia, entre otros.

Sin duda alguna, el buque insignia en esta labor es Cáritas que, gracias al trabajo de sus más de 4.500 voluntarios, logró mejorar las condiciones materiales de vida de más de 70.000 ciudadanos. Una de ellos fue Lucía, que llegó a la capital gallega en 2021. “Llegué de Uruguay durante la pandemia, por lo que encontrar trabajo se convirtió en una tarea muy difícil. Cáritas me ayudó con alimentos durante ese tiempo y gracias a sus programas de arraigo por formación pude encontrar trabajo y lograr el permiso de residencia. Sin ellos no hubiera podido salir adelante”, agradeció.

“Somos la caricia de la Iglesia a su pueblo”

Pilar Farjas

— Directora de Cáritas Diocesana en Santiago

La directora de Cáritas Diocesana en Santiago, Pilar Farjas, señaló que atender a las necesidades de la población más desfavorecida es una tarea más de las que desarrollan las diócesis y, a su vez, la que más las acerca a las personas: “Somos la caricia de la Iglesia a su pueblo”.

Una ayuda que con el paso del tiempo y el desarrollo económico de la sociedad va mutando. “Quizás la necesidad de pan y techo no es tan alta como en los albores de la Iglesia, pero van apareciendo nuevas demandas, como la soledad no deseada que cada vez afecta a más ciudadanos y en la que desde Cáritas tenemos un trabajo inmenso por delante”, auguró Farjas.

Más allá de la tarea asistencial de la Iglesia, las cinco diócesis gallegas destacaron durante el acto la actividad pastoral desarrollada a lo largo del año y que se culminó con la celebración de 8.756 bautizos, 10.055 comuniones, 4.980 confirmaciones y 1.429 matrimonios. “Todavía hay gente que se sigue casando por la Iglesia”, bromeó el presentador.

Al igual que hay gallegos que continúan celebrando sus nupcias de forma cristiana, la Iglesia gallega sigue ejerciendo su actividad en el ámbito educativo. Las cinco diócesis gestionan en la comunidad 180 centros educativos concertados. Uno de ellos es el del Sagrado Corazón de Ferrol que regentan las Hermanas Mercedarias. Su directora, Sonia González, apuntaba que en este tipo de centros se trata de llevar a cabo “una educación integral del alumno”, poniendo el acento no solo en el ámbito teórico y memorístico, sino también “en la transmisión de los valores cristianos”.

Las diócesis gallegas continúan también aportando capital humano a la misión evangelizadora. Concretamente, 245 misioneros gallegos estuvieron movilizados a lo largo y ancho del globo durante el 2022 para llevar la palabra de Jesús a tierras lejanas. Es el caso de Ramón, que pasó más de catorce años realizando esta tarea en Venezuela.”Dios está antes que nosotros en el alma de cada persona, nos dedicamos a buscar la estela que dejó en cada una de ellas. Yo estuve en el Amazonas, donde había más de 20 comunidades indígenas diferentes. Es el verdadero reino de la diversidad. Cuando regresé me di cuenta de que aprendí más de ellos que ellos de mí”, explicó.

Al igual que todas las instituciones eclesiásticas pero más si cabe en una comunidad como Galicia, donde culmina una de las peregrinaciones de la cristiandad, el trabajo de las cinco diócesis cuenta con una importante vertiente cultural. En este sentido, durante el 2022 se dedicaron más de 16 millones de euros a la rehabilitación de edificios.

Apartado económico

Sin embargo, la cuenta más importante de gasto de la Iglesia en Galicia es la dedicada a la actividad pastoral y asistencial, en donde invirtió más de 18,5 millones de euros.

En el capítulo de gastos ordinarios hay que añadir, además de lo asignado a la conservación de los templos, casi 20 millones para la retribución del clero y el resto del personal, así como los 1,8 millones que las diócesis aportan a los centros de formación.

“La presencia de la Iglesia en Galicia es,quizás, la realidad más continua en el tiempo en la historia de la comunidad”

Monseñor Francisco Prieto

— Arzobispo de Santiago

Junto con los gastos extraordinarios y la capacidad de financiación, esto arroja un desembolso anual de 65,4 millones de euros.

Para contrarrestarlo, en el capítulo de ingresos la partida más importante proviene de las aportaciones directas de los fieles, que ascienden a 24,5 millones de euros. A través de la campaña de la Renta, la Iglesia gallega se embolsa 19,3 millones de euros –solo el 23,9% de los contribuyentes gallegos marca la X, muy lejos del 31,2% que registra la media estatal–. A esto hay que añadir los ingresos por patrimonio, los corrientes y los extraordinarios para alcanzar, también, los 65,4 millones que consignaron los ingresos de la Iglesia en 2022.

El acto finalizó con la intervención de monseñor Francisco Prieto, que subrayó que “la presencia de la Iglesia en Galicia es, quizás, la realidad más continua en el tiempo en la historia de la comunidad”. Por ello llamó a mantener esa “presencia significativa, en los tiempos apurados y digitalizados que vivimos”.