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Con 22.000 hectáreas calcinadas, esta ola de incendios es la peor en los últimos diez años, sin contar la del 2017

El fuego en Carballeda llega hasta las 7.500 ha, afectando a la sierra de A Enciña de Lastra; los de Folgoso, superan las 8.500 // Decretada la situación dos en Rabal, en Oímbra

Descontrol. Terror. Sufrimiento. Parálisis. Todo esto y mucho más es lo que se vivió y se sigue viviendo en los municipios del sur de Lugo y de la provincia de Ourense consumidos por las llamas, el humo y las cenizas desde hace ya cinco días. A la destrucción de los ecosistemas, con la quema de decenas de miles de hectáreas de superficie arbolada y el alcance de animales al paso del fuego, hay que sumar la destrucción de viviendas que ya no podrán recuperarse de entre las cenizas.

Y es que aunque este martes la ola de calor terminó en Galicia después de una noche en la que llegaron las primeras precipitaciones, no se dejaron sentir en gran parte de Ourense o Lugo. Estas zonas afectadas por los incendios tendrán que esperar todavía por unas lluvias que, según las últimas previsiones de Meteogalicia, podrían no llegar, recuperándose mañana las temperaturas por encima de los 30 grados.

Así las cosas, los incendios tienen vía libre para seguir expandiéndose, favorecidos por los vientos. Y, hasta el momento, han calcinado ya 22.260 hectáreas del monte gallego, una cifra escandalosa, solo alcanzada en los últimos diez años una vez: en los grandes incendios del año 2017, cuando ardieron 62.000 hectáreas. Más allá de ahí habría que acudir a los grandes incendios de la década de los 2000: 96.000 hectáreas quemadas en el 2006 o 57.500 en el 2005. Cabe recordar también que, desde que hay registros, los fuegos más voraces en nuestra comunidad fueron los de 1989 (199.000 ha), 1981 (117.500 ha) y 1978 (111.000 ha).

CONTINÚAN EN SITUACIÓN DOS POR PROXIMIDAD A LAS VIVIENDAS CARBALLEDA Y FOLGOSO. El foco más preocupante al cierre de esta edición en la noche de ayer seguía siendo el de Carballeda de Valdeorras, en la parroquia de Riodolas, donde el incendio creció exponencialmente en la madrugada y de 4.600 hectáreas que llevaba calcinadas el lunes pasó a 7.500 en la mañana del martes (3.100 más en tan solo unas horas). Así se mantuvo a lo largo de la jornada.

El núcleo de Candeda está muy cerca del fuego y los vecinos han tenido que ser desalojados. Además, afecta al Parque Natural da Serra da Enciña de Lastra. En su extinción trabajan todavía nueve técnicos, 56 agentes, 107 brigadas, 51 motobombas, tres palas, 12 aviones, 13 helicópteros y efectivos de la UME.

A él se suma como otro de los fuegos más grandes y amenazadores el de Folgoso do Courel-A Pobra do Brollón –cabe recordar que parte de cuatro focos diferentes desencadenados en las parroquias de Vilamor y Saa) que el lunes se unieron en uno más grande–. Hasta la noche del martes había arrasado 7.500 hectáreas y obligado a desalojar más de una decena de núcleos habitados.

Y es que también en Folgoso el incendio en la parroquia de Seceda continúa activo, habiendo arrasado 1.100 hectáreas. Por tanto, entre ambos fuegos, en el municipio lucense tuvieron que ser evacuados los vecinos de las aldeas de Sobredo, Seceda, Mercurín, Ferreirós, Parada, Moreda, Seoane, Meiraos, Vilasibil, Miraz, Paderne y Pedrafita.

En algunos de estos núcleos fueron desalojados niños y mayores, pero la gente más joven decidió quedarse para tratar de defender las casas del fuego si finalmente llegaba a presentarse a sus puertas. Mientras, la alcaldesa de la vecina Triacastela, Olga Iglesias, informaba de que habían llegado al pabellón municipal otras 20 personas procedentes de O Courel.

Asimismo, en la jornada de ayer se descontroló otro incendio, que se acercó peligrosamente al núcleo poblacional de Cima (en el ayuntamiento de Verín): el declarado en la parroquia de Rabal, en Oímbra. Llevaba hasta última hora del martes calcinadas 750 hectáreas, creciendo enormemente desde la última hora del lunes, cuando solo había llegado a 130 (en solo unas horas creció hasta llevarse por delante casi 600 hectáreas más). Cabe recordar que este fuego entró desde Portugal y hay en la zona dos técnicos, 8 agentes, 24 brigadas, 19 motobombas, una pala, 6 aviones y dos helicópteros desplegados.

ACTIVOS: VILARIÑO DE CONSO, PALAS DE REI, CERVANTES Y OÍMBRA. Más allá de estos fuegos que preocupan enormemente por la proximidad y, en algunos casos, por la llegada real a las casas, se encuentran activos muchos otros. Cabe resaltar la enorme crecida que tuvo el incendio de la parroquia de Pradoalbar, en el municipio ourensano de Vilariño de Conso, que pasó durante la noche del lunes al martes de 1.800 hectáreas a 2.650 (casi mil más). Y a última hora de ayer llegaba a las 3.500.

La gravedad reside en que, aunque no se encuentra cerca de zonas habitadas, sí está calcinando una importante parte del Parque Natural do Invernadeiro, paraje protegido. En su extinción trabajan 3 técnicos, 19 agentes, 53 brigadas, 22 motobombas, 4 palas, 4 aviones y 9 helicópteros.

Por extensión de hectáreas calcinadas, el segundo en activo más voraz pero alejado de las poblaciones está siendo el de la parroquia de San Cibrao, en Oímbra, con 400 hectáreas calcinadas. Al que habría que sumar, en el mismo municipio ourensano, el de la parroquia de Videferre, con 350 hectáreas ardidas. Este último se reactivó tras haber sido estabilizado a causa de los fuertes vientos. En ambos fuegos luchan un técnico, 26 agentes, 41 brigadas, 23 motobombas, dos palas, cuatro aviones y cuatro helicópteros.

ESTABILIZADOS Y CONTROLADOS. Finalmente, dentro de los incendios que lograron estabilizarse y controlarse después de una larga jornada de trabajo en el día de ayer, cabe mencionar el de Ramil, en el municipio lucense de Palas de Rei, con 375 hectáreas calcinadas. Gracias al esfuerzo de un técnico, 18 agentes, 21 brigadas, 19 motobombas, cuatro aviones y tres helicópteros, se dio por controlado al mediodía.

En el municipio de Cervantes logró estabilizarse también al mediodía de ayer el incendio que había arrancado el lunes en la parroquia de Noceda, tras haber calcinado 100 hectáreas, volviéndose el más grande de los tres incendios persistentes en el municipio.

El segundo sería el declarado el lunes en la parroquia de Cereixedo, que creció hasta las 65 hectáreas y durante la tarde también quedó estabilizado por el trabajo desempeñado por 9 agentes, 17 brigadas, 9 motobombas, dos aviones y tres helicópteros. El tercero en cuestión, el declarado en la parroquia de Donís con una afectación de 75 hectáreas, quedó controlado igualmente al mediodía de ayer. Además, hay un cuarto originado y estabilizado el pasado domingo, en la parroquia de O Castro, que según las últimas estimaciones supera las 20 hectáreas.

Y en Quiroga, estabilizado continuó el incendio este martes el incendio en la aldea de Nocedo, con 15 hectáreas ardidas; y controlado el de Outeiro, con 250. También controlado sigue el fuego declarado en la parroquia de Santa Mariña do Castro de Amarante, en el municipio de Antas de Ulla, tras calcinar 40 hectáreas.

Y ya en la provincia de Pontevedra, controlado se mantiene del mismo modo el incendio de Guillar, en Rodeiro, que arrasó con 200 hectáreas de monte. Y en la jornada de ayer, durante la noche, surgió un nuevo fuego en la provincia, en la parroquia de O Piñeiro, en Covelo, que quedó estabilizado durante la misma madrugada tras llevarse por delante más de 20 hectáreas.

“el comportamiento de estas llamas nunca se había visto”

··· El conselleiro de Medio Rural, José González, aseguró este martes que “estos incendios tienen un comportamiento que nunca se había visto en Galicia”, sobre todo “en las horas centrales”, que hacen que “quede fuera de capacidad de extinción” y que “no funcionen las técnicas de extinción”.

··· En una entrevista concedida a la Radio Galega, justificó la necesidad de realizar diferentes desalojos en los últimos días ante la “extraordinaria virulencia” de los fuegos y su “errático” comportamiento, con cambios de viento y elevadas temperaturas. “Lo que era la cabeza se convertía en la cola”, ejemplificó.

··· No obstante, aseguró que se irá “facilitando el acceso a las aldeas” de los vecinos en función de cómo evolucione la situación. Ya que, según indicó, los trabajos realizados “están siendo efectivos” con el empleo de contraincendios y palas, junto a la bajada de temperaturas.

20 jul 2022 / 01:00
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