Galicia

La prolongada sequía seguida de los grandes diluvios evidencia que el cambio climático ya es una realidad palpable

Aunque las perspectivas para el futuro no son alentadoras, la investigación para tratar de mitigar las consecuencias de nuestras emisiones contaminantes es fundamental

  • 20 oct 2022 / 01:00
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¿Existe el cambio climático? Esta ha sido una de las preguntas más recurrentes en congresos científicos, en universidades, en medios de comunicación e incluso en conversaciones de barra de bar entre grupos de amigos. Y es que no en pocas ocasiones se ha dudado de la existencia de un fenómeno que, tras lo que ha pasado este verano en la comunidad gallega, no ha dejado lugar a dudas. La combinación de un prolongado periodo de sequía y olas de calor ha dado como resultado valores récord de temperatura nunca antes vistos en la Historia de Galicia y nuevos máximos de días consecutivos sin caer gota de agua.

Llegados a este punto en el que los impactos del cambio climático se hacen ya más que evidentes –del calor se ha pasado a las lluvias torrenciales–, lo necesario ahora sería poder aportar soluciones al mismo y revertir, de algún modo, sus consecuencias. ¿Seremos capaces? Sin duda, en caso de ser posible, no será fácil, como advierten los expertos. Por ello, el Congreso de la Asociación Española de Climatología (AEC) que se está celebrando estos días en Santiago, organizado por la USC en colaboración con la Universidade de Vigo (UVigo) resulta más importante que nunca.

Bajo el lema ‘Retos do cambio climático: impactos, mitigación e adaptación’, la Facultade de Xeografía e Historia de la USC y el Centro Obra Social Abanca arrancaron ayer toda una serie de ponencias de la mano de expertos nacionales e internacionales. Así, más de 200 investigadores de Latinoamérica, España, Portugal y otros países europeos como Italia o Inglaterra se han dado cita en la capital de Galicia.

Para el profesor de la USC Dominic Royé, uno de los coorganizadores del evento, la importancia de esta cita reside en “la emergencia climática” que atravesamos en la actualidad. “Lo que vivimos este año con olas de calor y sequía son todo síntomas del cambio climático”, explica, afirmando que “ya vivimos en el cambio climático, y los modelos nos indican que la situación va a
empeorar en las próximas décadas”.

Para tratar de mitigar los efectos de una problemática ya irremediable, Royé pone en valor que en este congreso se vayan a intercambiar investigaciones climatológicas realizadas desde todos los puntos de vista, así como modelos climáticos, con el objetivo de “adaptar y mitigar los efectos futuros del cambio climático”. “Solo este verano, con el evento de combinación prolongada de sequía y olas de calor, se ha visto la necesidad de profundizar en el conocimiento sobre el cambio climático y en sus impactos, pero sobre todo en la adaptación y mitigación de sus efectos, para ir avanzando en la implantación de medidas efectivas”, subraya el profesor de la USC.

dura realidad PARA GALicia. Llegados a esta punto, para los gallegos la pregunta evidente es: ¿Qué nos deparará a nosotros el cambio climático? En una entrevista con EL CORREO, Royé aseguraba que “cada vez se espera que se produzcan rachas de sequía más largas, olas de calor más largas e intensas y una precipitación concentrada en menos días al año, lo que, junto al aumento de las temperaturas extremas, traerá consigo condiciones cada vez más favorables para los incendios forestales” –una lacra de la que Galicia no se ha librado este verano–. Los cambios se notarán aún con más intensidad en el interior de las provincias de Lugo y Ourense.

A nivel general, el experto en climatología resumía las perspectivas para 2050 en una sola palabra: “Dramáticas”. “En palabras de Hans Joachim Schellnuber, prestigioso climatólogo alemán: ‘De la Península Ibérica, olvidaos’. Debemos actuar ya, pues estamos en la prórroga del partido”, concluía Royé.

En la inauguración del encuentro intervinieron este miércoles el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; el vicerrector de Política Científica, Vicente Pérez Muñuzuri; el presidente de la Aemet, Miguel Ángel López González; la directora xeral de Calidade Ambiental, Sagrario Pérez; el presidente de la Asociación Española de Climatología, Domingo F. Rasilla; y el integrante del comité organizador Alberto Martí.

Árboles tirados en las carreteras gallegas tras el paso de la borrasca Armand
Este jueves las lluvias volverán a tener un carácter tormentoso a partir del mediodía

Santiago. Galicia amanecía este miércoles con calles inundadas, ríos de agua que corrían por sus carreteras y ríos con alto caudal. Después de una madrugada pasada por agua, quedaba constancia de que la prolongada sequía había dado oficialmente paso a un tiempo otoñal en el que las precipitaciones iban más allá de lo normal, para convertirse en chaparrones al más puro estilo ‘sálvese quién pueda’.

El clima suave de la franja atlántica parece ser cosa del pasado, dando paso a un tiempo extremo en todos los sentidos. La primera gran borrasta de la temporada, bautizada como Armand por el IPMA (servicio meteorológico portugués) dejará paso a otras que se sucederán tras ella. El tren de borrascas terminará dejando lluvias de hasta 300 litros por metro cuadrado al sur de Galicia.

Ante esta situación, desde la Aemet ya han activado los avisos amarillos por riesgo de fuertes vientos, de una velocidad de entre 70 y 80 kilómetros por hora, así como por las intensas lluvias, que están causando estragos.

Sin ir más lejos, en la madrugada del martes Galicia sumó hasta 63 incidentes vinculados con la meteorología adversa, tras registrar rachas de viento de hasta 128,1 kilómetros por hora, según infomaron el 112 y MeteoGalicia.

Entre los 63 incidentes, 35 estaban relacionados con la caída de árboles, ramas y otros obstáculos en diversas carreteras de la comunidad.

En total, a lo largo de toda la jornada de ayer, hubo zonas como Santa Comba (A Coruña) que llegaron casi a los 80 litros de agua acumulada por metro cuadrado. Mientras que Entrimo (Ourense) superó los 60.

Valores inusualmente elevados, pero a los que más vale que nos acostumbremos, pues no cesarán pronto. Este jueves no se esperan cambios significativos, de manera la comunidad seguirá bajo la influencia de la profunda borrasca situada al oeste, que enviará un nuevo frente a partir del mediodía, momento en el que llegarán las lluvias tormentosas.

Y aunque el viernes las lluvias se calmarán en cuanto a intensidad, el fin de semana volverá a estar marcado por el agua abundante, que también nos acompañará toda la próxima semana. Á.P.

79,8 l/m2

fue el registro máximo de precipitaciones en el día de ayer. Se contabilizaron en el municipio coruñés de Santa Comba, que el martes también había sido la localidad gallega con mayor nivel de auga por metro cuadrado: 38 litros. La previsión para este jueves no es mejor.

1ª conferencia
“Aunque dejáramos de emitir gases completamente, esto ya no tiene retorno”
Jesús Fidel González Rouco, Profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), doctor en Física

“A día de hoy sabemos con certeza que el clima tendría una evolución muy diferente a la que ha tenido de no ser por las actividades humanas derivadas de la brutal industrialización de los siglos XIX y XX”, asegura el profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Jesús Fidel González Rouco, doctor en Física centrado en la reconstrucción paleoclimática y el análisis de datos de sus modelos a escala global y regional.

El experto explica a EL CORREO que “el cambio climático actual no se entendería si no es como resultado fundamental de las actividades industriales humanas y la emisión, en consecuencia, de grandes cantidades de dióxido de carbono, de nitrógeno, de metano...”. Después de unos aproximadamente 150 años emitiendo sin pausa ingentes cantidades de gases contaminantes a la atmósfera, ¿hemos llegado al punto de no retorno? González Rouco lo tiene claro: “Desde el punto de vista de la evolución, el cambio climático actual no tiene retorno”, ya que “ahora mismo es imposible volver a la situación de finales del siglo XIX”.

“El sistema funciona respondiendo a todos los cambios acumulados de las actividades humanas y a la acumulación de sus emisiones desde finales del siglo XIX, por lo que no es posible cambiar de repente la química del sistema volviendo al estado de finales del XIX”, afirma, concluyendo que “el cambio climático es un proceso ya en desarrollo e imparable”.

Pero no porque no haya retorno debemos conformarnos con la situación actual y dejar que esta empeore de cara al futuro. De hecho, todo lo contrario, “lo que podemos y debemos hacer es modular los impactos del cambio climático y adaptarnos socialmente a las transformaciones que está habiendo para que los cambios futuros tengan la menor intensidad posible”.

González Rouco recuerda que después del Tratado de París existe una hoja de ruta para tratar de reducir las emisiones de CO2, de forma que se logre limitar el aumento de la temperatura global antes de llegar a finales de siglo a no más de 1-2 grados. Con todo, evidencia que “a pesar de que con las políticas actuales se están consiguiendo grandes avances, cuestiones como la pandemia y la guerra de Ucrania lo plantean como un objetivo complicado”.

Por otro lado, el profesor de la UCM detalla que existe otro punto de no retorno, que es aquel que afecta a subsistemas concretos que se comportan de una manera particular, como puede ser el caso de los mantos de hielo polar o de la vegetación del Amazonas. “Estos subsistemas muestran un comportamiento no lineal y, si se les fuerza mucho, es posible que pasen por puntos de no retorno, es decir, que no puedan volver a la posición anterior: como en el caso de las fusiones del hielo polar o de la deforestación del Amazonas” . á.p.

2ª conferencia
“No hay ningún sector que escape a las consecuencias de la crisis climática”
Paulo Barbosa, Investigador en el Joint Research Centre de la CE en Ispra (Italia)

“Inundaciones, incendios forestales, temperaturas extremas... Esas son solo algunas de las consecuencias del cambio climático que los modelos actuales predicen”, advierte el investigador del Joint Research Centre de la Comisión Europea en Ispra (Italia) Paulo Barbosa. El experto detalla a EL CORREO que, aunque bien es cierto que “siempre ha habido inundaciones y temperaturas extremas”, lo que se ha vivido este año “ha sido una concatenación de eventos que ha terminado afectando a más de media Europa”.

Especialmente, pone el foco sobre las sucesivas olas de calor que desencadenaron grandes incendios forestales en más de media Europa. Después de que el cambio climático haya puesto ya de manifiesto su poder destructor, “debemos tomar medidas, como ya se están tomando, tanto de mitigación de emisiones como de adaptación a los cambios, porque en caso contrario los efectos podrían ser muy severos”, afirma Barbosa.

Y no solo severos a nivel climatológico, sino a nivel social y económico. “Los riesgos del cambio climático inciden sobre todos los sectores: agricultura, bosques, energía...”, evidencia. El investigador se muestra contundente: “Actualmente no hay ningún sector, ya sea para bien o para mal, que escape a las consecuencias o al impacto del cambio climático”.

Por poner un ejemplo, alude a que las sequías, “que son solo uno de los múltiples peligros”, afectan tanto “a las hidroeléctricas, como a la agricultura e incluso al transporte fluvial en el centro de Europa, pues en el río Danubio es muy común que debido a la sequía se reduzca el transporte”.

La única opción ahora es seguir tomando medidas. Barbosa asegura que “las medidas se están tomando, por lo menos a nivel europeo, desde el Tratado de París, hace unos años y, más recientemente, con el Pacto Verde, por el que la Unión Europea se comprometía a alcanzar ese objetivo de ser carbono neutral antes de 2050”.

Asimismo, hace especial hincapié en que las medidas se están adoptando a todos los niveles, ya que también existe el Pacto Global de los Alcaldes, una iniciativa promovida por la UE que pretende que los municipios europeos adheridos se comprometan a reducir emisiones para adaptarse al cambio climático.

Ahora bien, confiesa que este reto es a nivel global, por lo que esas políticas tienen que llegar desde “todos los países, no solo desde la Unión Europea”. “Algunos se están sumando más que otros al objetivo de carbono neutral en 2050, pero obviamente con la crisis energética ahora esto puede volverse más complicado”, concluye el investigador del Joint Research Centre. á.p.

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