Cinco tesoros ocultos en la exposición ‘Faraón’
Andrea Oca (texto) y Javier Rosende (vídeo). Pese a que pueda parecer que se conocen muchos detalles de la antigua civilización egipcia, una de las más relevantes de nuestra historia, los historiadores que han buceado de verdad en el tema reiteran que queda más por saber de lo que ya se conoce. Para hacernos una idea de la dimensión de esta temática histórica, se ha llegado a celebrar el hecho de que haya un día en el que no se produzcan hallazgos . Una de las personas inmersas en ese proceso investigador es el historiador del arte compostelano y especializado en egiptología César Guerra. Con él recorremos la exposición que ha despertado tanta expectación en Compostela, el boom Faraón, rey de Egipto, procedente del British Museum y abierta a visitas en el Museo Centro Gaiás.
La prueba de que la muestra esconde más tesoros de los que parece es que hasta las piezas más pequeñas, situadas en una esquina al final del recorrido, esconden una historia apasionante. Esto es precisamente lo que César Guerra ha destacado: cinco tesoros ocultos que esconde Faraón, más allá de las ya tan comentadas estatua del dios Re-Horackhty, la cabeza del faraón Tutmosis III o la réplica de la tapa del sarcófago de Ramsés VI.
ESTATUA DE AMoN-RA. Es una de las piezas más populares de la exposición: una estatuilla que une a Amon, el dios tutelar de Tebas, en su asociación con el dios del Sol, Ra. En este caso, la pieza es de plata chapada en oro: los textos dicen que la carne de los dioses era de oro y sus huesos de plata. La plata era más escasa y, por tanto, mucho más valiosa. Como resultado, hay pocas piezas de plata debido al pillaje, y menos aún que hayan llegado a nuestros días. Pese a todo lo que transmite de la historia y vida diaria egipcia, es una de las piezas más pequeñas de la muestra, por lo que puede pasar desapercibida a ojos del visitante.
PAPIRO DE ABUSIR. Los faraones estaban muy bien rodeados por los altos funcionarios y también por los escribas, responsables de que hoy podamos contemplar este papito. Esta pieza da fe del país tan burocratizado que era Egipto, en el que la contabilidad era ley. El Papiro Abusir, debido a sus 4.000 años de historia, no se ha conservado de la manera más apropiada. Sin embargo, es uno de los papiros manuscritos más antiguos. En él, una pieza original que fue un fragmento del papiro, podemos apreciar los turnos de los sacerdotes, inventario de bienes u ofrendas. Cabe recordar que en esta exposición hay además un fragmento, en este caso réplica, del Gran Papiro Harris, de 42 metros, uno de los más largos.
ROSTRO SESOSTRIS III. Que Egipto era una civilización muy vinculada a la guerra no es novedad, sin embargo sigue habiendo muchos elementos enigmáticos a este respecto. Uno de ellos es el rostro de Sesostris III: para César Guerra es el rostro que mejor representa la faceta bélica. Al lado de bustos muy significativos e imponentes como Alejandro Magno, se sitúa esta cara seria, de ojos saltones y orejas de soplillo. Sesostris III fue un faraón guerrero, emprendió campañas bélicas en Nubia de las que se dice que arrasó con habitantes y cosechas, y esclavizó a sus mujeres. Es un rostro misterioso, y una de las interpretaciones realizadas se basa en que refleja el control de poder ver y oír todo en su territorio gobernado.
CARTAS DE AMARNA. Son una de las fuentes escritas más importantes de la historia para los egiptólogos. Representan la correspondencia real del faraón Akenatón con otros reinos del territorio egipcio o de similar poder, como en este caso Babilonia. Es además otra muestra de la diplomacia del momento, en temas como arreglo de matrimonios, o quejas por el valor en los regalos que se intercambiaban. Es el caso del rey de Babilonia, que en estas misivas se lamenta de haber recibido regalos de inferior valor a los realizados por él. Las Cartas de Amarna, en cambio, no tienen significado de correspondencia amorosa.
ESTATUILLAS USHEBTIS. Significa los que responden. Son pequeñas estatuillas que se introducían en las tumbas con la esperanza de guiar al difunto hacia la otra vida y, al mismo tiempo, de que pudiesen trabajar en su lugar a modo de una especie de clones. El faraón Seti I llegó a tener más de 700. César Guerra invita a todos los visitantes que acudan al Gaiás a que comparen las de la vitrina derecha con las de la izquierda, ya que unas representan a los reyes más importantes de Egipto y las otras a la dinastía de los faraones negros.
Faraón, rey de Egipto aúna una colección procedente del British Museum, y organizada por la Fundación La Caixa y la Cidade da Cultura. La visita al Museo Centro Gaiás es gratuita, y existe la opción de disfrutar de una visita guiada. La muestra ha generado una enorme expectación y, desde su inauguración, no ha dejado de acumular visitantes a diario.