Crisis presupuestaria

El campo alemán se levanta contra la austeridad de Scholz

La medida adoptada por el tripartito integrado por socialdemócratas, verdes y liberales atenta contra la existencia de grandes y pequeñas explotaciones, según los concentrados

Tractores frente a la puerta de Brandenburgo, este lunes en Berlín.

Tractores frente a la puerta de Brandenburgo, este lunes en Berlín. / EFE

Gemma Casadevall

Miles de tractores llegados de toda Alemania colapsaron este lunes el centro de Berlín, en una primera protesta masiva contra los recortes aprobados por la coalición de Olaf Scholz para resolver su crisis presupuestaria. Las protestas del campo alemán se concentran en la eliminación de los subsidios al diésel agrícola, uno de los puntos acordados por el tripartito ante el bloqueo de 60.000 millones de euros derivado de una sentencia del Tribunal Constitucional (TC).

Los tractoristas desfilaron en distintas columnas por todo el centro urbano, incluido el distrito gubernamental y las inmediaciones de la emblemática Puerta de Brandeburgo. Llevaban pancartas con lemas como "Estamos hartos", "No juguéis con nuestra existencia" y "Estáis matando el campo".

La medida adoptada por el tripartito integrado por socialdemócratas, verdes y liberales atenta contra la existencia de grandes y pequeñas explotaciones, según los concentrados. Ante la concentración de los tractoristas habló el ministro de Agricultura, el ecologista Cem Özdemir, quien ha expresado su propio rechazo a la eliminación de esos subsidios.

El ministro tuvo que hacer frente a fuertes abucheos, pero también algunos aplausos en reconocimiento a su coraje por, al menos, salir a dar la cara ante el gremio afectado. "Ni estoy ni estuve nunca de acuerdo con estos recortes. El Gobierno conoce mi opinión y trabajaré para 

Protesta de tractores en la calle 17 Junio de Berlín, este lunes.

Protesta de tractores en la calle 17 Junio de Berlín, este lunes. / EFE

Sentencia del Constitucional

Tras cuatro semanas de fuertes tensiones, la coalición de Scholz anunció la semana pasada un acuerdo para resolver la crisis presupuestaria precipitada por la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sin generar nueva deuda. El canciller advirtió que serían precisos algunos recortes, pero garantizó que no afectarían los grandes proyectos medioambientales y que se limitarían a subvenciones a "climáticamente dañinas".

El origen del problema es la sentencia del TC, que declaró anticonstitucional el desvío de un fondo inicialmente creado para paliar los efectos de la pandemia a otros destinos. Esta operación vulneraba los principios del freno a la deuda, un instrumento que limita el endeudamiento a un 0,35% del PIB, salvo en situaciones excepcionales, como fue la pandemia. El propósito del Gobierno de Scholz era destinar 60.000 millones de euros en créditos no utilizados en su momento para el Fondo de Renovación Tecnológica y Climática, lo que el TC estimó que vulneraba ese principio.

Mientras socialdemócratas y verdes apuntaban a suspender o reformar el techo a la deuda, los socios liberales --el partido del ministro de Finanzas, Christian Lindner-- insisten en que dicho instrumento es intocable.

La línea de austeridad impuesta por el departamento de Lindner ha implicado tener que reformular los presupuestos de 2024, con un ahorro de 17.000 millones de euros, así como aprobar un presupuesto adicional para este 2023. Scholz ha garantizado que, salvo emergencias derivadas del discurrir de la guerra de Ucrania, el próximo año se respetará con ello el freno a la deuda.

Junto a los subsidios al diésel se han eliminado con efectos inmediatos las subvenciones a la compra de automóviles eléctricos con las que se pretendía favorecer la transición ecológica del parque automovilístico.

Los Verdes son, por el momento, los socios del tripartito que resultarán más afectados por la línea de austeridad. Los recortes afectan principalmente al Ministerio de Economía y Protección del Clima, que dirige el verde Robert Habeck, con rango de vicecanciller en la coalición de Scholz.  Sin embargo, el propio Habeck ha advertido que no puede volver a tocarse lo acordado, puesto que fue muy dificultoso llegar a esos consensos.